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null LA DESCONOCIDA BIODIVERSIDAD ACTUAL

Sabemos que alrededor de 1.600.000 especies de las que viven en este Planeta han sido descritas y tienen un nombre científico, pero de la mayor parte de ellas, alrededor de un 85%, no conocemos más que eso. No deja de ser curioso y paradójico que en esta época, cuando la informática alcanza todos los ámbitos sociales, no exista un catálogo de las especies vivas en la Tierra. En cambio se pueden encontrar medios para investigar las posibilidades de que haya vida en Marte o elaborar un catálogo de estrellas, proyectos a los que no puede negarse su interés, -¿o sí?-, pero que son muchos órdenes de magnitud más costosos que un catálogo de las especies que viven en nuestro propio planeta.

No obstante, lo anterior no representa el problema principal, sino que el número de especies descritas –ese millón seiscientas mil- no representa más que un pequeño porcentaje de las que realmente existen. Algunos científicos han llegado a la conclusión de que en la Tierra deben vivir entre 5 y 15 millones de especies, los más prudentes hablan de 10 millones, para ello se han basado en extrapolaciones realizadas a partir de datos bien conocidos de algunos grupos de plantas y animales (vertebrados y cormófitos). Aún así las extrapolaciones resultan, en mi opinión, algo erróneas y a la baja, si tenemos en cuenta que en territorios tan explorados como la Península Ibérica, aún se siguen describiendo nuevas especies de plantas, hongos, algas, briófitos, etc. En un pequeño barranco cercano a la localidad de Socovos (Albacete) existen tres especies que no se describieron hasta la década de los años ochenta – ¿qué puede esperarse de futuras investigaciones en el Continente Africano o en América Tropical?

La conclusión es evidente, aún queda mucho por descubrir y sugiere que nos preguntemos a que ritmo se está trabajando. Sabemos que el ritmo de descripción de especies se sitúa en unas 12.500 especies al año. Si consideramos y asumimos la estimación de que hay unos 9 millones de especies por describir, resulta que necesitaremos unos 720 años para tener registradas científicamente todas las especies que existen.

Claro es que las perspectivas van más lejos de lo que podríamos considerar razonable. Existen proyectos para acelerar el ritmo de descripción, como el propugnado por la Systematic Agenda 2000, una agrupación de entidades naturalistas que ha propuesto un enorme reto: descubrir, describir y clasificar todas las especies de la Tierra en 25 años. Saludamos con ardor esta iniciativa, pero a primera vista parece ingenuamente optimista.