Artículos Académicos
Para amar hay que conocer y para gestionar hay que comprender. No podemos gestionar nuestros recursos naturales y mantener su potencial económico si desconocemos los procesos ecológicos que los soportan. Para ello hay que investigar y para investigar se necesitan personas preparadas, infraestructuras y financiación. En el medio marino surgen, aunque sea como serpientes de verano, cuestiones que nadie parece responder. ¿Favorecen las reservas marinas la pesca y el turismo o son solo un anhelo conservacionista? ¿Es efectiva la protección o el furtivismo la malogra? ¿Habrá medusas el próximo verano? ¿Por qué algunos años hay menos? ¿Se enturbiará el agua si no las hay? ¿Volverán los caballitos de mar? ¿Cuánto turismo, y dinero, perdemos por culpa de estos problemas? ¿Qué ganamos o perdemos con un macropuerto en el Gorguel? Los países como España, y las regiones con menos presupuesto e infraestructuras, como Murcia, tienen serias dificultades para financiar su investigación. Ello implica un enorme esfuerzo en tiempo, recursos propios e imaginación por parte de los investigadores que optan por intentarlo. Algunos consiguen abrir líneas punteras, que probablemente morirán con ellos. Pero la investigación para responder a las necesidades de gestión queda en gran parte sin cubrir. Se dice que esto beneficia a los especuladores, porque pueden tomarse decisiones perjudiciales para la Región, pero lucrativas para unos pocos, bajo la excusa de la falta de información. Lo triste es que, incluso con el escaso presupuesto disponible, podría lograrse más. Se gastan cantidades ingentes de dinero en pescar medusas; para implementar las directivas europeas se hacen seguimientos ambientales o se recogen estadísticas, con criterios erráticos, en distintas Consejerías. La duplicidad y el solapamiento entre administraciones locales, regionales y nacionales es lamentablemente frecuente y los trabajos suelen hacerse al margen de la ciencia. ¿Dónde están esos datos? Generalmente traspapelados. Frecuentemente son inutilizables porque no siguen los estándares de calidad científica; el diseño inadecuado de los muestreos impide que puedan extraerse conclusiones; demasiadas veces ni siquiera son fiables porque han sido tomados por personas sin preparación, pensando únicamente en el rendimiento económico; en algunos casos lamentables son plagiados de otros informes… Las regiones pobres no pueden permitirse este despilfarro. Con un plan coordinado de necesidades de información para la gestión y una planificación con bases científicas para la recogida, almacenamiento y uso de datos, los recursos invertidos se podrían rentabilizar, cubriendo las necesidades de conocimiento, infraestructuras, actividades de investigación y la formación de personal especializado ¿Qué impide hacerlo?