Pensándolo bien...

null EL SILICIO REVIVE

El mundo de la investigación es genuino. No se da tema por acabado nunca, ni queda nada oculto. Solo hay que dejar mediar el tiempo. Cuando se habla así, se da por sentado que cuando hablamos de Ciencia referimos dos aspectos complementarios, pero diferentes. Uno es, en si, el método que emplea: observación, repetibilidad y falsación, como principios metodológicos. Ciertamente muchas de las llamadas Ciencias concretas, no lo emplean ni de lejos, por mucho que en el lenguaje se confundan o quieran confundirse. A lo más que se acercan es a emplear algunas de las herramientas desarrolladas en el ámbito científico, generalmente de naturaleza estadística. Otro aspecto, diferente, pero tan importante como el anterior, es la difusión de la Ciencia y los mecanismos de contraste, debate y asunción de las propuestas científicas. No siempre están al nivel del primer aspecto, pero se puede afirmar que, a la postre, parece garantizado el debate público y el contraste, examen o enmienda de los presupuestos o propuestas que desde distintos enfoques científicos se hacen.

Por otro lado, la Ciencia propicia la tecnología y ésta, casi siempre, contribuye a mejorar las observaciones, precisar los resultados y mejorar las conclusiones, cuando no conduce a nuevas propuestas más audaces que las propuestas hasta entonces. Siempre estamos preparados para nuevas propuestas que puedan abordar nuevos temas o mejorar el alcance de propuestas anteriores. El mecanismo de los paradigmas y su sustitución, teorizado por Khun, tiene su propia dinámica. Un paradigma está constituido por creencias, principios, valores y premisas que determinan la visión que tiene de la realidad una comunidad científica, que propicia un tipo de preguntas y problemas apropiados para su estudio, junto con los métodos y técnicas adecuadas para la búsqueda de las respuestas. La sustitución de un paradigma por otro no es nada mecánico, solamente, al soportar la carga de muchos componentes nada obvios para la sustitución. Un paradigma abarca consideraciones de dimensiones epistemológica, axiológica, sociológica, teleológica, ontológica y metodológica, también. Su sustitución no es nada sencillo.

El mundo del silicio se ha convertido en un paradigma científico-técnico de complicada sustitución. Hoy nos proponen tantos paradigmas que, a fuerza de usar el término, se le está dejando carente de significado. Si es cierto que, desde hace mucho, se busca una alternativa que no se logra sea competitiva con el mundo de silicio. Por ello, se mejoran constantemente sus prestaciones, potencialidades y nuevas aplicaciones.

La tecnología cuántica lleva tiempo mejorando constantemente sus prestaciones en el área de la computación cuántica. No es fácil dar con la clave para el desarrollo masivo de los ordenadores cuánticos y la versión cuántica de Internet, necesaria para la interconexión. No cabe duda de que la potencia de cálculo de la computación cuántica es muy superior a la de los actuales ordenadores. Trae de la mano la resolución de problemas importantes en el ámbito de la Química, la ciencia de materiales, la medicina, la astronomía o la ciberseguridad, por citar algunos.

Los qubits se han popularizado, mucho antes de lograr que sean estables y confiables y que la interconexión a gran escala pueda ser una realidad. Hay muchos investigadores en ello. Hay muchas empresas con intereses en ello. Pero los avances son escasamente significativos, una vez que los despojamos de la envoltura publicitaria. La teoría va muy por delante de los logros tecnológicos. No siempre ocurre así, pero en este caso, así es.

En los últimos tiempos se ha mantenido el debate sobre los qubits de Silicio y la estabilidad y durabilidad que la industria requiere. La propuesta reciente por parte de Higgimbottom y colaboradores, que trabajan en un Departamento de Tecnologías Cuánticas de Silicio en Canadá, es que hay pruebas de que es así. Los denominados centros T, que son un defecto luminiscente específico del Silicio, pueden proporcionar un enlace fotónico entre los qubits. Los centros T, combinan fotones con espín electrónico y se han descrito hasta 150.000 qubits de silicio tipo centro T. Se generan fotones ópticos ideales para fabricar ordenadores cuánticos escalables y distribuidos, porque manejan procesamiento y comunicación a la vez, en lugar de tener que interconectar dos tecnologías cuánticas distintas, una implicada en el procesamiento y otra en las comunicaciones. La frecuencia de emisión de los centros T es la misma que se emplea en la actualidad en las comunicaciones por fibra óptica en las telecomunicaciones. La clave es que un qubit de silicio se puede comunicar emitiendo fotones en la misma banda que se utilizan en las redes de datos, con lo que se pueden conectar los millones de qubits precisos en la computación cuántica.

Podemos ver, que la tecnología de Silicio, lejos de estar en su canto de cisne, oferta nuevos desarrollos de la tecnología cuántica que pueden impulsar la computación cuántica. Ya disponemos de chips  de Silicio a bajo costo con una respuesta en precisión extraordinaria. Están incluidos en nuestros teléfonos y ordenadores actuales, incluso en los mas potentes superordenadores existentes. La ventaja del avance logrado es que la computación cuántica puede derivar de la convencional, en la que se han desarrollado conocimientos e infraestructuras que están a disposición de la nueva era de la computación cuántica. Una forma de economía circular que evita tener que crear toda una nueva industria. Puede considerarse una ventaja competitiva de primer nivel. Mantiene el paradigma del Silicio, con nuevas opciones y amplias posibilidades. En cualquier campo, la última palabra nunca está dicha. Deberían tomar nota los que descubren la pólvora todos los días, que la humildad en Ciencia es el primer y único valor de un investigador que se precie. ¡Así son las cosas! Y mejor que así sean.