Pensándolo bien...
La emoción teórica, se describe como una sensación de satisfacción o placer que surge de reconocer patrones, coherencia o un orden sistemático en una teoría o en un sistema estructurado. Podríamos considerar que este tipo de emoción está relacionada con el deseo humano innato de comprender el mundo que nos rodea, de encontrar sentido y orden en medio del caos. Cuando se encuentra una teoría o sistema que "encaja" o "tiene sentido", puede generar una sensación de euforia, satisfacción o alegría. Por supuesto, la comprensión y la interpretación de la "emoción teórica" pueden variar según el contexto y la disciplina.
La idea principal aquí es que el acto de entender o interiorizar una teoría puede producir una respuesta emocional, no necesariamente ligada a identidades personales o sociales, sino vinculada a la apreciación o reconocimiento del orden dentro de sistemas complejos. La satisfacción o placer derivado del reconocimiento de patrones, coherencia u orden sistemático es lo que se conoce como "emoción teórica". Son los aspectos psicológicos de la interacción humana con los sistemas estructurados y teorías, lo que sugiere que nuestro cerebro podría obtener placer o satisfacción al comprender o añadir complejidad de una manera ordenada. Es un punto de vista interesante desde el cual considerar la atracción humana y el compromiso con sistemas estructurados, ya sean burocráticos, teóricos u otros. Por cierto, que, en este contexto, se suele traer a colación una referencia de Oscar Wilde, que sirve como una ilustración metafórica de este concepto. Las burocracias a menudo son vistas como epítomes de complejidad estructurada. La observación de Wilde, de manera humorística y crítica, señala la naturaleza autónoma y autoexpansiva de las burocracias. El placer o satisfacción que los burócratas obtienen al expandir sus sistemas estructurados podría ser un ejemplo de esta "emoción teórica" arraigada en aumentar el orden dentro de la complejidad.
Hutcheson, sugiere que la belleza surge de una armoniosa combinación de uniformidad y variedad. Implica que hay una apelación estética inherente a los objetos o conceptos que logran un equilibrio entre la repetición y la novedad. Esta idea se puede ver a través de varios estilos artísticos y arquitectónicos, donde los patrones se repiten, pero hay suficiente variedad para mantener el interés. El marco orden-dentro-complejidad se asocia, frecuentemente, con la simplicidad que captura la complejidad. No deja de ser una elegante solución a un problema, que aborda la inclusión de múltiples facetas de una manera directa. La simetría juega un papel importante, como un equilibrio y repetición en el diseño, a menudo visto en la naturaleza, arte, en cualquier caso. Los patrones fractales, que son estructuras complejas formadas por repeticiones de unidades simples, nos ofrece muchos casos en la Naturaleza en distintas opciones. El movimiento coordinado es otra alternativa, como el deporte o la danza o la evolución de las aves en el aire, cuya belleza está en la coordinación y sincronización de movimientos organizados, en un contexto en el que es muy probable el caos. En suma, los humanos apreciamos intrínsecamente una respuesta emocional a sistemas o entidades que exhiben un balance de orden y complejidad. Es evidente en muchos dominios, desde el arte a la filosofía, pasando por la propia Naturaleza y las estructuras sociales. Es precisamente la comprensión de este balance el que puede arrojar luz sobre las diversas manifestaciones de la belleza y la elegancia en diferentes contextos. Tener una sensación de orden-dentro de la complejidad es distinto de determinar si este orden-dentro-de la-complejidad existe realmente. Por contra, determinar si una declaración general es válida implica un análisis fáctico, lo cual no es emocional.
La emoción teórica permite dar una explicación al concepto de paradigmas de Thomas Kuhn y cambio de paradigma. Kuhn dijo que los paradigmas afectan la interpretación de los datos y los cambios de paradigma se desencadenan por excepciones irreconciliables con la regla general Básicamente, comportan una forma diferente de orden a la misma complejidad de los hechos, que se describen como emocional y un nuevo paradigma surge y se abraza porque se “siente” más elegante. De siempre, no ha dejado de ser intrigante el mecanismo de sustitución de paradigmas que propuso Khun al referirse a los marcos teóricos dominantes en un campo, que influyen en cómo se interpretan los datos y las observaciones. Esto se alinea con la idea de "emoción teórica" en que los marcos teóricos sólidamente sostenidos puedan proporcionar satisfacción emocional o una sensación de orden a los que lo observan en el marco de un campo del conocimiento, afectando así a su interpretación de los datos.
Las sustituciones de paradigma acontecen cuando se acumulan anomalías o excepciones irreconciliables en el paradigma prevalente. No cabe duda de que el proceso puede estar sesgado emocionalmente, dado que están implicados retos de orden y coherencia que provienen del viejo paradigma. Son las anomalías y la falta de confort las que podrían motivar la búsqueda de un nuevo paradigma que puede restablecer un sentido del placer teórico. En todo caso, la sustitución de paradigma no implica necesariamente el descubrimiento de nuevos hechos, sino más bien de nuevas formas de ordenar el conocimiento, pero implicado en los mismos hechos. Así pues, una nueva fuente de conocimiento de la emoción teórica proporciona un sentido de orden y coherencia en el frontal de la complejidad. Es una forma de sentir de forma más elegante la estética o satisfacción emocional, derivada de la teoría, que proporciona una explicación de un fenómeno complejo, de forma más clara y coherente.
En esencia la emoción teórica ilumina la dimensión humana del interrogante científico. Mientras la Ciencia se le encasilla, a menudo, en un marco de esfuerzo puramente racional, pero en el trabajo de Khun, cuando se emplea la óptica de la emoción teórica, se subrayan los aspectos, emocional y subjetivo que influyen en la adopción, persistencia y eventual sustitución de los paradigmas científicos. Esta perspectiva viene a otorgar un énfasis especial a la Ciencia, al incardinarla en el marco de los esfuerzos humanos y, por tanto, resulta influenciada por nuestra necesidad inherente de orden, coherencia y satisfacción emocional.
Como apunta Lorin Friesen, “las teorías generan una emoción basada en el orden dentro de la complejidad, que es distinta a las emociones normales. Si bien las declaraciones radicales crean orden dentro de la complejidad ignorando los hechos, mientras que el pensamiento crítico examina las declaraciones teóricas para ver si el orden reclamado dentro de la complejidad supera y sobrevive a un análisis detallado. La emoción teórica es cognitivamente natural, pero requiere educación”.