Artículos Académicos
Hace apenas un par de semanas, y con motivo de un homenaje a don Severo Ochoa, el profesor Santiago Grisolía volvía a poner el dedo en la llaga: “El futuro del país se basa en la investigación; es hora de dejar de pensar en milagros”. El mismo don Santiago reconocía la falta de originalidad de su afirmación, pues muchas veces se la había escuchado a su maestro y amigo, el profesor Severo Ochoa, segundo Nobel español en la historia de la Medicina española. No obstante, don Severo siempre dijo que el verdadero autor fue el primer Nobel médico español, don Santiago Ramón y Cajal, allá por 1897. Después de tantos años, la historia se repite con una tozudez exasperante dando la razón al Dr. Ramón y Cajal, cuyo nombre, para no caer en el olvido, ha sido resucitado gracias a unos excelentes jóvenes investigadores cuyo futuro es más nebuloso que Andrómeda. La investigación española adolece de paranoia, triunfando allende nuestras fronteras y fracasando en casa. El diagnóstico es demasiado sencillo: no hay ambiente. Las disciplinas científicas se encuentran seriamente amenazadas en las enseñanzas primaria y secundaria, lo que supone una abrumadora carestía de vocaciones en las etapas cruciales de la educación. No hay sociedad que se tenga por moderna y progresista que pueda tolerar semejante despropósito frente al papel que la Ciencia y sus aplicaciones van a jugar a todo lo largo del siglo XXI. La Academia, con el fin de promover el estudio y cultivo de la Ciencia entre los más jóvenes, convocó el Primer Premio de la Academia de Ciencias para Jóvenes Científicos. Este premio está abierto a todo tipo de estudio o trabajo que suponga una aportación científica y/o tecnológica original en Biología, Física, Geología, Matemáticas o Química. Está pensado para los jóvenes domiciliados esta región, que a fecha de 12 de mayo de 2006 no hayan cumplido 19 años ni hayan iniciado estudios universitarios y que, a título personal o colectivo, presenten un estudio o trabajo conforme al articulado de unas bases que ya se anunciaron, fueron distribuidas en todos los centros de secundaria y aparecen en la web de la Academia. La dotación económica del premio es de 2.000 euros y el plazo de presentación de trabajos finalizará el día 12 de mayo de 2006. Animamos a los padres y madres, y tutores de los centros, a inculcar la afición por la Ciencia, pues en ella está el futuro de los jóvenes.