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Siempre debió decir “moléculas”, aunque se parezca, fonéticamente a muñecas. La incidencia del láser a nivel molecular podemos calificarla de triple. Por una parte hay una serie de principios físicos y químicos implicados en la operación de los láseres. En segundo lugar hay una serie de técnicas basadas en instrumentación láser que se emplean en sistemas, mayormente químicos, de mucho interés, tanto estables como en las propias reacciones químicas. Pero, en todo caso, el láser es un dispositivo analítico muy sensible y su mayor incidencia se percibe en los métodos espectroscópicos. Por último, en tercer lugar, la incidencia quizás más espectacular es la relativa a la inducción del cambio en un sistema por la acción de la luz láser. En estas aplicaciones, la química en presencia del láser es muy diferente de la observada en otras condiciones, de forma que no se trata aquí de que el láser actúe como una sonda analítica, sino que la radiación láser interviene en la dinámica de la reacción y actúa estimulando el cambio químico. Esta es un área excitante y prometedora y, en gran medida, el campo en que el láser puede provocar mayor impacto que en cualquier otro.
Una de las aplicaciones más notables ha sido la espectroscopía ultrarápida que hoy alcanza el femtosegundo (0.000000000000001 segundos). Medir estos tiempos no es una pretensión caprichosa, por cuanto los procesos moleculares, las llamadas reacciones químicas, acontecen en esta escala de tiempos. Si tuviéramos que responder al interrogante: ¿en algún momento de la carrera de un caballo, tiene las cuatro patas en el aire?, para hacerlo precisaríamos de una cámara fotográfica que operase a velocidad superior al tiempo en el que el caballo permanece en el aire, porque de no ser así, no sería posible detectar ese momento. Igual ocurre con las reacciones químicas; transcurren en tiempos del orden del femtosegundo y exigen para poderlas ver en directo, herramientas que operen en esos tiempos. Hasta ahora siempre se han analizado cosas que ya ocurrieron y de las diferencias encontradas cuando no ocurrieron, se deduce lo que ha pasado. No ha ido mal a la Ciencia esta metodología, solo que ahora estamos ante una nueva era al poder operar en una escala de tiempos comparable a la de ruptura de los enlaces químicos, en tiempo real. Esto es nuevo y el panorama es extraordinario.