Columnas
Una de las más relevantes figuras legales y científicas que se han propuesto, en los últimos años, para la protección de la flora de territorios mediterráneos, donde la diversidad está influida por factores que cambian en muy poco espacio geográfico, es la de “Microrreserva Botánica”. Una microrreserva es una zona, generalmente, de menos de 20 hectáreas de extensión, que es declarada territorio para la conservación y protección de flora, con el fin de favorecer la gestión de las especies botánicas raras, endémicas o amenazadas. También pueden servir, entre otros fines, para: dotar de mayor protección legal a parcelas experimentales de investigación, conservar las "localidades clásicas botánicas", es decir, los lugares donde por primera vez fueron descubiertas para la ciencia nuevas especies, muchas de ellas exclusivas de pequeños territorios, la conservación de los sustratos sobre los que crece vegetación de alto valor ecológico, conservar árboles monumentales que viven sobre terrenos naturales, preservar recorridos botánicos didácticos y rutas ecológicas para la docencia o facilitar las reintroducciones o reforzamientos poblacionales de plantas amenazadas o en peligro de extinción.
En 2005, resultado de un convenio de la Universidad de Murcia con la Consejería de Industria y Medio ambiente de la Región de Murcia, se propusieron 89 lugares de interés botánico como Microrreservas Botánicas, recogidas en el libro “Lugares de interés botánico de la Región de Murcia” (Sánchez Gómez et al. 2005).
Estos espacios son enclaves de superficie reducida, seleccionados por la presencia de flora protegida o de interés, independientemente de la protección del territorio ya existente o no, y no sólo tienen alto valor botánico, sino en muchos casos también paisajístico, geomorfológico, etnográfico, etc. La red de Microrreservas propuesta comprende lugares de todo el territorio regional, si bien la mayoría de ellas se concentran en el Noroeste, Sierra Espuña y sierras de Cartagena, en concreto en los municipios de Moratalla, Totana, Alhama de Murcia y Cartagena, como era de esperar, por localizarse en estas zonas los enclaves de mayor diversidad florística de la Región.
Este tipo de figura de protección ya funciona legalmente en la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha o Baleares. En la Región de Murcia, aunque son consideradas por gestores del medio natural, no tienen un respaldo legal efectivo, a pesar de que un reciente documento del Consejo Económico y Social apela a salvaguardar enclaves botánicos concretos de alto valor, empleando en la Región de Murcia una figura legal que ya existe en otras comunidades autónomas. Para más información visitar: http://www.floraprotegida.es/