Sin ellos, por ejemplo, no sería posible el aspecto desgastado de los vaqueros que están tan de moda. Esta técnica, conocida como biostoning, emplea enzimas que destruyen las fibras del vaquero de forma suave y controlada. De este modo, se consigue el efecto desgastado sin recurrir al tradicional “lavado a la piedra”, mucho más ineficiente y contaminante.