Artículos Académicos
Las últimas versiones de los iPads e iPhones de Apple vienen equipados con una pantalla de alta resolución a la que la empresa de la manzana ha dado el nombre comercial de pantalla “Retina”. La razón que según Apple sustenta este nombre la dio el propio Steve Jobs en la presentación del iPhone 4: “debido a la alta densidad de elementos de imagen (píxeles) de la pantalla “Retina”, el ojo humano es incapaz de distinguirlos”. Esta afirmación es casi correcta, ya que en condiciones de visión normales la mayoría de las personas no somos capaces de ver los detalles de los píxeles. Sin embargo a muchos científicos, normalmente muy proclives a todas las innovaciones de Apple, no ha gustado este nombre porque parece indicar que las características de estas pantallas son similares a la retina de nuestro ojo. Dada la influencia de todo lo que hace Apple, la elección del nombre es ciertamente desafortunada porque las diferencias entre las características de la pantalla “Retina” y la retina humana son simplemente abismales. Déjenme que les analice alguna de las características utilizando datos del nuevo iPad. Tiene una resolución de 2048×1536 pixeles, es decir algo más de 3 millones en total. Cada pixel tiene un tamaño aproximado una decima de milímetro y contiene tres subelementos (rojo, azul y verde) para reproducir los colores. Nuestra retina tiene dos tipos de elementos fotorreceptores, los conos, que utilizamos en la visión diurna y de colores, y los bastones que usamos preferentemente en visión nocturna. Tenemos unos 7 millones de conos, con un tamaño de poco más de 2 centésimas de milímetro, y más de 120 millones de bastones. Los píxeles de la pantalla del nuevo iPad son 40 veces más grandes que los conos, así que aproximadamente dentro de cada pixel de la pantalla podrían colocarse unos 1500 conos. Como comparación en un pixel del viejo iPad2, con peor resolución, caben 4 del nuevo. Pero además de la resolución, un iPad colocado a la distancia de lectura cubre un campo visual de unos 30 grados, una pequeña fracción de nuestro campo de visión que es del orden de 200 grados. El contraste de la pantalla “Retina” es menor de 1 a 1000, bien modesto si se compara con el espectacular rango de sensibilidad de nuestra retina, de 1 a más de 1000 millones. A la vista de estos datos, a las pantallas les queda tanto por avanzar en su desarrollo para acercarse a nuestra maravillosa retina, que parece demasiado osado darles este nombre.