Artículos Académicos
El petróleo es un recurso natural no renovable que aporta el mayor porcentaje de toda la energía que se consume en el mundo. Tras el proceso de destilación fraccionada que se lleva a cabo en las refinerías, se obtiene una enorme variedad de productos necesarios para las industrias más importantes: aviación, automóvil, ferrocarril, navegación marítima, centrales térmicas, industria química y un largo etcétera, por lo que su consumo no ha dejado de crecer desde las primeras aplicaciones industriales a mediados del siglo XIX. Sin duda, ha sido también el responsable de numerosos conflictos bélicos, particularmente en Oriente Medio. En España se descubre el petróleo en el pueblo burgalés de Sargentes de la Lora en 1964 (pozo Ayoluengo) con una producción escasa y ya agotado. En 1981 se instalaba la plataforma Casablanca junto a las costas de Tarragona de la que se obtienen unos 7.000 barriles diarios en la actualidad. Las mejores perspectivas se encuentran en la plataforma canaria frente a las costas de Lanzarote y Fuerteventura, cuya explotación iniciará Repsol en el 2007 con una previsión de unos 140.000 barriles diarios. Con todo, España es un país altamente deficitario en petróleo y ocupa el puesto 14 a escala mundial en consumo, con unos 76 millones de toneladas anuales. Las reservas de petróleo de los 10 primeros países productores del mundo en el 2003 (Arabia Saudí, Irak, Irán, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Rusia, Venezuela, Nigeria, Libia y China) alcanzaban casi los 900 mil millones de barriles (cada barril tiene 159 litros) y el consumo anual es de unos 4.000 millones de toneladas de forma que, aproximadamente, queda petróleo para unos 30 años. A esas reservas habría que añadir las posibles, calculadas en unos 1.5 billones de barriles, quizá sobreestimadas. El petróleo ha tenido un proceso de formación muy lento en los fondos marinos y se consume a un ritmo acelerado, por lo que su fin no está muy lejano. Gracias a la intensa investigación geológica realizada, las cifras de reservas de petróleo han ido subiendo en las últimas décadas pero a un ritmo muy inferior a su consumo. Se aplicaría así la famosa curva de Hubbert, ya que el valor máximo en la producción de un recurso no renovable es un punto muy crítico al mantenerse la demanda y faltar el recurso. Será el momento de utilizar más intensamente energías renovables como la solar, eólica, hidráulica y biomasa junto a la de fusión nuclear, que acapara las mayores perspectivas.