Pensándolo bien...
La descripción de una onda, clásicamente, es continua. No hay discretización. Es decir, las frecuencias o longitudes de onda son infinitas. Cada cuerpo, sea organismo vivo o no, tiene su propia vibración natural. En el ámbito cuántico, aplicable al mundo microscópico, las cosas son de otra manera y se impone la discretización de la energía. En el mundo macroscópico las características físicas, como la masa, la forma y la denominada rigidez, concretan las frecuencias naturales. Cuando se perturba un objeto, lo que implica aplicar una fuerza externa, tiende a vibrar a su frecuencia natural de resonancia, que es aquélla a la que el objeto vibra con mayor amplitud. Se excita con una fuerza externa en resonancia con su propia frecuencia. Se produce una amplificación de la amplitud de las vibraciones, ya que la energía que se transfiere se acumula en cada ciclo de vibración. Recordemos la forma en la que impulsamos a los más pequeños en un columpio. Una copa de cristal se puede excitar con un tono específico de ella y al incidir el sonido emitido con la frecuencia adecuada, la copa vibrará pudiendo llegar, incluso a romperse. La frecuencia natural de resonancia tiene relación con la rigidez y la masa del objeto. La imagen del péndulo es un buen ejemplo porque la frecuencia natural de resonancia está determinada por la longitud del brazo y el valor de la gravedad. La propiedad de vibrar con mayor amplitud, cuando se le aplica una fuerza externa en resonancia con la frecuencia natural, encuentra aplicaciones no solo en ingeniería o acústica, sino en la música.
Los humanos, considerados como entidad material, tenemos nuestra propia vibración. Órganos, tejidos y distintos sistemas o partes del cuerpo concretan la frecuencia natural. No es fácil asignar frecuencias naturales a los distintos órganos por separado, dada la complejidad y los entornos de aquéllos, además de las dificultades derivadas de sus propias estructuras mecánicas, que no son rígidas, sino flexibles y dinámicas. Por ejemplo, corazón, pulmones y estómago, tienen sus propios ritmos de contracciones y relajaciones, pero tienen actividades biológicas y funciones específicas en el cuerpo humano y es más acertado hablar de las frecuencias asociadas con sus respectivas funciones y no en vibraciones mecánicas en el sentido tradicional. Se puede afirmar que el cuerpo humano está compuesto de una variedad de sistemas y órganos, con sus propias frecuencias y ritmos biológicos, como son una frecuencia cardíaca que en condiciones normales se sitúa entre 60 y 100 pulsaciones por minuto; la frecuencia respiratoria, con entre 12 a 20 respiraciones por minuto, en condiciones normales; las ondas cerebrales con patrones que incluyen las ondas delta (0.5-4 Hz), las ondas theta (4-8 Hz), las ondas alfa (8-13 Hz), las ondas beta (13-30 Hz) y las ondas gamma (30-100 Hz), cada una asociada con diferentes estados de conciencia y actividades cerebrales; las ondas de sueño: con etapas como sueño ligero, sueño profundo y sueño REM (movimiento rápido de los ojos), cada una con sus propias características y patrones de ondas cerebrales asociados. Varían de una persona a otra y pueden resultar influenciadas por factores como la edad, la salud, el estado emocional y el nivel de actividad física. Además, el cuerpo humano también está expuesto a diversas influencias externas, como el sonido y la música, que pueden tener efectos en las frecuencias y ritmos biológicos. En el ámbito de la música y el sonido, las vibraciones y las frecuencias se estudian y se utilizan de manera práctica para la composición musical y la terapia de sonido, lo que puede tener efectos en la salud y el bienestar de las personas.
Las escalas musicales son fundamentales en la teoría musical y en la composición de música. Proporcionan una estructura organizada de notas que se utilizan para crear melodías, armonías y otros elementos musicales. Existen varios tipos de escalas musicales, pero la más común es la escala mayor. Está compuesta por siete notas diferentes que se encuentran en una secuencia específica de tonos y semitonos. Esta secuencia de tonos y semitonos determina el sonido característico de la escala. La escala mayor sigue una estructura de tono-tono-semitono-tono-tono-tono-semitono. Por ejemplo, en la escala de Do mayor, comenzamos con la nota Do y avanzamos un tono para llegar a Re, luego otro tono para llegar a Mi, luego un semitono para llegar a Fa, y así sucesivamente hasta completar los siete tonos de la escala. Las escalas se pueden clasificar en mayores y menores, según la secuencia de tonos y semitonos que las componen. Las escalas menores tienen un sonido más melancólico o triste, en comparación con las escalas mayores. Básicamente se han elegido las frecuencias a considerar de entre las infinitas que constituyen la tesitura universal. Además de las escalas mayores y menores, existen otras escalas utilizadas en diferentes tradiciones musicales, como las escalas pentatónicas, escalas cromáticas y escalas modales. Cada una de estas escalas tiene una estructura y un sonido característicos que se utilizan en diferentes géneros y estilos de música.
Las escalas son herramientas importantes para los músicos, ya que proporcionan un marco tonal para la composición y la improvisación. Al comprender y utilizar las escalas, los músicos pueden crear melodías y armonías coherentes y expresivas. También son útiles para entender la relación entre las notas y los acordes en una pieza musical, lo que facilita la transposición y la comprensión de la música en general.
Los instrumentos se han construido en el ámbito de las escalas musicales que lo enmarcan. Una vez establecida una escala, con lo que queda fijado el marco global, cada instrumento se acomoda para cubrir un espacio en frecuencia, en función de las características materiales del mismo. Una trompeta tiene pistones que determinan, mediante la combinación de éstos, qué notas (frecuencias) es capaz de emitir. No otros. Un violín por su propia estructura, la frecuencia a la que emite sonidos, queda determinada por la longitud de la cuerda que se frota con el arco. Se puede considerar que actúa en frecuencia de forma continua. El ejecutante al situar el dedo para presionar la cuerda, establece la frecuencia a la que va a emitir. En todo caso, la longitud y naturaleza de las cuerdas, establece los límites de las notas que es capaz de emitir, lo que se denomina tesitura.
Las tesituras aproximadas de algunos instrumentos musicales comunes son: Piano: abarca desde el Si0 (el registro más grave, el número indica la octava de la nota, cuya referencia es el piano) hasta el Do8 (el registro más agudo). Sin embargo, la mayoría de los pianos modernos tienen un teclado de 88 teclas que va desde el La0 hasta el Do8; la Guitarra estándar tiene una tesitura que va desde el Mi2 (el registro más grave en la sexta cuerda) hasta el Mi6 (el registro más agudo en la primera cuerda). Algunas guitarras extendidas pueden tener una tesitura aún más amplia; el violín. tiene una tesitura que abarca aproximadamente desde el Sol3 (el registro más grave) hasta el Do8 (el registro más agudo). Los violinistas también pueden usar técnicas especiales para producir notas más agudas; la flauta travesera, tiene una tesitura que va desde el Do4 (el registro más grave) hasta aproximadamente el Fa7 (el registro más agudo). Sin embargo, los flautistas expertos pueden tocar notas aún más altas; el saxofón alto, con una tesitura que va desde el Mi3 (el registro más grave) hasta el Fa#6 (el registro más agudo). Otros tipos de saxofón, como el tenor o el soprano, tienen diferentes rangos; Trompeta, con una tesitura que va desde el Fa#3 (el registro más grave) hasta aproximadamente el Do6 (el registro más agudo). Los trompetistas también pueden usar técnicas especiales para tocar notas aún más agudas; bajo eléctrico, con una tesitura que abarca desde el Mi1 (el registro más grave) hasta el Sol4 (el registro más agudo). Sin embargo, algunos bajos de 5 o 6 cuerdas pueden tener una tesitura aún más amplia. Es importante tener en cuenta que la tesitura exacta puede variar según el instrumento específico y las habilidades del intérprete. Además, algunos instrumentos tienen diferentes tamaños o variantes que pueden afectar su rango tonal.
Cada instrumento, en razón de sus características físicas emite unas frecuencias discretas de entre el universo infinito de aquéllas. Por otro lado, nunca las frecuencias son puras y únicas, sino que componen toda suerte de armónicos que el instrumento es capaz de generar. Esa combinación de armónicos es lo que genera el timbre, que se traduce en la calidad de referencias del instrumento. Ahí, además de las características del material, se incluyen las habilidades del constructor que dando forma y combinando materiales en un diseño personal, logran calidades propias distinguibles. Los violines Stradivarius son ampliamente reconocidos y considerados como algunos de los mejores violines jamás creados. Hay varias razones por las que los violines Stradivarius son altamente valorados: Artesanía y calidad de construcción por el famoso lutier italiano Antonio Stradivari y su taller, en los siglos XVII y XVIII. Estos violines se caracterizan por una artesanía meticulosa y una calidad excepcional en su construcción. Stradivari experimentó con diferentes técnicas y materiales, y logró un equilibrio perfecto entre el diseño, la forma y los materiales utilizados, lo que resultó en un instrumento de sonido excepcional: empleó maderas de alta calidad, como el abeto para la tapa armónica y el arce para el fondo, los aros y el mástil. Estas maderas eran seleccionadas cuidadosamente y envejecidas durante décadas, lo que les daba una resonancia y una estabilidad tonal únicas; logró un sonido excepcional distintivo y hermoso, con una proyección potente, una amplia gama tonal y una respuesta rápida y sensible. Muchos intérpretes y expertos en música clásica consideran que los violines Stradivarius tienen un equilibrio tonal y una calidez sonora superiores; por otro lado, se suma la antigüedad y rareza, lo que contribuye a su valor y reputación. La cantidad limitada de violines Stradivarius disponibles en la actualidad y la calidad sobresaliente de su sonido los convierten en instrumentos codiciados y coleccionables y también cuenta la historia y legado artístico, porque han sido tocados por muchos virtuosos y figuras destacadas a lo largo de los siglos, lo que les ha otorgado un estatus icónico y un valor histórico. No obstante, hay que tener en cuenta que la calidad de un violín no se basa únicamente en su marca o nombre. Hay otros violines de fabricantes menos conocidos que también pueden ser de excelente calidad y tener un sonido excepcional. La elección de un violín adecuado depende de las preferencias personales del intérprete y de la calidad y características individuales de cada instrumento.
Pero con estas calidades excepcionales, la ejecución musical con estos instrumentos se enmarca en una escala que escoge las frecuencias a considerar, con las que se construyen las notas, derivadas de la relación matemática y física entre ellas. La música occidental utiliza un sistema de afinación conocido como afinación igual, en el cual las notas están organizadas de acuerdo con una relación de frecuencias establecida. El proceso de construcción deriva de Pitágoras. El sistema de afinación igual, se basa en la división de la octava en 12 intervalos iguales llamados semitonos. Cada semitono representa un aumento o disminución de frecuencia de 1,0594 aproximadamente. Dado que si la octava tiene que duplicar la frecuencia, cada semitono se sitúa
=1,0594, por encima o por debajo de la nota anterior o posterior. Estos semitonos se utilizan para construir las escalas y acordes de la música occidental. La nota de referencia en el sistema de afinación igual es el La 440 Hz (440 vibraciones por segundo). A partir de esta frecuencia, se puede calcular matemáticamente las frecuencias de las demás notas utilizando la relación de semitonos y la fórmula de la relación de frecuencia. Por ejemplo, si partimos del La 440 Hz, el La# o Si bemol será aproximadamente 466,16 Hz (440 Hz x 1,0594), el Si será aproximadamente 493,88 Hz (440 Hz x 1,0594 al cuadrado), y así sucesivamente. De esta manera, se obtienen las frecuencias precisas para cada nota dentro de la escala musical.
Este sistema de afinación y relación matemática de frecuencias permite que las notas musicales mantengan una coherencia y consistencia en la música occidental. Además, facilita la transposición de melodías y acordes a diferentes tonalidades y la interpretación de la música en conjunto. Es importante destacar que existen otros sistemas de afinación utilizados en diferentes tradiciones musicales, como la afinación justa, la afinación temperada y otras afinaciones microtonales, que se basan en relaciones de frecuencia diferentes y pueden generar sonoridades distintas a las utilizadas en la música occidental. Las distintas escalas, concretan percepciones diferentes y sensibilidades distintas. Aportan una variedad de sonoridades, expresiones y emociones a la música. Cada escala tiene una secuencia específica de tonos y semitonos que le confiere un carácter distintivo. Por ejemplo, la escala mayor se caracteriza por su sonido alegre, brillante y enérgico. Se utiliza ampliamente en la música occidental y aporta una sensación de claridad y positividad. Se utiliza usualmente en piezas alegres, optimistas y festivas; la escala menor natural, tiene un sonido melancólico, triste y emocional. Aporta una sensación de introspección, ternura y drama. Se utiliza en piezas con temas melancólicos, trágicos o románticos; la escala pentatónica tiene cinco notas que se encuentra en muchas tradiciones musicales de todo el mundo. Tiene un sonido abierto, exótico y versátil. Aporta una sensación de simplicidad, tranquilidad y misterio. Se utiliza en una amplia variedad de géneros, como el blues, el folk y la música tradicional oriental; la escala cromática, incluye todas las notas dentro de una octava, incluyendo los semitonos. Aporta una sensación de tensión, disonancia y movimiento constante. Se utiliza en momentos de intensidad, transiciones armónicas y para crear efectos dramáticos o inquietantes; las escalas modales: como el modo dórico, el modo frigio, el modo lidio, entre otros, aportan colores tonales únicos y matices emocionales específicos. Cada modo tiene una estructura de tonos y semitonos distintiva que crea una atmósfera particular. Se utilizan para generar una variedad de emociones y estilos musicales, desde lo místico y evocador hasta lo enérgico y folclórico. La elección de la escala adecuada puede influir en el estado de ánimo que propicia una composición y permitir una mayor expresividad y diversidad musical.
Así pues, las escalas en música son colecciones de notas que se utilizan para construir melodías y armonías. Aunque hay muchas escalas diferentes, ciertas escalas pueden tener equivalencias o relaciones con otras. Las Escalas Modales: son todas derivadas de la escala diatónica mayor. Cada modo comienza en una nota diferente de la escala diatónica. Por ejemplo, la escala de Do Mayor es C-D-E-F-G-A-B, pero si se comienza esa misma colección de notas desde D, se obtiene la escala de Re Dórico (D-E-F-G-A-B-C), que tiene un sonido diferente; las Escalas Mayores y Menores Relativas, que utilizan las mismas notas, pero comienza en una nota diferente. Por ejemplo, la escala de La menor es A-B-C-D-E-F-G, que son las mismas notas que la escala de Do mayor, solo que comenzando en A en lugar de C; las escalas Pentatónicas y Diatónicas, ya que la escala pentatónica es un subconjunto de la escala diatónica. Por ejemplo, la escala pentatónica mayor de C (C-D-E-G-A) contiene cinco de las siete notas de la escala diatónica de Do mayor; las escalas Enarmónicas, dado que, en la música occidental, algunas notas y escalas pueden tener diferentes nombres, pero sonar igual debido al sistema de temperamento igual que utilizamos. Por ejemplo, la escala de Sol sostenido mayor (G#-A#-B#-C#-D#-E#-F##) sonará igual que la escala de La bemol mayor (Ab-Bb-C-Db-Eb-F-G) en la mayoría de los instrumentos modernos, a pesar de que las notas se nombran de manera diferente. Hay muchas más equivalencias y relaciones que se pueden explorar como las escalas Menores Armónicas y Melódicas, dado que, además de la escala menor natural (o escala menor "pura"), que es la escala menor relativa de una escala mayor, también existen las escalas menores armónica y melódica. Estas escalas modifican ciertas notas de la escala menor natural para cambiar su sonido y facilitar ciertos movimientos armónicos y melódicos. Por ejemplo, la escala menor armónica incluye un séptimo grado elevado, mientras que la escala menor melódica eleva tanto el sexto como el séptimo grado cuando se asciende en la escala; las escalas de Tonalidades Paralelas, ya que cada escala mayor tiene una tonalidad paralela menor que comienza en la misma nota, y viceversa. Por ejemplo, la escala de Do mayor y la escala de Do menor son tonalidades paralelas. Estas escalas comparten la misma tónica, pero tienen diferentes colecciones de notas; las escalas Exóticas, ya que algunas tienen relaciones interesantes con las escalas occidentales más comunes. Por ejemplo, la "escala española de ocho tonos" es una escala de ocho notas que puede verse como una escala mayor con notas adicionales. La "escala de blues" es una modificación de la escala menor pentatónica con una nota adicional. La escala húngara menor es una modificación de la escala menor armónica: las escalas Simétricas, que significa que su patrón de intervalos es el mismo en ambas direcciones. Por ejemplo, la escala de tonos enteros (que solo utiliza tonos enteros) y la escala disminuida (que alterna semitonos y tonos) son ambas simétricas. Esto puede tener algunos efectos interesantes en música.
La escala de blues y la escala diatónica son diferentes porque se originaron en contextos musicales diferentes y tienen estructuras diferentes. Ambas escalas pueden usarse para crear música hermosa y emocionalmente resonante, pero cada una tiene su propia "personalidad" y puede evocar diferentes estados de ánimo. Así, mientras que la escala diatónica es la que probablemente es más familiar, se usa en la mayoría de la música occidental y consta de siete notas. En la escala de Do mayor, por ejemplo, las notas serían C-D-E-F-G-A-B (do, re, mi, fa, sol, la y si). Esta escala se usa en una amplia variedad de géneros, desde la música clásica hasta el pop y el rock. Por otro lado, la escala de blues es una escala de seis notas (hexatónica) que se originó en la música afroamericana en los Estados Unidos. En la clave de C (DO), una versión común de la escala de blues sería C-Eb-F-F#-G-Bb. Es de notar que esta escala incluye notas que no están en la escala diatónica de C, como el Eb y el F#. Estas notas, a menudo llamadas "notas azules", son lo que da a la música blues su sonido característico y emocional. Las notas azules son a menudo "doblez" o "bend" en la música blues, lo que significa que su tono se ajusta ligeramente hacia arriba o hacia abajo. Esta es una característica que no se encuentra comúnmente en la música que utiliza la escala diatónica. En suma, aunque ambas escalas se pueden utilizar para crear una amplia variedad de música, cada una tiene su propia estructura y sonido característico.
Podemos preguntarnos por las emociones que transmiten ambas escalas. Depende de cómo se utilicen. Naturalmente, las emociones evocadas son subjetivas y varían en función del oyente, contexto o ejecución. La escala diatónica se emplea en la música occidental, por ejemplo, en la música clásica y una pieza en una tonalidad mayor (que utiliza una escala diatónica mayor) a menudo suena alegre, brillante o triunfante, mientras que una pieza en una tonalidad menor (que utiliza una escala diatónica menor) puede sonar triste, melancólica o misteriosa. Sin embargo, un compositor hábil puede utilizar la escala diatónica para evocar una amplia variedad de emociones más allá de estas generalizaciones. Por otro lado una escala de blues, que se emplea en la música de blues, jazz, rock y otros géneros relacionados, para crear un sonido característico y emotivo. Las "notas azules" en la escala de blues pueden evocar sentimientos de tristeza, anhelo o desesperación. Sin embargo, la escala de blues también se puede utilizar para crear música que suene apasionada o incluso alegre. Al igual que con la escala diatónica, la variedad de emociones que puede evocar la escala de blues depende en gran medida de cómo se utilice. Letra, instrumentación, ritmo, armonía, así como la interpretación del ejecutante y muchos otros elementos, determinan la percepción final. Realmente complejo.
Ciertas escalas no se mezclan bien entre sí, debido a sus diferentes estructuras de tonos y semitonos. Por ejemplo, pasar de una escala mayor a una escala menor armónica podría ser abrupto y potencialmente violento para el oyente. No obstante, muchos compositores experimentan con diferentes escalas y modos en sus composiciones. Podrían, por ejemplo, escribir una pieza que cambie de una escala mayor a una escala menor, o que use modos como dórico, mixolidio o frigio.
Esta estructura simple de composición que cambia entre varias escalas, ha sido propuesta por una IA, CHAT GPT:
Verso 1: Escala mayor (por ejemplo, Do mayor) Coro: Escala menor relativa (por ejemplo, La menor)
Verso 2: Modo dórico (por ejemplo, Re dórico) Coro: Escala menor relativa (por ejemplo, La menor)
Puente: Escala menor melódica (por ejemplo, La menor melódica) Coro: Escala menor relativa (por ejemplo, La menor)
Repetición: Escala mayor (por ejemplo, Do mayor)
Esto es solo un ejemplo y hay muchas otras formas en que se pueden combinar diferentes escalas en una composición. Experimentar con diferentes escalas y modos puede ser una forma divertida y creativa de poner a prueba las habilidades de composición. Es un interesante modo de practicar. Al final, emociones asociadas a las vibraciones.
Los humanos, considerados como entidad material, tenemos nuestra propia vibración. Órganos, tejidos y distintos sistemas o partes del cuerpo concretan la frecuencia natural. No es fácil asignar frecuencias naturales a los distintos órganos por separado, dada la complejidad y los entornos de aquéllos, además de las dificultades derivadas de sus propias estructuras mecánicas, que no son rígidas, sino flexibles y dinámicas. Por ejemplo, corazón, pulmones y estómago, tienen sus propios ritmos de contracciones y relajaciones, pero tienen actividades biológicas y funciones específicas en el cuerpo humano y es más acertado hablar de las frecuencias asociadas con sus respectivas funciones y no en vibraciones mecánicas en el sentido tradicional. Se puede afirmar que el cuerpo humano está compuesto de una variedad de sistemas y órganos, con sus propias frecuencias y ritmos biológicos, como son una frecuencia cardíaca que en condiciones normales se sitúa entre 60 y 100 pulsaciones por minuto; la frecuencia respiratoria, con entre 12 a 20 respiraciones por minuto, en condiciones normales; las ondas cerebrales con patrones que incluyen las ondas delta (0.5-4 Hz), las ondas theta (4-8 Hz), las ondas alfa (8-13 Hz), las ondas beta (13-30 Hz) y las ondas gamma (30-100 Hz), cada una asociada con diferentes estados de conciencia y actividades cerebrales; las ondas de sueño: con etapas como sueño ligero, sueño profundo y sueño REM (movimiento rápido de los ojos), cada una con sus propias características y patrones de ondas cerebrales asociados. Varían de una persona a otra y pueden resultar influenciadas por factores como la edad, la salud, el estado emocional y el nivel de actividad física. Además, el cuerpo humano también está expuesto a diversas influencias externas, como el sonido y la música, que pueden tener efectos en las frecuencias y ritmos biológicos. En el ámbito de la música y el sonido, las vibraciones y las frecuencias se estudian y se utilizan de manera práctica para la composición musical y la terapia de sonido, lo que puede tener efectos en la salud y el bienestar de las personas.
Las escalas musicales son fundamentales en la teoría musical y en la composición de música. Proporcionan una estructura organizada de notas que se utilizan para crear melodías, armonías y otros elementos musicales. Existen varios tipos de escalas musicales, pero la más común es la escala mayor. Está compuesta por siete notas diferentes que se encuentran en una secuencia específica de tonos y semitonos. Esta secuencia de tonos y semitonos determina el sonido característico de la escala. La escala mayor sigue una estructura de tono-tono-semitono-tono-tono-tono-semitono. Por ejemplo, en la escala de Do mayor, comenzamos con la nota Do y avanzamos un tono para llegar a Re, luego otro tono para llegar a Mi, luego un semitono para llegar a Fa, y así sucesivamente hasta completar los siete tonos de la escala. Las escalas se pueden clasificar en mayores y menores, según la secuencia de tonos y semitonos que las componen. Las escalas menores tienen un sonido más melancólico o triste, en comparación con las escalas mayores. Básicamente se han elegido las frecuencias a considerar de entre las infinitas que constituyen la tesitura universal. Además de las escalas mayores y menores, existen otras escalas utilizadas en diferentes tradiciones musicales, como las escalas pentatónicas, escalas cromáticas y escalas modales. Cada una de estas escalas tiene una estructura y un sonido característicos que se utilizan en diferentes géneros y estilos de música.
Las escalas son herramientas importantes para los músicos, ya que proporcionan un marco tonal para la composición y la improvisación. Al comprender y utilizar las escalas, los músicos pueden crear melodías y armonías coherentes y expresivas. También son útiles para entender la relación entre las notas y los acordes en una pieza musical, lo que facilita la transposición y la comprensión de la música en general.
Los instrumentos se han construido en el ámbito de las escalas musicales que lo enmarcan. Una vez establecida una escala, con lo que queda fijado el marco global, cada instrumento se acomoda para cubrir un espacio en frecuencia, en función de las características materiales del mismo. Una trompeta tiene pistones que determinan, mediante la combinación de éstos, qué notas (frecuencias) es capaz de emitir. No otros. Un violín por su propia estructura, la frecuencia a la que emite sonidos, queda determinada por la longitud de la cuerda que se frota con el arco. Se puede considerar que actúa en frecuencia de forma continua. El ejecutante al situar el dedo para presionar la cuerda, establece la frecuencia a la que va a emitir. En todo caso, la longitud y naturaleza de las cuerdas, establece los límites de las notas que es capaz de emitir, lo que se denomina tesitura.
Las tesituras aproximadas de algunos instrumentos musicales comunes son: Piano: abarca desde el Si0 (el registro más grave, el número indica la octava de la nota, cuya referencia es el piano) hasta el Do8 (el registro más agudo). Sin embargo, la mayoría de los pianos modernos tienen un teclado de 88 teclas que va desde el La0 hasta el Do8; la Guitarra estándar tiene una tesitura que va desde el Mi2 (el registro más grave en la sexta cuerda) hasta el Mi6 (el registro más agudo en la primera cuerda). Algunas guitarras extendidas pueden tener una tesitura aún más amplia; el violín. tiene una tesitura que abarca aproximadamente desde el Sol3 (el registro más grave) hasta el Do8 (el registro más agudo). Los violinistas también pueden usar técnicas especiales para producir notas más agudas; la flauta travesera, tiene una tesitura que va desde el Do4 (el registro más grave) hasta aproximadamente el Fa7 (el registro más agudo). Sin embargo, los flautistas expertos pueden tocar notas aún más altas; el saxofón alto, con una tesitura que va desde el Mi3 (el registro más grave) hasta el Fa#6 (el registro más agudo). Otros tipos de saxofón, como el tenor o el soprano, tienen diferentes rangos; Trompeta, con una tesitura que va desde el Fa#3 (el registro más grave) hasta aproximadamente el Do6 (el registro más agudo). Los trompetistas también pueden usar técnicas especiales para tocar notas aún más agudas; bajo eléctrico, con una tesitura que abarca desde el Mi1 (el registro más grave) hasta el Sol4 (el registro más agudo). Sin embargo, algunos bajos de 5 o 6 cuerdas pueden tener una tesitura aún más amplia. Es importante tener en cuenta que la tesitura exacta puede variar según el instrumento específico y las habilidades del intérprete. Además, algunos instrumentos tienen diferentes tamaños o variantes que pueden afectar su rango tonal.
Cada instrumento, en razón de sus características físicas emite unas frecuencias discretas de entre el universo infinito de aquéllas. Por otro lado, nunca las frecuencias son puras y únicas, sino que componen toda suerte de armónicos que el instrumento es capaz de generar. Esa combinación de armónicos es lo que genera el timbre, que se traduce en la calidad de referencias del instrumento. Ahí, además de las características del material, se incluyen las habilidades del constructor que dando forma y combinando materiales en un diseño personal, logran calidades propias distinguibles. Los violines Stradivarius son ampliamente reconocidos y considerados como algunos de los mejores violines jamás creados. Hay varias razones por las que los violines Stradivarius son altamente valorados: Artesanía y calidad de construcción por el famoso lutier italiano Antonio Stradivari y su taller, en los siglos XVII y XVIII. Estos violines se caracterizan por una artesanía meticulosa y una calidad excepcional en su construcción. Stradivari experimentó con diferentes técnicas y materiales, y logró un equilibrio perfecto entre el diseño, la forma y los materiales utilizados, lo que resultó en un instrumento de sonido excepcional: empleó maderas de alta calidad, como el abeto para la tapa armónica y el arce para el fondo, los aros y el mástil. Estas maderas eran seleccionadas cuidadosamente y envejecidas durante décadas, lo que les daba una resonancia y una estabilidad tonal únicas; logró un sonido excepcional distintivo y hermoso, con una proyección potente, una amplia gama tonal y una respuesta rápida y sensible. Muchos intérpretes y expertos en música clásica consideran que los violines Stradivarius tienen un equilibrio tonal y una calidez sonora superiores; por otro lado, se suma la antigüedad y rareza, lo que contribuye a su valor y reputación. La cantidad limitada de violines Stradivarius disponibles en la actualidad y la calidad sobresaliente de su sonido los convierten en instrumentos codiciados y coleccionables y también cuenta la historia y legado artístico, porque han sido tocados por muchos virtuosos y figuras destacadas a lo largo de los siglos, lo que les ha otorgado un estatus icónico y un valor histórico. No obstante, hay que tener en cuenta que la calidad de un violín no se basa únicamente en su marca o nombre. Hay otros violines de fabricantes menos conocidos que también pueden ser de excelente calidad y tener un sonido excepcional. La elección de un violín adecuado depende de las preferencias personales del intérprete y de la calidad y características individuales de cada instrumento.
Pero con estas calidades excepcionales, la ejecución musical con estos instrumentos se enmarca en una escala que escoge las frecuencias a considerar, con las que se construyen las notas, derivadas de la relación matemática y física entre ellas. La música occidental utiliza un sistema de afinación conocido como afinación igual, en el cual las notas están organizadas de acuerdo con una relación de frecuencias establecida. El proceso de construcción deriva de Pitágoras. El sistema de afinación igual, se basa en la división de la octava en 12 intervalos iguales llamados semitonos. Cada semitono representa un aumento o disminución de frecuencia de 1,0594 aproximadamente. Dado que si la octava tiene que duplicar la frecuencia, cada semitono se sitúa
Este sistema de afinación y relación matemática de frecuencias permite que las notas musicales mantengan una coherencia y consistencia en la música occidental. Además, facilita la transposición de melodías y acordes a diferentes tonalidades y la interpretación de la música en conjunto. Es importante destacar que existen otros sistemas de afinación utilizados en diferentes tradiciones musicales, como la afinación justa, la afinación temperada y otras afinaciones microtonales, que se basan en relaciones de frecuencia diferentes y pueden generar sonoridades distintas a las utilizadas en la música occidental. Las distintas escalas, concretan percepciones diferentes y sensibilidades distintas. Aportan una variedad de sonoridades, expresiones y emociones a la música. Cada escala tiene una secuencia específica de tonos y semitonos que le confiere un carácter distintivo. Por ejemplo, la escala mayor se caracteriza por su sonido alegre, brillante y enérgico. Se utiliza ampliamente en la música occidental y aporta una sensación de claridad y positividad. Se utiliza usualmente en piezas alegres, optimistas y festivas; la escala menor natural, tiene un sonido melancólico, triste y emocional. Aporta una sensación de introspección, ternura y drama. Se utiliza en piezas con temas melancólicos, trágicos o románticos; la escala pentatónica tiene cinco notas que se encuentra en muchas tradiciones musicales de todo el mundo. Tiene un sonido abierto, exótico y versátil. Aporta una sensación de simplicidad, tranquilidad y misterio. Se utiliza en una amplia variedad de géneros, como el blues, el folk y la música tradicional oriental; la escala cromática, incluye todas las notas dentro de una octava, incluyendo los semitonos. Aporta una sensación de tensión, disonancia y movimiento constante. Se utiliza en momentos de intensidad, transiciones armónicas y para crear efectos dramáticos o inquietantes; las escalas modales: como el modo dórico, el modo frigio, el modo lidio, entre otros, aportan colores tonales únicos y matices emocionales específicos. Cada modo tiene una estructura de tonos y semitonos distintiva que crea una atmósfera particular. Se utilizan para generar una variedad de emociones y estilos musicales, desde lo místico y evocador hasta lo enérgico y folclórico. La elección de la escala adecuada puede influir en el estado de ánimo que propicia una composición y permitir una mayor expresividad y diversidad musical.
Así pues, las escalas en música son colecciones de notas que se utilizan para construir melodías y armonías. Aunque hay muchas escalas diferentes, ciertas escalas pueden tener equivalencias o relaciones con otras. Las Escalas Modales: son todas derivadas de la escala diatónica mayor. Cada modo comienza en una nota diferente de la escala diatónica. Por ejemplo, la escala de Do Mayor es C-D-E-F-G-A-B, pero si se comienza esa misma colección de notas desde D, se obtiene la escala de Re Dórico (D-E-F-G-A-B-C), que tiene un sonido diferente; las Escalas Mayores y Menores Relativas, que utilizan las mismas notas, pero comienza en una nota diferente. Por ejemplo, la escala de La menor es A-B-C-D-E-F-G, que son las mismas notas que la escala de Do mayor, solo que comenzando en A en lugar de C; las escalas Pentatónicas y Diatónicas, ya que la escala pentatónica es un subconjunto de la escala diatónica. Por ejemplo, la escala pentatónica mayor de C (C-D-E-G-A) contiene cinco de las siete notas de la escala diatónica de Do mayor; las escalas Enarmónicas, dado que, en la música occidental, algunas notas y escalas pueden tener diferentes nombres, pero sonar igual debido al sistema de temperamento igual que utilizamos. Por ejemplo, la escala de Sol sostenido mayor (G#-A#-B#-C#-D#-E#-F##) sonará igual que la escala de La bemol mayor (Ab-Bb-C-Db-Eb-F-G) en la mayoría de los instrumentos modernos, a pesar de que las notas se nombran de manera diferente. Hay muchas más equivalencias y relaciones que se pueden explorar como las escalas Menores Armónicas y Melódicas, dado que, además de la escala menor natural (o escala menor "pura"), que es la escala menor relativa de una escala mayor, también existen las escalas menores armónica y melódica. Estas escalas modifican ciertas notas de la escala menor natural para cambiar su sonido y facilitar ciertos movimientos armónicos y melódicos. Por ejemplo, la escala menor armónica incluye un séptimo grado elevado, mientras que la escala menor melódica eleva tanto el sexto como el séptimo grado cuando se asciende en la escala; las escalas de Tonalidades Paralelas, ya que cada escala mayor tiene una tonalidad paralela menor que comienza en la misma nota, y viceversa. Por ejemplo, la escala de Do mayor y la escala de Do menor son tonalidades paralelas. Estas escalas comparten la misma tónica, pero tienen diferentes colecciones de notas; las escalas Exóticas, ya que algunas tienen relaciones interesantes con las escalas occidentales más comunes. Por ejemplo, la "escala española de ocho tonos" es una escala de ocho notas que puede verse como una escala mayor con notas adicionales. La "escala de blues" es una modificación de la escala menor pentatónica con una nota adicional. La escala húngara menor es una modificación de la escala menor armónica: las escalas Simétricas, que significa que su patrón de intervalos es el mismo en ambas direcciones. Por ejemplo, la escala de tonos enteros (que solo utiliza tonos enteros) y la escala disminuida (que alterna semitonos y tonos) son ambas simétricas. Esto puede tener algunos efectos interesantes en música.
La escala de blues y la escala diatónica son diferentes porque se originaron en contextos musicales diferentes y tienen estructuras diferentes. Ambas escalas pueden usarse para crear música hermosa y emocionalmente resonante, pero cada una tiene su propia "personalidad" y puede evocar diferentes estados de ánimo. Así, mientras que la escala diatónica es la que probablemente es más familiar, se usa en la mayoría de la música occidental y consta de siete notas. En la escala de Do mayor, por ejemplo, las notas serían C-D-E-F-G-A-B (do, re, mi, fa, sol, la y si). Esta escala se usa en una amplia variedad de géneros, desde la música clásica hasta el pop y el rock. Por otro lado, la escala de blues es una escala de seis notas (hexatónica) que se originó en la música afroamericana en los Estados Unidos. En la clave de C (DO), una versión común de la escala de blues sería C-Eb-F-F#-G-Bb. Es de notar que esta escala incluye notas que no están en la escala diatónica de C, como el Eb y el F#. Estas notas, a menudo llamadas "notas azules", son lo que da a la música blues su sonido característico y emocional. Las notas azules son a menudo "doblez" o "bend" en la música blues, lo que significa que su tono se ajusta ligeramente hacia arriba o hacia abajo. Esta es una característica que no se encuentra comúnmente en la música que utiliza la escala diatónica. En suma, aunque ambas escalas se pueden utilizar para crear una amplia variedad de música, cada una tiene su propia estructura y sonido característico.
Podemos preguntarnos por las emociones que transmiten ambas escalas. Depende de cómo se utilicen. Naturalmente, las emociones evocadas son subjetivas y varían en función del oyente, contexto o ejecución. La escala diatónica se emplea en la música occidental, por ejemplo, en la música clásica y una pieza en una tonalidad mayor (que utiliza una escala diatónica mayor) a menudo suena alegre, brillante o triunfante, mientras que una pieza en una tonalidad menor (que utiliza una escala diatónica menor) puede sonar triste, melancólica o misteriosa. Sin embargo, un compositor hábil puede utilizar la escala diatónica para evocar una amplia variedad de emociones más allá de estas generalizaciones. Por otro lado una escala de blues, que se emplea en la música de blues, jazz, rock y otros géneros relacionados, para crear un sonido característico y emotivo. Las "notas azules" en la escala de blues pueden evocar sentimientos de tristeza, anhelo o desesperación. Sin embargo, la escala de blues también se puede utilizar para crear música que suene apasionada o incluso alegre. Al igual que con la escala diatónica, la variedad de emociones que puede evocar la escala de blues depende en gran medida de cómo se utilice. Letra, instrumentación, ritmo, armonía, así como la interpretación del ejecutante y muchos otros elementos, determinan la percepción final. Realmente complejo.
Ciertas escalas no se mezclan bien entre sí, debido a sus diferentes estructuras de tonos y semitonos. Por ejemplo, pasar de una escala mayor a una escala menor armónica podría ser abrupto y potencialmente violento para el oyente. No obstante, muchos compositores experimentan con diferentes escalas y modos en sus composiciones. Podrían, por ejemplo, escribir una pieza que cambie de una escala mayor a una escala menor, o que use modos como dórico, mixolidio o frigio.
Esta estructura simple de composición que cambia entre varias escalas, ha sido propuesta por una IA, CHAT GPT:
Verso 1: Escala mayor (por ejemplo, Do mayor) Coro: Escala menor relativa (por ejemplo, La menor)
Verso 2: Modo dórico (por ejemplo, Re dórico) Coro: Escala menor relativa (por ejemplo, La menor)
Puente: Escala menor melódica (por ejemplo, La menor melódica) Coro: Escala menor relativa (por ejemplo, La menor)
Repetición: Escala mayor (por ejemplo, Do mayor)
Esto es solo un ejemplo y hay muchas otras formas en que se pueden combinar diferentes escalas en una composición. Experimentar con diferentes escalas y modos puede ser una forma divertida y creativa de poner a prueba las habilidades de composición. Es un interesante modo de practicar. Al final, emociones asociadas a las vibraciones.
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