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null Dos murcianos en la Junta de Ampliación de Estudios

Se cumple este año el centenario de la creación de la Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, la iniciativa más trascendente como ministro de Instrucción Pública del cartagenero Amalio Gimeno Cabañas, y verdadero hito histórico de la ciencia en España. Su objetivo fue proveer de medios a los docentes para incorporarlos al movimiento científico y pedagógico de las naciones más adelantadas, formar sólidamente a los futuros y nutrir los centros de actividad investigadora, respondiendo a la mentalidad regeneracionista tras el desastre de 1898, continuando el ejemplo -en parte- del modelo alemán. Se creó por R.O. de 11 de enero de 1907 y, tras la citación de Gimeno, su constitución se hizo cuatro días después, asistiendo Ramón y Cajal, Sorolla, Menéndez Pidal, Calleja, Rodríguez Carracido, Torres Quevedo, San Martín, Simarro, Bolívar, Casares, Ribera, Fernández Alcarrea, Álvarez Buylla, Vicenti, Santa María de Paredes y Castillejo. Azcárate y Echegaray, excusaron su asistencia, pero aceptaron el cargo. Se eligió como presidente a Ramón y Cajal, puesto que ostentó durante un cuarto de siglo con ilusión al considerar la institución como “instrumento decisivo para la promoción de la actividad científica en España”. La Junta concedió becas para trabajar en el extranjero y subvenciones a delegaciones españolas en congresos científicos internacionales. Organizó y promocionó la investigación científica, la publicación de libros y revistas, así como pensiones para estudiar en centros nacionales. Fundó el Centro de Estudios Históricos y el Instituto Nacional de Ciencias FísicoNaturales (1910), que agrupó a otros existentes con anterioridad y a los de nueva creación, entre ellos la Estación Alpina de Biología y el Laboratorio de Investigaciones Físicas, que significó la incorporación española a la vanguardia sobre diferentes parcelas científicas. Después creó el Laboratorio de Fisiología, el de Histopatología del Sistema Nervioso y otros ubicados en la Residencia de Estudiantes, entre ellos, el dirigido por el histólogo y cardiólogo cartagenero Luis Calandre Ibáñez, introductor de la moderna cardiología en España. Igualmente, la Asociación de Laboratorios, iniciativa de Torres Quevedo, cuyo Laboratorio de Automática alcanzó la vanguardia mundial. Un siglo después, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, sucesor de la Junta, tiene el reto de atraer a los jóvenes por la ciencia y a la sociedad para valorarla, oteando nuevos horizontes sin perder de vista la historia que, en este caso, nos muestra la aportación decisiva de unos sabios, entre ellos dos murcianos, a un formidable proyecto común.