Columnas
Columna de la Academia publicada en el diario La Verdad el 1 de octubre de 2005.
La tabla periódica es una clasificación en la que aparecen ordenados en filas y columnas todos los elementos conocidos, que pueden obtenerse de forma natural o artificial. Esta tabla ordena a los elementos -desde el primero, el hidrógeno (H), hasta el último, el ununhexio (Uuh)- por su número atómico, es decir, por el número de electrones que poseen sus átomos en su estado fundamental, aunque no fue así desde sus inicios. En 1864, el químico Newlands observó que cuando los diferentes elementos eran ordenados según sus masas atómicas en filas de ocho en ocho, las propiedades de éstos se repetían por columnas (ley de las octavas). Pero esta ley no resultó adecuada para los elementos con masa atómica superior a la del calcio. En 1869, los químicos Mendeleev y Meyer propusieron, de forma separada, una tabulación diferente basada en la periodicidad observada en las propiedades de los elementos. Este hecho marcó un hito en la historia de la Química, ya que hizo posible predecir de forma totalmente empírica la existencia y propiedades de elementos que todavía no habían sido descubiertos. ¿No es asombroso? La explicación de la ordenación de los elementos que componen tanto el universo animado como el inanimado no llegó hasta 1913, cuando el físico Moseley fue capaz de medir el número de electrones de los átomos de cada elemento a partir de la frecuencia de la radiación X emitida por los mismos, encontrando que este orden era fruto exclusivamente del número de electrones de cada átomo (número atómico). Esto significa que el hidrógeno es el primer elemento porque sus átomos poseen un solo electrón, mientras que el ununhexio ocupa el lugar 116 porque cada uno de sus átomos posee otros tantos electrones. Así que este orden y esta periodicidad se deben “simplemente” a la adquisición de un electrón por parte de un elemento con relación al anterior. El número de electrones de cada elemento, así como la disposición de los mismos son fundamentales para entender sus propiedades y tendencias, las cuales varían de una forma sistemática dentro de cada fila (periodo) o columna (grupo) de la tabla periódica. Asimismo, las ausencias, o huecos, resultantes de esta clasificación sirven hoy en día para explicar y predecir con exactitud la existencia de elementos desconocidos. ¿No creen que esta hermosa ordenación es una prueba fehaciente de la existencia de una evolución sistemática en la constitución de la materia?