Columnas
A lo largo de la historia se tiene la sensación de que la mujer, salvo raras excepciones, no ha existido en las Ciencias, sobre todo en Matemáticas. Sin embargo, pese a la clara preponderancia masculina – todos hemos oído hablar de Pitágoras, Newton, Euler, etc.- en todas las épocas de la historia se encuentra un gran número de mujeres notables. Ya en el año 370, Hipatía, nacida en Alejandría, hija del matemático Teón, acompañaba a su padre durante sus clases y, según cuentan, con gran enfado de su madre que no consideraba esto adecuado para una niña. Participó en la Sociedad de Amigos de la Biblioteca de Alejandría y fue profesora en aquella ciudad. Se convirtió en un bastión de la libertad del pensamiento femenino, defendiendo sus ideas y murió de forma trágica. En el siglo XVIII destacan las matemáticas Emilia Breteuil, marquesa de Chatelet, que tradujo una obra tan compleja como los Principia de Newton. Maria Gaetana Agnesi, autora del libro Instituzioni Analitiche, el cual impresionó tanto al catedrático de matemáticas de Cambridge John Colson que decidió aprender italiano para traducirlo al inglés; y Sophie Germain que trabajó sobre teoría de números y geometría diferencial. Ésta tuvo que utilizar seudónimo masculino para poder entrar en ese universo matemático de hombres. Ada Byron, condesa de Lovelace, hija del poeta Lord Byron, puede ser considerada la precursora de la programación de ordenadores a mitad del siglo XIX y Emmy Noether, que obtuvo resultados importantes en álgebra abstracta, entró en 1909 a formar parte de la Asociación Alemana de Matemáticos. Así podríamos enumerar muchas más. Este era un grupo de mujeres privilegiadas en un doble sentido, primero en inteligencia, y en segundo lugar, eran hijas de matemáticos, creciendo en un ambiente donde se respiraba y apreciaban las matemáticas y por tanto su talento era reconocido en su entorno; o pertenecían a la aristocracia, lo que le permitía cultivar sus conocimientos científicos, a pesar de la sociedad hostil en la que vivían. Afortunadamente las cosas están cambiando. Por primera vez en España se han realizado, en Santiago de Compostela, las primeras jornadas “Mujeres y Matemáticas” de la Real Sociedad Matemática Española, concebidas como un lugar de encuentro y discusión de los problemas de género que actualmente subsisten en el ámbito académico, docente e investigador en relación con las matemáticas. Y, sobre todo, hoy el porcentaje de mujeres y hombres en las Facultades de Matemáticas de nuestro país es similar, augurando un esperanzador futuro.