Columnas
Nos hemos habituado a vivir en un mundo donde importa el desarrollo en ciertos aspectos, en particular en aquellos que nos permite vivir mejor; pero interesa saber si dicho modelo de desarrollo será sostenible en el tiempo. Un mundo donde tomemos aquello que necesitamos (o así lo creemos), continuemos fabricando sin mirar al futuro, utilicemos nuestros recursos sin límite, y al final, tiremos a la basura todo lo sobrante, no será sostenible en absoluto. La Unión Europea, a finales de 2016, ha propuesto un ambicioso programa sobre Economía Circular, que permitirá a nuestra sociedad aprovechar sus recursos de una manera sostenible y eficaz. Si somos capaces de alargar el ciclo de vida de nuestros productos, mediante un mayor reciclado y reutilización de los mismos, beneficiaremos tanto al medio ambiente como a la economía; y esto es economía circular.
Pero todo no es tan simple. Veamos como ejemplo nuestra basura doméstica. Sabemos que producimos sobre 1,2 kg por habitante y día, y que hay que dar a este residuo una solución económica, social y ambiental correcta si no queremos generar un problema enorme. Pues bien, todos los estudios realizados sobre estos residuos hablan de sus excelentes cualidades para valorizarlos: de una parte, hay adecuada tecnología para reciclar correctamente el vidrio, papel, cartón, metales, y el plástico que contienen. Además, el 40% de nuestra basura doméstica es orgánica (bioresiduo), aprovechable bien para producir energía limpia (biogás mediante biometanización), o bien utilizarla para obtener mediante los tratamientos necesarios, una excelente enmienda orgánica para los suelos agrícolas que permita ahorrar fertilizantes minerales convencionales y mantener la fertilidad edáfica de nuestros suelos, evitando problemas de desertificación. Sin embargo, aunque disponemos de la tecnología y los conocimientos necesarios para llevar a cabo la valorización anteriormente indicada, ¿por qué hoy en día estamos lejos de hacer rentable esa realidad? ¿por qué no exigimos una recogida selectiva en condiciones que permita la conversión del residuo en recurso? ¿por qué seguimos manteniendo vertederos que se tragan cantidades ingentes de esa basura doméstica que es una fuente de riqueza dentro de la ya mencionada economía circular? La administración, las empresas implicadas y la ciudadanía en general, deberíamos ser conscientes de que interesa tomar en serio el reciclado de nuestra basura doméstica; si no lo hacemos, perderemos la oportunidad de mejorar verdaderamente nuestra vida, nuestra sociedad, y nuestro medio ambiente.