Pensándolo bien...

null LA ENERGIA COMO SUSTANCIA ONTOLÓGICA

En 1895 se celebró en Lübeck, Alemania, un encuentro de la Sociedad Alemana de Ciencia Naturales y Medicina (sabiamente, se buscaba conectar la Medicina con las ramas científicas que desde siempre la sostienen científicamente) y que, en ese momento, ya era la 67 edición de estos encuentros. Entre los asistentes figuraban los que pertenecían a las ramas de Matemáticas y Astronomía, Física y Meteorología y Química. El tema estrella fueron las disquisiciones de lo que comenzaba a denominarse energética. Hasta entonces se limitaba esta nueva rama emergente a buscar relación con procesos no visibles como eran las radiaciones o el electromagnetismo. Boltzmann se empeñó en que los debates girasen en torno a ideas y conceptos, en lugar de dedicarse a aspectos concretos. Su empeño derivaba del rumbo que había observado en la literatura científica, cada vez más alejado de la ortodoxia científica, como ha venido ocurriendo sucesivamente en distintas ramas, cuando se ha intensificado la elucubración por encima de las ideas científicamente ben asentadas. Hoy, desgraciadamente, sigue ocurriendo algo de esto, con insistencia corrosiva. En aquella reunión se optó por invitar a dos científicos como representantes de dos corrientes no coincidentes: Georg Helm, profesor en Dresden y Wilhelm Ostwald (¡nada menos!), profesor en Leizpig, científico de talla mundial, después premio Nobel en 1909 y fundador de la rama del saber científico denominada Fisicoquímica, junto a Arrhenius y van´t Toff.  Los títulos de sus aportaciones son reveladores: mientras que Helm disertó sobre “Información general sobre el estado actual de la energética”, Ostwald aportó el provocador “La superación del materialismo científico”.

Helm analizó el peligro de subsumirse en las “imágenes mecánicas” de los procesos naturales, por la potencialidad de resultar engañosas por aquello de derivarse exclusivamente de la abstracción. Esta propuesta, según él, emergía de la consideración de que la interpretación de las “imágenes mecánicas” como única forma de abordar el análisis de los fenómenos naturales era, en realidad, un prejuicio científico. Helm abordaba la cuestión haciendo reparar en que se trataba de mecanismos imaginarios que servían de representación auxiliar para la investigación y que, por tanto, no eran reales. Defendía que eran posibles  otras interpretaciones en lugar de las representaciones abstractas. En suma, defendía que lo real de todo fenómeno derivaba de la omnipresencia de la energía: todo fenómeno es una transformación de energía. De esta forma, la propuesta resultaba clara: el análisis realista está implicado en las diferentes formas de energía que sufrían las transformaciones.

Boltzmann, representante del oficialismo materialista y Ostwald, apoyado por Klein, Nernst y von Oettingen, defendían que la energía era una propiedad de los átomos y Ostwald pensaba que la energía era una sustancia fundamental. Boltzmann proponía que los procesos naturales estaban sustentados por los movimientos de las moléculas en el éter, mientras que Ostwald dudaba de las propuestas de los cinéticos como Boltzmann y pensaba que lo que había que hacer era estudiar las transformaciones de la energía. Posiciones encontradas: Mecánica Estadística frente a fenomenología; abstracciones frente a realismo, imágenes frente a sensaciones; átomos frente a energía; energética frente a atomismo.

Se trataba de una visión del mundo sobre la que subyacía el objetivo real de la Física y la relevancia y los límites de los modelos físicos. Ostwald sustentaba que la visión mecanicista de los fenómenos naturales era insuficiente y se podía soslayar mediante una concepción energética. Boltzmann pensaba que los energetistas habían exagerado los logros y propulsaba la idea de que considerar la energética como una teoría simple, precisa y completa, era infundado. Boltzmann defendía una concepción mecánica de la Naturaleza, mientras que Ostwald defendía una visión energética del mundo. Boltzmann resultó vencedor en aquel debate, aunque la historia de la Ciencia ha evidenciado que el corpus científico nunca estuvo totalmente del lado de ninguno de los contendientes.

La filosofía a la que llegó la disputa en esa “visión del mundo” que propicia átomos frente a energía como dos realidades antagónicas, aunque en el fondo son respuestas a un mismo problema: ambos buscaban una sustancia elemental a la que reducir todo fenómeno del Universo: partícula de masa unidad o densidad de energía radicaban en el monismo como explicación de la existencia. Se confirman, ambos, como materialistas. Para Ostwald la energía no se asocia con lo inmaterial y permite la ambigüedad de aceptar la realidad de la materia, aun no integrada por partículas, sino densidades de energía y estudiarla por encima de las consistencias materiales: sustancia ontológica.