Artículos Académicos

null PRODUCIR MÁS CON MENOS

Oímos con frecuencia el mensaje “hacer más con menos”, mensaje que se prescribe como consecuencia de los limitados recursos económicos disponibles. Aprovechando este mensaje, quiero hacer llegar al lector algunas reflexiones acerca de que si no queremos perder el camino hacia el deseado estado del bienestar, se debe apostar por el conocimiento como el elemento que amortigüe el consumo acelerado de los limitados recursos naturales existentes en nuestro planeta. A modo de ejemplo, en unos años necesitaremos un 30% más de agua dulce sólo para producir alimentos de origen vegetal y para el año 2050, se duplicará el consumo de carne. ¿Cómo podremos atender a estas demandas? Por un lado, concienciando a la sociedad de la urgente necesidad de consumir menos recursos naturales. En este sentido han sido muy valiosas campañas como las desarrolladas para disminuir el consumo de agua o controlar la pesca abusiva. Por otro, produciendo más con menos, una estrategia basada en el conocimiento. Los avances científicos en el último siglo en el ámbito de las ciencias agrarias han sido impresionantes y se han basado, principalmente, en la mejora genética, en el control de plagas y enfermedades, en el dominio de tecnologías en reproducción asistida o en la mejora de la nutrición y de las condiciones de cultivo. Avances que han sido eficientemente aplicados por la industria agropecuaria en procesos innovadores. Y las consecuencias han sido, a modo de ejemplo, que los rendimientos lecheros de las vacas se han duplicado; que se producen más kilogramos de carne con los mismos recursos que hace años; que podemos producir de forma intensiva productos hortofrutícolas como nunca se había hecho hasta ahora, que tenemos cultivos más resistentes, especies más productivas, que producimos alimentos más seguros y nutritivos… que somos capaces de producir más con menos. Sin embargo, estos avances no son suficientes. Necesitamos desarrollar un entorno tecnológico que dé respuesta a las próximas demandas alimenticias, energéticas o hídricas. Una nueva realidad, predecible, a la que debemos llegar preparados con las mejores herramientas que nos proporcionen la ciencia y la tecnología. Por eso es tiempo de mantener una apuesta decidida por el conocimiento. Algunos países han dado muestra de ello y esperemos que el nuestro también, ya que es el único modo de producir más con menos y esquivar la crítica situación en la que nos podemos ver inmersos.