MARIANO JOSÉ GACTO FERNÁNDEZ BIÓLOGO Y CATEDRÁTICO DE MICROBIOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD DE MURCIA.
“Durante la carrera me llamaba mucho la atención lo que no se aprecia a simple vista. Como dice Saint-Exupéry en El Principito, lo importante es lo que no se ve”. Eso es lo que impulsó a Mariano José Gacto Fernández (Salamanca, 1948), catedrático de Microbiología de la Facultad de Biología de la Universidad de Murcia, a dedicarse a la investigación de los seres vivos más pequeños. La vocación científica, o más bien biológica, le viene de familia: «Tengo hermanas que son médicos, y mi padre era veterinario. En mi familia estábamos rodeados de biología”.
Después de licenciarse en Ciencias Biológicas en la Universidad de Salamanca, trabajó en su tesis doctoral en una línea que le acabaría abriendo nuevos horizontes: “Había investigado con bacterias y hongos y tuve la oportunidad de sacar una beca para irme a Estados Unidos. Fui a trabajar en algo que no había hecho hasta entonces y que en España prácticamente no se había tocado: los virus animales. Estuve en el Baylor College of Medicine en Houston y colaboré con el discípulo del virólogo que desarrolló la vacuna contra la polio, Joseph L. Melnick, que tenía un grupo de trabajo muy bueno en esa universidad”.
En Houston trabajó, principalmente, con las modificaciones que introducen los virus animales en las membranas de las células una vez que las infectan. “Al final pasé cuatro años allí. Llegó el momento en el que tenía que nacionalizarme o volver a España, y regresar fue la opción más sensata. El problema era que no tenía plaza, así que tuve que presentarme a unas oposiciones para profesor adjunto que saqué en Salamanca. Al año volví a hacer unas en León, luego en Granada, para ser profesor agregado, hasta que llegué a Murcia como catedrático en 1981”.
Levaduras y rutas MAP
Entre las líneas de investigación que Mariano Gacto ha desarrollado en su carrera, destaca el estudio de las levaduras. “Son las células unicelulares que más se parecen a las nuestras, al contrario que las bacterias. Ese es un objeto de estudio muy interesante porque, por ejemplo, las investigaciones que se hacen con las bacterias no se pueden aplicar a células superiores como las nuestras. Sin embargo, los descubrimientos con las levaduras sí son aplicables a nuestras células, porque también son eucariotas. Aunque son morfológicamente muy distintas a las nuestras, sí son prácticamente idénticas desde el punto de vista bioquímico».
Otra línea interesante es la que involucra a las rutas MAP. «Son las que informan a las células de lo que ocurre fuera de ellas. ¿Por qué las células saben si hay poca glucosa o mucha glucosa en el sistema? Porque se adaptan a través de la información que le llega al núcleo a través de estas rutas. Por ejemplo, si yo veo que está lloviendo es porque tengo unos ojos y unos sentidos que me permiten discernirlo. Las células no tienen ojos, pero sí pueden adaptarse al exterior a través de estímulos químicos que llegan al núcleo, que activan o inactivan genes según convenga. Si está lloviendo, cojo un paraguas; si la célula ve que hay mucha presión osmótica, crea sustancias internas para acomodarse gracias a las señales que llegan al núcleo».
“Mi trabajo me sale por pura inercia”
Gacto puede sentirse especialmente orgulloso de su equipo, pues no sólo publican artículos en las revistas científicas de mayor índice de impacto (las más citadas) a nivel internacional, sino que también han recibido galardones como el Premio Fleming en 2008: un galardón nacional que se otorga anualmente a un trabajo de investigación de relevancia internacional en el campo de la micología realizado en un laboratorio español. Sin embargo, este microbiólogo prefiere curarse en humildad: “Después de tantos años dedicándome a esto, es algo que hago por inercia. Prácticamente no sé hacer otra cosa”.
La mayoría pasamos por el mundo sin prestar atención a lo que nuestros ojos no pueden captar a simple vista. ¿Es diferente la perspectiva de la vida de un especialista en microbiología? ¿Se ve el mundo de manera distinta cuando eres capaz de intuir lo que no se ve? “Pues sí. Hay quien dice que los microbiólogos trabajamos en cosas a las que el resto de la gente no le da importancia porque no se ven. Para nosotros es al revés: lo importante es lo que no se ve. Un célebre microbiólogo dijo que “no es sorprendente encontrar gente dedicada a contemplar la actividad de los microbios invisibles porque a menudo son los que no sienten mucha atracción por las cosas que la vida nos muestra cada día”.
Nuestro experto contempla la docencia como una parte vital de su actividad como microbiólogo. “Si nos tuviéramos que dedicar exclusivamente a la investigación, nos habríamos decantado por el CSIC, que no imparte docencia. Nosotros tenemos las dos cosas, y eso es muy bueno. Primero, porque te obliga a actualizarte, no puedes enseñar exactamente lo mismo que hace 30 años. Y, por otro lado, creas una cierta sensación de continuidad. Cuando llegué a Murcia era el único catedrático de Microbiología que había en la UMU, aunque sí había entonces un agregado. Ahora hay cuatro más, y a todos ellos les he dado clase. Así que es gratificante que esto se extienda a través de la actividad docente”.
Los peligros del analfabetismo científico
Casos como la epidemia mundial del virus ébola han puesto de actualidad su área de especialización. “La parte de los microorganismos patógenos siempre es más fácil de entender, porque nos afectan directamente. Desde el inicio de la microbiología, las enfermedades infecciosas han gozado de un gran interés. La divulgación ahí es relativamente simple, porque entendemos todos que hay microorganismos que nos quieren hacer daño”.
“Habría que resaltar que sólo el 5% de estos organismos son perjudiciales. El vino, el pan y la cerveza también tienen actividad de microorganismos, pero las nocivas llevan más fácilmente al gran público, aunque desde luego son importantes”. Estas son las peculiares modas dentro del mundo científico, las fashions of science, como ya lo fueron la gripe A o el VIH. Para combatir el pánico causado por esta corrientes mediáticas, reivindica el papel de la divulgación: “Todo tiene su momento. Cuando acabe el ébola surgirá otra cosa que también será importante en su momento, pero acabará siendo controlada, o por lo menos limitada. Estos brotes llevan al pánico inducido por el analfabetismo científico. Quien se asusta es quien no lo entiende. De ahí la importancia de la divulgación”.
La fotosíntesis marina y el calentamiento global
Una de las investigaciones más esclarecedoras de la carrera de este catedrático fue la que realizó sobre el calentamiento global. “Los microorganismos son también muy importantes en este fenómeno aunque es un aspecto muy desconocido. Muy poca gente sabe que rumiantes como las vacas producen al año más efecto invernadero que un coche que recorre mil kilómetros. Tenemos microorganismos metanogénicos que producen gases de efecto invernadero, que en los rumiantes se expulsan como eructos y ventosidades».
«Otro ejemplo ilustrativo: una de las formas de aplacar el calentamiento global es a través de la fotosíntesis. El público general cree que sólo las plantas la hacen, cuando las bacterias que hay sobre la superficie marina generan más fotosíntesis que todo el Amazonas. La contaminación marítima destruye esas bacterias, y ese no es el motivo que se suele esgrimir cuando se protesta contra la contaminación”.
Gacto reflexiona sobre el estado actual de la ciencia llevando el foco de atención a un problema cada vez más común en las universidades: “Lo que más me preocupa es que la gente prácticamente no se mueve, cuando la ciencia es internacional. Si te quedas en un sitio no es bueno, además de los peligros que conlleva ser autodidacta en esta disciplina. Hay que trabajar en países diferentes con equipos distintos, y hoy eso no se valora. Es más, uno de los problemas de la universidad actual es la endogamia. En Estados Unidos nadie puede ser profesor en el sitio en el que ha hecho su tesis, y eso genera movilidad. Aquí en España se hacen oposiciones de despacho que no prueban que te sepas el programa de tu asignatura. Necesitamos mayor amplitud de horizontes, eso te engrandece profesionalmente, sobre todo en la investigación, porque si no es una cosa cerrada e infecciosa”.
Curiosamente, Gacto es aficionado a la astronomía, justo lo inverso a la microscopía. También disfruta con la música clásica y la lectura de ensayos filosóficos.