Pensándolo bien...

null SERES ARTIFICIALES I: ANTIGÜEDAD REMOTA

La idea de los robots no es nada nuevo. De siempre, parece que el hombre pretendió tener a su servicio a un ser artificial a quien daría órdenes, en especial las que él mismo tendría muchas dificultades en cumplir. Antigüedad supuesta para la idea y, hasta cierto punto comprobada, al menos en el periodo histórico. En todo caso fue una idea que emergió mucho antes que los ordenadores hicieran su aparición.

Mitos griegos lo atestiguan, como Talos, autómata de bronce. encargado de defender a la Creta minoica de piratas e invasores. Lo hacía efectivo rodeando las costas de la isla tres veces al día. Apolonio, en las Areonáuticas, relata como el broncíneo Talos “…desgajando peñascos del recio acantilado, les impedía amarrar sus cables a tierra. Él, entre los semidioses había quedado de la estirpe de los hombres que nacieron de los fresnos; el Crónida se lo donó a Europa para que fuese guardián de su isla, y él por tres veces daba a Creta la vuelta con sus broncíneos pies. Pero si bien estaba formado de bronce y sin fractura posible, por debajo del tendón, en el tobillo, tenía una vena llena de sangre, y la membrana sutil que la encerraba, era su límite entre la vida y la muerte...”.

Se considera que Talos fue hijo de Crea y de Hefesto, en unas lecturas, lo que le invalidaría como autómata forjado por Hefesto con la ayuda de los Cíclopes. En otras lecturas se le hace pertenecer a una estirpe de gigantes de bronce y en unas terceras, fue resultado de la forja de Dédalo, a quien se atribuye dotes de arquitecto y artesano hábil, constructor del laberinto de Creta y con dos hijos bien conocidos: Ícaro y Yápige. En todo caso, Talos era el guardián de Creta, bien proporcionado por Zeus a Europa o por Hefesto al rey Minos. Destruía barcos de extranjeros e impedía salir a quienes no tuvieran permiso del rey Minos. El método que empleaba era contundente, pues cuando sorprendía a algún extranjero, se sumergía en el fuego hasta ponerse al rojo vivo e iba abrazando a quien alcanzaba, hasta quitarles la vida.  A Talos solo le recorría una única vena desde el cuello hasta el tobillo, donde estaba remachada por un clavo que le impedía desangrarse, al tiempo que era su flaqueza o punto débil, al estilo de Aquiles. Se narraba que, cuando Jasón y los argonautas arribaron a Creta, una vez conquistado el vellocino de oro, no le permitió desembarcar de la nave Argo, con la que había ido a la conquista,

La hija de Aietes, Medea, la hechicera que se enamoró de Jasón, le ayudó a superar las pruebas para lograr el vellocino de oro, con la condición de que se casara con ella. Al volver a Grecia reclamó el trono de su padre, pero la paz fue efímera, dado que los habitantes de Iokos no aceptaban la magia de Medea y se levantaron para expulsarlos. Se instalaron en Corinto, cuyo rey ofreció su hija a Jasón, lo que irritó a Medea, que presa de la ira mató a la mujer de Jasón y a los hijos de ambos y marchó hacia el Monte Olimpo para olvidar a Jasón y se casó con Aquiles. Pero no terminó ahí la historia, por cuanto Jasón regreso a su tierra Iolkos, pretendiendo vivir en su barco, el Argo; pero un buen dia, estando sentado y llorando la pena, cayó un rayo sobre el barco, destrozándolo por completo y haciéndolo saltar por los aires y como consecuencia del golpe, perdió la vida. Bien pudiera atribuirse a Medea tan dramático final. Medea, nieta del dios Helios, es el prototipo de bruja. Cuando los argonautas llegan a Creta tras la purificación de Medea por el asesinato de Apsirto, atravesar el estrecho de Caridbia y superar el dominio de las sirenas, no pudieron tomar tierra, ya que estaba custodiada por Talos. La única vena que tenía Talos remachada por un clavo en el tobillo fue objeto de un mal de ojo de Medea y un peñasco que cayó le rozó el tobillo y lo desangró. De esta manera acabó el gigante Talos y Medea pudo alcanzar la costa. Como vemos, triste historia mítica la de Talos, victima inapelable como ser artificial. mediante le hechicería o brujería de los humanos.

Otro caso notable es el de Hefestos en la Iliada, que fabricó unas sirvientas en oro para que lo ayudaran en su atención personal. Solo se mencionan en una ocasión en que Hefestos está trabajando y acude a la llamada de la diosa Tetis, que pretende que le fabrique unas armas especiales para su hijo Aquiles, justamente las mismas armas con las que matará, posteriormente, a Héctor. Narra que estaban al servicio de su dueño y señor, en suma, sirviendo a su creador. También, dice que parecían tener vida, que comprendían y tenían cierta autonomía de acción.  Añade que tenían fuerza y voz, con lo que podían realizar tanto trabajos físicos como intelectuales.

Otra notable referencia es la que relata Ovidio en las metamorfosis, la historia de Pigmalión, rey de Chipre, que buscó durante mucho tiempo una mujer con la que casarse. Pero era exigente y pretendía que fuera una mujer perfecta. Tan complicada era su búsqueda que decidió no casarse y dedicarse a crear esculturas que, por su belleza, compensaran su falta de compañía. Una de esas esculturas fue Galatea, que resultó ser tan bella que se enamoró de ella. Gracias a Afrodita, Pigmalión soñó que Galatea cobraba vida. Cuando despertó Afrodita, que había quedado conmovida, le dijo «mereces la felicidad, una felicidad que tú mismo has plasmado. Aquí tienes a la reina que has buscado. Ámala y defiéndela del mal». Fuse de esta forma que Galatea se transformó en humana.

En la época medieval destacamos la aportación del inventor musulmán Ismail al Yazari, que nació en la actual Turquía y vivió en una época de agitación como fue el tiempo de las cruzadas. En el siglo XII, sentó las bases de la ingeniería moderna, la hidráulica y, ¡cómo no!, la robótica. Construyó mecanismos que se emplearon como juegos por los más ricos, junto a máquinas prácticas que ayudaban a las personas o a la extracción de agua o fuentes programadas para conectarse y apagarse. Es notable la realización de un conductor indio (mahout) que iba tocando, hasta media hora, la cabeza de un elefante para provocarle que caminara y autómatas en forma de sirvientes que ofrecían toallas en los baños. Afortunadamente para nosotros, Al Yazari, documentó sus trabajos explicando cómo diseñaba las máquinas que luego construía. En 1206 presentó el catálogo de “máquinas incomparables” que hoy se denomina “El libro del conocimiento de Dispositivos Mecánicos ingeniosos”. Han llegado hasta nuestros días varias copias incompletas muy apreciadas.

Las referencias a ingenios, bien mecánicos o biológicos son muy numerosas. Paracelso, que vivió entre 1493 y 1551 se ocupó de los homúnculos en sus libros prohibidos. Son hombres en miniatura, no una criatura inacabada sino un hombre orgánico con todas sus cualidades y características humanas, salvo que era  creado de forma artificial en el marco de la alquimia. Parecen ser una versión del Golem de los mitos hebreos: un ser animado fabricado a partir de materia inanimada, como barro, arcilla o similar y esta denominación se da  en la Biblia (Salmos 139:16) y en la literatura talmúdica, refiriéndose a una sustancia embrionaria o incompleta. Normalmente es un coloso de piedra. Es famosa la leyenda de Praga, según la cual un rabino creó un Golem de arcilla para defender de la persecución a los judíos. Homúnculo y Golem coinciden en ser una idea metafórica de la subcreación: Dios crea al hombre a su imagen y semejanza y éste, a su vez, puede crear, también, vida.