Pensándolo bien...

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El principal argumento a favor de la idea de que usar tecnología para las mismas tareas de antes resulta más costoso se basa en varios factores. En primer lugar, la adquisición de dispositivos y software tecnológicamente avanzados implica una inversión económica significativa. Además, la tecnología requiere mantenimiento, actualizaciones constantes y, en muchos casos, suscripciones a servicios específicos para su funcionamiento óptimo. También existe el costo de la obsolescencia programada, donde los dispositivos son diseñados para tener una vida útil limitada, lo que obliga a los consumidores a reemplazarlos periódicamente.

Por otro lado, la tecnología ha demostrado aumentar la eficiencia y la productividad en múltiples ámbitos. Las herramientas digitales permiten procesar, almacenar y analizar grandes cantidades de información mucho más rápido que los métodos manuales tradicionales. En el trabajo, por ejemplo, el software de gestión de proyectos y las plataformas de colaboración “on line” han facilitado la coordinación de equipos y la ejecución de tareas, superando las limitaciones de tiempo y espacio. Esto sugiere que, aunque inicialmente más caro, el retorno de la inversión en tecnología puede ser significativo en términos de productividad y eficiencia.

Además de los aspectos económicos y de eficiencia, la tecnología también ha mejorado la calidad de vida. La medicina ha avanzado enormemente gracias a la tecnología, desde diagnósticos más precisos hasta tratamientos innovadores que salvan vidas. La educación se ha vuelto más accesible con las plataformas de aprendizaje “on line”, y las redes sociales han transformado la forma en que nos conectamos y compartimos con otros. Aunque estos avances tienen un costo, también ofrecen beneficios invaluables que van más allá de lo económico.

Otro aspecto importante a considerar son los costos ambientales de la tecnología. La producción y desecho de dispositivos electrónicos tienen un impacto significativo en el medio ambiente. Sin embargo, la tecnología también ofrece soluciones a problemas ambientales, como la optimización del uso de recursos y el desarrollo de energías renovables. La clave está en equilibrar la innovación tecnológica con prácticas sostenibles.

Aunque es cierto que la adopción de tecnología para realizar las mismas tareas de antes puede implicar mayores costos económicos iniciales, esta perspectiva no tiene en cuenta el valor agregado en términos de eficiencia, productividad, calidad de vida y potencial para abordar desafíos globales. La tecnología, usada de manera consciente y estratégica, tiene el poder de enriquecer nuestras vidas de manera significativa, ofreciendo beneficios que a menudo superan sus costos. El desafío radica en equilibrar estos costos con los beneficios, asegurando que la tecnología sirva como herramienta para el progreso y bienestar humano, sin comprometer la sostenibilidad o equidad.

Pero, además de estas precisiones, donde la tecnología ofrece ventajas sustanciales es en el empleo creativo de la misma. Hacer algo que anteriormente no estaba al alcance es una mejora sustancial comparativa. En un campo tan poco rutinario como es la ejecución en el piano, donde la técnica sumada a la sensibilidad del ejecutante y a los matices de la partitura, generan emociones diversas capaces de cautivar o no incidir apreciablemente. Aparentemente, la tecnología quedaba relegada en este campo a ser mera registradora del sonido, capaces de repetir, cómodamente, las ejecuciones grabadas. Así ha devenido una industria poderosa de la audición que ha ido incorporando sucesivamente los avances tecnológicos que han ido perfilando mejoras potencialidades de registro, llegando a perfecciones inimaginables poco tiempo atrás.

Ahora el MIT propone un avance significativo en la Sección de Artes Musicales y Teatrales. Una vez que los alumnos han finalizado su interpretación pianística, se distancian del instrumento para contemplar como las teclas se hundían y subían como mágicamente, pero repitiendo lo que los dedos del alumno habían efectuado unos momentos antes. El alumno contempla una repetición de su interpretación. Esto permite observar la diferencia entre lo que el alumno cree que ha imaginado que hace y lo que realmente ha tocado.

El instrumento es uno denominado Steinway Spirio | R, que integra tecnología para registrar y reproducir actuaciones en directo. Esto posibilita observar en una pantalla la codificación con colores de la velocidad y duración de cada nota, el uso de los pedales, en especial el muy complicado correspondiente a la sordina. El empleo de estos elementos adecuadamente es objeto de análisis por el propio ejecutante y, claro está, de su profesor. La reproducción de lo registrado en un ordenador o cualquier artilugio permite este análisis. Caramente, es un uso de la tecnología muy singular.

Con esta tecnología se pueden aprender muchas más cosas que a partir de una grabación convencional. Hay algunos aspectos que pasan inadvertidos para los aficionados no profesionales, como es el caso de la dimensión sonora que registran los sistemas digitales. MP3 no capta la dimensión real de una emisión sonora. Los sistemas de altavoces no discriminan apropiadamente graves y agudos. La velocidad de ejecución y los ajustes de volumen de ciertas notas permiten matizar una melodía o transponer la tonalidad y analizar los efectos.

Las diferentes tonalidades, a menudo, se asocian con ciertas emociones o estados de ánimo. Por ejemplo, las tonalidades mayores suelen estar vinculadas con sentimientos de alegría, luminosidad y energía, mientras que las tonalidades menores frecuentemente evocan tristeza, melancolía o misterio. La elección de la tonalidad puede depender de la emoción o atmósfera que el compositor desee transmitir en su pieza.

La tonalidad elegida debe acomodarse al rango de los instrumentos o voces que participan en la pieza. Algunas tonalidades son más adecuadas para ciertos instrumentos debido a la facilidad con la que estos pueden producir las notas. Por ejemplo, una tonalidad con muchas alteraciones (sostenidos o bemoles) podría ser más difícil de ejecutar para instrumentos como la guitarra o el piano, dependiendo del nivel del intérprete. Diferentes géneros musicales y tradiciones pueden preferir ciertas tonalidades. En el jazz, por ejemplo, es común el uso de tonalidades con alteraciones debido a la rica armonía y modulaciones características del género. En la música clásica, ciertas formas y estilos también pueden influir en la elección de la tonalidad. En el contexto de un álbum, una suite, o una serie de piezas relacionadas, la elección de las tonalidades puede ser estratégica para crear contrastes, cohesión o una narrativa musical. Las transiciones de tonalidad entre piezas se pueden diseñar para evocar una progresión emocional o conceptual. Las preferencias personales del compositor y su confort con ciertas tonalidades también juegan un papel importante. Algunos compositores se sienten más inspirados o cómodos trabajando dentro de ciertas tonalidades debido a su familiaridad o a la resonancia emocional que estas les provocan. La elección de una tonalidad también puede ser un acto de experimentación y exploración, buscando nuevos colores tonales, texturas y posibilidades armónicas. Compositores que buscan innovar o crear sonidos únicos pueden elegir tonalidades menos convencionales para explorar nuevas direcciones musicales. En suma, la elección de la tonalidad en la composición musical es un proceso multifacético que refleja una combinación de consideraciones técnicas, emocionales, tradicionales y personales. Cada tonalidad tiene su propio carácter y posibilidades, y la selección adecuada puede enriquecer profundamente la expresión y la experiencia musical.

El sistema Steinway Spirio | R, permite observar las diferencias entre lo imaginado y lo que se escucha, para buscar soluciones. Una herramienta educativa de primera magnitud. Observar el tiempo que se emplea en pulsar cada tecla y la velocidad a la que se hace permite valorar con más precisión la uniformidad y la “voz” de una interpretación. Se trata de la posibilidad de superar la dependencia exclusiva del oído al incluir la experiencia visual y análisis estadístico de la ejecución. Los señores láser del sistema muestrean 800 veces por segundo y son capaces de captar hasta 1020 niveles de sensibilidad en el golpe del martillo sobre las cuerdas. La cantidad de datos que captura el sistema es fenomenal.

En el colmo de la perfección, el sistema Steinway Spirio | R se completó con un sistema propio del MIT consistente en una experiencia en neurociencia centrada en la biomecánica de la danza y el movimiento. Esto permitió analizar cómo los pianistas utilizan su cuerpo, registrando las trayectorias del movimiento. Combina placas de fuerza que informan sobre la organización del tiempo de movimiento y ultrasonidos visualizando los tejidos del antebrazo en la ejecución, que pueden informar de usos inadecuados que pueden dar lugar a lesiones.

Se trata de una herramienta que permite un uso educativo, experimental, creativo, en suma. La tecnología, como la técnica, en general, permite adaptar la naturaleza para la comodidad humana. Facilitar el aprendizaje es poner a disposición del humano la posibilidad de mejorar a lo largo de su vida. Se podría considerar que, a la postre, el ejecutante del piano, hace lo que siempre hizo, ejecutar, interpretar, pero permite ir en la dirección de la perfección de manera informada. Sí tiene pinta de implicar una innovación al actuar como espejo y delatar fortalezas y debilidades. Un auténtico logro.

Sopa de letras: PIANO ESPEJO

Soluciones: MÉTRICA PARA UN NUEVO TIEMPO