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null Día Internacional del Suelo

La FAO declaró el 2015, «Año Internacional del Suelo»; y cada 5 de diciembre, «Día Internacional del Suelo». El suelo ha sido el eterno «olvidado» de entre los recursos naturales; pero parece que ha llegado el momento de otorgarle la importancia que merece, debido fundamentalmente a que dicho suelo es un ente vivo. Una definición de «suelo» fue propuesta por la agencia Europea del Medio Ambiente: «sistema natural, organizado e independiente, cuya formación se debe a la acción conjunta del clima, los organismos, la vegetación, el relieve y el tiempo sobre la roca madre, y que constituye una matriz de componentes orgánicos y minerales que engloba una red porosa por donde circulan líquidos y gases, albergando numerosas poblaciones de organismos vivos en situación de equilibrio dinámico». La concepción del suelo como un sistema inerte ya no existe; se considera un recurso natural vivo e indispensable para la vida en la Tierra; sin embargo, esta concepción vitalista aún no ha calado en nuestra sociedad. Es necesario dejar claro este concepto, no sólo a un nivel académico o investigador, sino también a nivel social, puesto que sólo así podremos crear una conciencia global para proteger un recurso natural no renovable tan importante como el suelo, y del que depende la vida de más de 7000 millones de personas.

El suelo necesita unas mínimas condiciones para poder llevar a cabo funciones indispensables para su mantenimiento, su conservación, y su biodiversidad; incide sobre los flujos de agua, la producción de alimentos, y en general, sobre el mantenimiento de la calidad ambiental local, regional y global. El suelo es clave para producir servicios ecosistémicos, como su capacidad para ser sumidero del C procedente del CO2 fijado por la vegetación, y mitigar así el cambio climático; es además la base para la agricultura y el sustrato de los ecosistemas naturales en todo el planeta; de nuevo, se pone de manifiesto su importancia porque es clave para la vida y para el medio natural.

El reto para poder conseguir una vida sostenible con el suelo como núcleo, requiere de una nueva visión amplia y aproximaciones holísticas para el manejo de ecosistemas. La Unión europea es consciente de ello, y pone en marcha programas de investigación centrados en el suelo; un ejemplo es la Misión «Salud del Suelo y el Alimento», cuyo lema es: «Cuidar los suelos es cuidar la vida».