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A la plata, único elemento de la tabla periódica con nombre femenino, se le asigna la etiqueta de metal noble porque tiene cierta inercia en diversas reacciones químicas y resiste, al menos en parte, la oxidación en contacto con el aire. Esta característica es menos acusada que en el caso del oro, pero al igual que éste es brillante y maleable, esto es, puede ser moldeado o trabajado con facilidad. Precisamente su nombre en nuestro idioma deriva de esta propiedad a través de nuestra lengua madre, el latín. Aunque el símbolo químico es Ag, de su nombre latino argentum, se le llamó plata porque podía extenderse para el transporte en forma de finas láminas (plattus argentum). Las primeras referencias a su empleo datan de alrededor del año 4000 A.C. y marcan el inicio de una larga historia en la que cabe mencionar, por su relación con nuestra tierra murciana, su papel fundamental en las guerras púnicas que en buena parte se financiaron con este bello metal extraído de la sierra minera Cartagena-La Unión. Era valioso porque aunaba belleza y rareza, además de las propiedades mencionadas. Por ello, además de su empleo en joyería y ornamentos, el metal ha sido símbolo de riqueza y medio de pago durante siglos. Baste recordar que en algunos países su significado es exactamente el de dinero, como recoge el diccionario de la RAE en una de sus acepciones.
Pero la plata y muchos de sus compuestos tienen otras propiedades de interés y menos conocidas del público en general. Sin entrar en el interesante punto de las nanopartículas, que merecen comentario aparte, hay que señalar que tienen propiedades bactericidas aprovechadas desde hace milenios. Hipócrates conocía sus beneficios en la cicatrización de heridas, y los fenicios usaban recipientes de plata para conservar el agua y el vino durante sus largas travesías marítimas. Algo similar ocurría con los reyes de Persia, de quienes consta que en sus expediciones guerreras solo bebían los líquidos contenidos en recipientes de este metal. Hoy en día, entre otros muchos usos, se emplean para combatir infecciones en ámbitos muy diversos. Se ha llegado a afirmar que la plata y sus compuestos han sido los más importantes agentes antimicrobianos disponibles antes de la introducción de los antibióticos. Si atendemos a los beneficios tan diversos que de estas especies químicas se tienen, bien podríamos decir que la plata es, más que un metal noble, un noble elemento.