Columnas

null La ciencia según Forges

El título de la columna se refiere a la exposición que el pasado miércoles quedó inaugurada, en el edificio Convalecencia, sede del Rectorado de la Universidad de Murcia. Antonio Fraguas de Pablo (1942-2018), alias Forges, ha sido el dibujante de humor preferido de los españoles de la reciente historia. No era muy buen estudiante, pero tenía una gran facilidad para desarmar y volver a armar radios, así que con catorce años comenzó a trabajar como técnico de telecine en Televisión Española. Después fue mezclador de imagen, hasta que en 1973 se despidió de TVE para dedicarse profesionalmente al humor gráfico. Publicó su primer dibujo en 1964 en el diario Pueblo y desde entonces colaboró en  Informaciones, Diez Minutos, Hermano Lobo, Por Favor, El Jueves, Sábado Gráfico, Interviú, Lecturas, Diario 16, El Mundo y, desde 1995, firmó el chiste editorial de El País.

Esta exposición, que se inició a finales de 2019 para celebrar los 80 años del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), reúne 66 viñetas de Forges publicadas en el diario El País entre 1995 y 2018. La Academia de Ciencias -que comparte con el CSIC la idea de que la Ciencia es cultura y el compromiso de difundir los avances científicos entre los ciudadanos-, en colaboración con la Universidad de Murcia y el CEBAS (Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura), ofrece a los murcianos esta magnífica recopilación de Ciencia viva que, aunque caricaturizada, se muestra en toda su profundidad, convencidos de que el humor es un instrumento de divulgación imprescindible.

La gran genialidad de Forges radica en que todo lo miraba con las gafas del humor. La Ciencia, base de la tecnología que practicó, estuvo muy presente en su obra, siempre con la mente puesta en desechar el nefasto “que inventen ellos”. Su sensibilidad, aderezada con una visión lúcida y divertida, combinada también con ese poso dramático que contienen sus ironías, da una perspectiva del ya secular lamentable estado de la Ciencia patria, porque sus viñetas no envejecen. En palabras del comisario, Fernando del Blanco, “Desde su tribuna diaria, retrató múltiples facetas de la investigación científica: imaginó escenarios y situaciones insólitas, abordó a sus protagonistas desde prismas descacharrantes, contempló con atención el avance vertiginoso de la tecnología, retrató con agudeza los desafíos a los que se ha de enfrentar y denunció de forma recurrente el abandono que, a modo de patología histórica nacional y en forma de desatención y de diversos grados de elipsis presupuestaria, han sufrido tradicionalmente los organismos españoles dedicados a generar conocimiento. Y las personas que trabajan en ello, claro”.

Recuerde, una visita le sabrá a poco.