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Aunque se considera que los agentes biológicos más pequeños son los virus, existen entidades subvirales aún más pequeñas que los virus: son los viroides y los priones. Mientras que los virus están estructuralmente constituidos por un ácido nucleico, que actúa como genoma, y por proteínas con funciones protectoras, los viroides se componen sólo de ácido nucleico sin proteína y los priones están formados sólo de proteína sin ácido nucleico. Todos ellos son, sin embargo, agentes infecciosos.
Los viroides se descubrieron en los años 60 como agentes productores de enfermedades en plantas. Son simples moléculas de ARN que no tienen cápsida o envoltura. Su genoma no codifica ningún producto y su replicación la lleva a cabo la ARN polimerasa II de las células infectadas. El ARN de los viroides presenta un alto grado de complementariedad interna en sus bases nucleotídicas, lo que les hace adoptar una estructura en forma de horquilla que, a falta de los beneficios de una cápsida protectora, actúa como un factor de protección. Para tener una idea del pequeño tamaño de estas entidades, si se subieran 185.000 viroides uno sobre otro, apenas levantarían del suelo 1 cm. Y una torre humana similar, con ese número de integrantes, alcanzaría los 315 Km, es decir, una altura diez veces superior a la de la estratosfera.
Estos agentes alteran el metabolismo normal de las células infectadas porque su propio ARN tiene secuencias comunes con los ARN mensajeros de las células y, por tanto, interfieren con procesos celulares clave, como la traducción del ARN celular y la función de la ARN polimerasa II, que es secuestrada por los viroides para su propia replicación. Además, pueden hibridar con porciones del ADN celular perturbando su transcripción normal. Por consiguiente, lo mas peculiar de los viroides es que sus propiedades patogénicas se deben exclusivamente a la estructura de su genoma y no a proteínas codificadas o producidas por dicho ácido nucleico.
El origen de los viroides es obscuro. Algunos ven en ellos una evolución prebiótica. Otros, en cambio, los consideran productos derivados de una evolución retrógrada mucho más reciente, porque su ARN tiene una alta homología con intrones de las células superiores (trozos de ARN que no llevan información genética). Hasta la fecha los viroides conocidos son patógenos de vegetales y no se asocian con ninguna enfermedad en el hombre, pero pudieran ser los causantes de algunos trastornos de etiología desconocida.