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null Mis reflexiones sobre el reciclaje de residuos

Mis reflexiones sobre el reciclaje de residuos me sugieren que, aunque el reciclaje es una opción necesaria, sabemos que no es la solución al problema de los desechos que generamos; deberíamos evitar producirlos cuando sea posible, así como priorizar su reutilización, prolongando así su vida útil. Pero producimos toneladas ingentes de residuos a diario, y por ello, el reciclaje se convierte en un mecanismo necesario e imprescindible para darles la mejor salida posible desde una triple perspectiva: ambiental, reduciendo la presión sobre los ecosistemas y evitando que los vertederos y océanos se saturen de desechos; social, generando empleo; y económica, permitiendo el ahorro de recursos naturales y energéticos.

Pese a estas ventajas, el reciclaje no termina de consolidarse en nuestro país como una práctica mayoritaria. Como ejemplo fijémonos en la recogida y separación selectiva de residuos domésticos, que sigue siendo insuficiente y desigual. La correcta gestión del vidrio (sin entrar en que su depósito en suelos genera posibilidad de incendios), de plásticos y envases, y del papel y cartón, es esencial para cerrar ciclos de materiales que podrían reincorporarse a la industria; los biorresiduos (orgánicos), pueden convertirse en compost de calidad para una agricultura más orgánica, regenerativa e inteligente.

Sin embargo, seguimos enfrentándonos a múltiples barreras: una falta de infraestructuras innovadoras y suficientes que garanticen una eficaz recogida y su tratamiento posterior; no se ha logrado vencer del todo la desconfianza ciudadana, que en ocasiones percibe que los residuos que separamos “acaban juntos”, lo que desmotiva los esfuerzos individuales; y la pereza o la falta de hábito, esa resistencia cultural a cambiar rutinas que parecen insignificantes pero que, sumadas, marcan una gran diferencia. También influye la falta de campañas educativas y de sensibilización “continuadas”, que informen y motiven claramente a la población, haciéndonos conscientes de la relevancia de nuestros pequeños gestos cotidianos.

En definitiva, para que el reciclaje sea un pilar de la sostenibilidad, necesitamos aumentar la inversión en infraestructuras y tecnologías de recogida y tratamiento, reforzar la transparencia y la trazabilidad para que los ciudadanos confiemos en que nuestro esfuerzo tiene sentido, fomentar la innovación para que los envases sean fácilmente reciclables, y sobre todo, una educación ambiental constante, desde la escuela, que nos recuerde que el residuo más sostenible es el que nunca se produce; pero que si llega a existir y no puede reutilizarse, merece siempre una segunda oportunidad a través de un reciclaje eficaz y responsable.