Columnas
Muchas personas sienten la necesidad de tomar el sol. El que suscribe, murciano adoptivo desde hace varias décadas, lo experimenta cuando, viajando por el norte, tiene un día gris tras otro. Y hay personas notoriamente adictas, que pasan muchas horas al sol de la playa o en los establecimientos de bronceado. Ciertamente, una moderada exposición al sol es necesaria para nuestra salud física y mental. Por ejemplo, como factor esencial para la fijación del calcio o por su efecto antidepresivo. Pero está demostrado que el grado de exposición y sus riesgos están continuamente creciendo, siendo el cáncer de piel uno de los pocos que no cesa de aumentar. Pues bien, se ha publicado (en la prestigiosa revista científica “Cell”) que es porque el sol es adictivo – como si fuera una droga – probándolo mediante ensayos de laboratorio y describiendo las bases bioquímicas de la adicción. Los investigadores han demostrado que la exposición solar, particularmente a la radiación ultravioleta (UV), produce beta-endorfina. Las endorfinas son sustancias endógenas, generadas espontáneamente por nuestro organismo para producir bienestar. Por ejemplo, algunas endorfinas producidas por el ejercicio físico intenso alivian el cansancio. Son sustancias opiáceas (como la morfina), que uniéndose a proteínas receptoras que tenemos en la membrana de ciertas células, emiten al cerebro esa sensación placentera. En la mencionada investigación se trabajó con tres grupos de ratones: unos, naturales; otros, transgénicos que carecían de los receptores y otros, naturales también, a los que se les había suministrado una sustancia que bloquea los receptores de beta-endorfina. Estudiando su comportamiento, se comprobó que, tras exposición prolongada a rayos UV, en todos ellos aumentaban los niveles de beta-endorfina. Los ratones del primer grupo desarrollaban esa adicción, manifestándola claramente en su comportamiento, pero no así los de los otros dos grupos, lo cual se explica porque unos carecían de receptores y los otros por tenerlos inactivados, teniendo cancelado el efecto placentero.. El sol es un regalo de la naturaleza (o de la Creación, según cada cual lo vea: ”… porque Él hace salir el sol sobre buenos y malos”, Mt 5:45). Nuestra región está en el “pódium” de las regiones más soleadas de España, y como pocas tenemos tal privilegio (todo lo contrario que los sufridos santiagueses-compostelanos). Tenemos un regalo. Claro que, con estas características, recordando que con los agentes adictivos el organismo aumenta la tolerancia y pide aumento de dosis, conviene recordar lo que se dice de tantas otras cosas: “lo poco sana, pero lo mucho…”.