Artículos Académicos

null Cerebro y robótica

La trascendencia de los últimos descubrimientos neurobiológicos del conocimiento cognitivo y motor del cerebro de los primates sigue abriendo nuevas expectativas en robótica. La aplicación de nuevas disciplinas, como la Visión Computerizada Cerebral y una de sus fuentes mas importantes la fMRI (Imagen por Resonancia Magnética funcional), así como la Electro Encefalografía, han permitido avanzar en el conocimiento de la actuación multimodal cerebral y en la profundización de los mecanismos que definen el concepto de intencionalidad, pero, sobre todo, en el que es más importante y engloba en cierta forma a los anteriores como es la del aprendizaje adaptativo, ya sea incremental o supervisado. La tarea de manipular un objeto en el hogar, tan sencillamente realizada por el humano y que se pretende pueda realizar en un futuro próximo un robot, lleva implícito un denominado Proceso Multimodal Especializado. La Multimodalidad comprende la capacidad de abordar el tratamiento y comprensión de información sensorial externa diversa, como es la visual, táctil y auditiva; así como la cooperación visual motora, que permite, por ejemplo, los movimientos de agarre, y la comunicación visual auditiva, fácilmente encaminada a la interrelación entre humanos, y que se postula como el mecanismo normal de interrelación del hombre y el robot del futuro inmediato. En estos momentos ya se poseen conocimientos amplios sobre los mecanismos que rigen los Procesos Multimodales Especializados gracias a la experimentación neuronal, realizada directamente en monos, y también en primates y humanos, utilizándose en este último caso, la Resonancia Magnética Funcional. Así, se ha determinado que estos procesos son desarrollados por un conjunto de poblaciones de neuronas distribuidas en diferentes estructuras del cerebro. Se ha demostrado que una población de neuronas muestra un comportamiento colectivo y dinámico con una entidad funcional propia, denominada Nodo Biológico. Imágenes cerebrales muestran, en monos y humanos, cómo varios Nodos -denominados Polinodos- cooperan en la consecución de un determinado proceso cognitivo. Estos avances, propios de la neurociencia, que pretenden empezar a conocer los mecanismos de interacción entre cerebros, es decir, entre personas, se están empezando a aplicar a la robótica, enfocándose tanto al aprendizaje como al manejo de la intencionalidad, que permitirá al robot predecir el comportamiento del humano, deduciendo, por ejemplo, el gesto propio de “estrechar la mano”. Estamos viviendo un momento trascendente donde Europa compite, bajo el paraguas de la Neurorobótica, por posicionarse en un futuro muy cercano, frente a la robótica japonesa y estadounidense.