Columnas
La obesidad representa un grave problema en los países desarrollados por el riesgo añadido de contraer enfermedades cardiovasculares y diabetes, la incapacidad para realizar ciertos trabajos y por los problemas psicológicos o psiquiátricos que padecen algunas personas obesas. Aunque la sobrealimentación favorece la obesidad, son varios los factores a tener en cuenta y, entre ellos, tal vez el más importante sea el componente genético.
Estudios recientes ponen de relieve la incidencia del factor genético en la obesidad. Así, los ratones modificados genéticamente para que no expresen los receptores implicados en la diferenciación de los adipocitos quedan protegidos contra la obesidad y contra la falta de respuesta a la insulina que producen los alimentos ricos en grasas. Los inhibidores farmacológicos de los receptores reducen la resistencia a la insulina en ratones, y el riesgo de padecer diabetes tipo 2 (no dependiente de insulina) es menor en personas que por razones genéticas expresan receptores con poca actividad.
En los últimos años se ha descubierto que el tejido adiposo, considerado hasta entonces como un mero depósito de grasa, es capaz de producir adipoquinas, proteínas con acciones hormonales. Pues bien, la producción de una de ellas, la adiponectina, disminuye en personas obesas y en pacientes con enfermedades cardiovasculares o con diabetes tipo 2. La inyección de adiponectina en ratones favorece el metabolismo de los ácidos grasos en el músculo, reduciendo por tanto su cantidad en el plasma sanguíneo y previniendo los trastornos derivados del exceso de ácidos grasos en la sangre. Además, la administración de adiponectina corrige transitoriamente la hiperglucemia en ratones diabéticos. Aunque de momento se desconocen los factores que regulan la síntesis y liberación de adiponectina, es previsible que pronto dispongamos de información al respecto. Si se consiguiera aumentar la producción de adiponectina mejoraría el estado de las personas obesas y diabéticas.
También se podría abordar el problema de la obesidad si se conociera cómo actúa la adiponectina a nivel celular y los mecanismos que activan la combustión de los ácidos grasos. La identificación reciente de los genes que codifican los receptores de adiponectina en músculo e hígado supone un extraordinario avance para establecer las reacciones que siguen a la ocupación de los receptores. Los hallazgos comentados abren el camino a la exploración de nuevos métodos terapéuticos para prevenir eficazmente la obesidad y mejorar la calidad de vida de los diabéticos.