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El impresionante David de Miguel Ángel es, sin duda, el imperecedero modelo de belleza de un cuerpo de varón. Está claro que el resultado final había sido previamente concebido en la mente del genial escultor, aunque el artista se encontrara, el primer día de trabajo, ante una ingente mole de mármol de dos metros cuadrados de base por cinco de alto. Dentro estaba David esperando que alguien lo sacara a la luz. Es evidente que, del pedrusco de partida, Donatello y Verrocchio habrían sacado, como afortunadamente así ocurrió, otros bellos y diferentes ejemplares de David. Los tres estaban dentro de la piedra a la espera de que alguien les quitase las impurezas. En cualquiera de los casos ¿el David es una creación, un descubrimiento o un invento?
Si la misma pregunta se aplicase a la archifamosa ecuación de Einstein de equivalencia entre la masa y la energía, se tiene la sensación de que la respuesta no parecería tan inmediata. En esta fórmula, tan aparentemente sencilla, la velocidad de la luz tiene la clave para que podamos pensar que la materia es energía congelada. Todos los elementos estaban ahí, al alcance de cualquiera, pero sólo uno fue capaz de ponerlos en una perfecta relación. ¿Descubrimiento, invención o creación?
El científico, siempre exigente con la precisión de sus cálculos, también lo es en el empleo y difusión de los conceptos. Y en este sentido, resulta lamentable -por falsa e infundada- la habitual suposición de impericia ya del científico en el empleo del verbo, ya del letrado en el cálculo simbólico. Resulta, pues, muy conveniente consultar algún diccionario vigente, con solvencia, que permita el máximo acercamiento del concepto científico al lenguaje comprensible. En todos encontrarán que crear es producir algo de la nada; y en sentido figurado, establecer, fundar, introducir por vez primera una cosa, hacerla nacer o darle vida. Inventar significa hallar o descubrir, a fuerza de ingenio y meditación, o por mera casualidad, algo nuevo o no conocido. Y descubrir es hallar lo que estaba ignorado o escondido; inventar, encontrar una explicación científica a un fenómeno o una ley natural.
Suele ser habitual decir que los artistas y escritores crean y los científicos inventan o descubren. Lo más acertado sería decir que todos descubren, reservando los otros sinónimos para lograr esa fluidez necesaria de cualquier relato que por bueno se tenga.