Artículos Académicos
Hablar hoy en día sobre la necesidad de invertir en investigación científica es algo demasiado manido; y a pesar de que no se invierta, creo que se debe seguir insistiendo en ello. Como ejemplo, indicaré que el lema que reza en las pancartas de las últimas protestas de investigadores es: “Sin Ciencia no hay Futuro”. Esta frase resume perfectamente lo que pensamos los científicos al respecto, aunque no seamos capaces de convencer ni a los políticos, para que inviertan en ese futuro, ni tampoco a nuestra sociedad para que así lo demande. En esta ocasión me gustaría insistir, con mayor énfasis si cabe, sobre la necesidad de invertir en Ciencia Agraria, y el beneficio que ello conlleva. Para ello, y respondiendo a la cuestión de ”por qué invertir en investigación agraria”, diré que esta investigación es la que sustenta y da valor añadido a nuestra actividad agrícola, conformando uno de los pilares económicos que tiene nuestro país. Invertir en este tipo de ciencia permitirá que seamos verdaderamente competitivos frente a regiones y países de nuestro entorno. Pero además, hay que decir que hacemos muy buena investigación agraria en España (y por ende, en la Región de Murcia), y es algo que nos hace ser un referente frente a otros países; este hecho es fácilmente constatable consultando bases de datos científicas reconocidas como la “Web of Knowledge”. Quizás la investigación agraria no tenga el “glamour” de otras investigaciones más llamativas, pero en ella somos líderes y por ejemplo, hemos conseguido: a) conocimiento para un manejo avanzado de los sistemas agrarios, permitiéndonos producir sin dañar recursos naturales como el suelo y el agua, en un escenario de cambio global y climático cambiante; b) obtener mediante mejora genética vegetal, nuevas variedades adaptadas a situaciones de interés (variedades adaptadas al frio), o incluso mediante herramientas biotecnológicas conseguir especies vegetales resistentes a enfermedades o estreses, como la sequía; c) nuevas alternativas en la protección de cultivos mediante la elaboración de programas de lucha biológica contra plagas de manera sostenible. Los nuevos desarrollos en biotecnología como aspecto transversal de todo lo anterior, ha generado proyectos como “Melonomics”, recientemente finalizado con la secuenciación completa del genoma del melón, con los beneficios que ello supondrá para ese cultivo en el futuro. Si invertimos en investigación agraria seremos capaces de producir alimentos de calidad de forma sostenible, posibilitando con ello una economía consecuente.