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null El ser vivo más abundante

Si uno intenta saber cuál es el ser vivo más abundante en el planeta a través de la información obtenida en Google puede llegar a la errónea conclusión de que se trata de los nematodos, las hormigas o los pollos domésticos. Sin embargo, la realidad es que lo más abundante resulta invisible a nuestros ojos. Por sorprendente que parezca, el número de células del ser vivo que es mayoritario en nuestro planeta supera al número de estrellas de la Via Láctea (unos 400.000 millones según Carl Sagan) e incluso al número de granos de arena contenidos en las playas que uno pueda haber pisado durante toda su vida.

Hoy día se considera que la bacteria Pelagibacter ubique es el ser vivo más abundante en la Tierra. Se calcula que en el conjunto del planeta el número de células de este organismo alcanza la fabulosa cifra de un 10 seguido de 28 ceros. Esta ultramicrobacteria, que forma parte del bacterioplancton marino superficial, es también la forma más pequeña de vida libre y la que presenta una mayor relación de superficie relativa respecto al minúsculo volumen que encierra. Años atrás se sospechaba su existencia desde que en 1990 se encontraron numerosas secuencias de ARNr en muestras ambientales del Mar de los Sargazos que debían corresponder a un microorganismo por entonces desconocido que se denominó SAR11. Pero su existencia se demostró de modo inequívoco con posterioridad cuando se logró por primera vez su aislamiento, un descubrimiento que se publicó en 2002 en la prestigiosa revista Nature.

Se trata de la bacteria de vida heterótrofa más sencilla que se conoce, y usa como fuente de energía la oxidación de compuestos orgánicos. Pelagibacter contiene solamente poco más de mil genes, que son muy pocos en comparación con los presentes en las células de los seres humanos, unos 25.000. La simplicidad de su genoma es muy singular porque no presenta gran parte de los defectos que la mayoría de otros genomas han ido acumulando a lo largo del tiempo: no contiene genes duplicados, ni genes virales introducidos, ni ADN basura. El pequeño tamaño del genoma tiene importantes implicaciones porque así requiere un menor esfuerzo metabólico para realizar la copia del mismo cuando la bacteria se reproduce y presenta el menor tiempo de duplicación de los conocidos. En resumen, a juzgar por su abundancia, es una forma de vida muy eficiente y la más simple dotada de vida independiente.