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Nos referimos a H2S (sulfuro de hidrógeno), HCN (cianuro de hidrógeno) y CO (monóxido de carbono). Su peligrosidad se basa en el bloqueo irreversible de la sexta posición (posición distal) del grupo hemo de la hemoglobina. El ion hierro(II) (ferroso) está unido a cuatro átomos de nitrógeno pirrólicos, dos de ellos desprotonados para compensar las dos cargas positivas del ion ferroso. La quinta posición está ocupada por un átomo de nitrógeno de histidina (proximal) y en la sexta posición entra la molécula de oxígeno (O2), en el hueco que queda entre el ion ferroso y otra histidina (distal).
El sulfuro de hidrógeno se encuentra de forma natural en petróleo, gas natural y manantiales de aguas termales. Se genera también por descomposición de la materia orgánica existente en condiciones anaerobias, proveniente de proteínas que contienen azufre. Es un gas de olor característico a huevos podridos, perceptible en contenidos muy bajos (realmente son los huevos podridos los que huelen a sulfuro de hidrógeno). Es extremadamente nocivo para la salud. Comienza causando un malestar agudo que conlleva a la asfixia y a la muerte por sobreexposición.
El cianuro de hidrógeno ha sido el gas utilizado habitualmente en la pena capital mediante la cámara de gas, método muy utilizado en los campos de concentración de la segunda guerra mundial. Se coloca un recipiente con un ácido fuerte (por ejemplo, ácido sulfúrico) y se introduce en él una bolsa conteniendo cianuro de sodio o de potasio. Se genera inmediatamente una nube de gas cianhídrico letal. Su presencia se percibe por un ligero olor a almendras amargas y en el laboratorio los cianuros deben manejarse en medios alcalinos y en el interior de vitrinas bien ventiladas.
El monóxido de carbono fue también muy utilizado durante el holocausto en la segunda guerra mundial. Se produce en la combustión deficiente de sustancias como gas, gasolina, carbón, tabaco o madera. Calentadores de agua y aparatos domésticos que queman combustible, como las estufas y hornillas de la cocina también pueden producirlo si no funcionan bien. Los vehículos con el motor encendido también lo expulsan. De aquí el sumo cuidado que deben tener las parejitas que se entregan a sus juegos amorosos en el interior de un vehículo con la calefacción funcionando y las ventanillas cerradas. El monóxido de carbono es inodoro (no se detecta) y su intoxicación comienza con una placentera modorra de la que puede no despertarse.