Pensándolo bien...
Hace muchos años, en Barrio Sésamo, Archibaldo jugaba a cerca…lejos. Una forma muy visual de aprender conceptos. Cerca, es un adverbio que se refiere a un lugar o tiempo próximo a otro que se toma como referencia. Por el contrario, el adverbio lejos, se refiere a un lugar o tiempo muy distante de otro tomado como referencia. Cuentos, canciones, juegos han articulado respuestas. También la Ciencia. Conforme hemos avanzado tecnológicamente, hemos multiplicado nuestra capacidad para acercar lo lejano, mediante prótesis, cuando se trata de espacio y la Historia y el recuerdo han venido haciendo lo propio con el tiempo y la Ciencia.
La capacidad de medida de tamaños, ha sido decisiva en el avance científico. Tener acceso al tamaño molecular, ha posibilitado estudiar el mundo microscópico en el que los átomos se desenvuelven y generan las propiedades que percibimos a nivel macroscópico. Disponer de relojes sumamente precisos capaces de medir tiempos muy diminutos, ha posibilitado poder observar los procesos moleculares en directo, no en diferido, como viene siendo habitual desde que la Ciencia se puso en marcha. Láseres de femtosegundo permiten acceder a los tiempos moleculares y láseres de attosegundo permiten el acceso en directo a nivel atómico. También, gracias al láser, dada su direccionalidad y coherencia, lo que le confiere una mínima dispersión, se ha profundizado en distancia y precisión, como nunca antes se había logrado.
Nos hemos familiarizado con la velocidad de la luz. La referimos con harta frecuencia, aunque sin ser muy conscientes de lo que conlleva. Si nos ponemos en marcha a una velocidad próxima a la de la luz, por aquello de no vulnerar postulados bien establecidos, en un solo día transcurrirían ante nosotros en torno a 1000 años de existencia. Es que esa tal velocidad implica que la distancia de la Terra a la Luna se completa en un segundo y medio. A estas velocidades los conceptos de cerca…lejos tienen otra entidad, por cuanto la rapidez de cambio en la clasificación de uno a otro, son casi instantáneas.
El concepto lejos parece ser más atractivo, quizás por la pequeñez nuestra que evidencia. A nivel astronómico, todo parece indicar que nuestra Galaxia podría tener muchos planetas similares al nuestro. Hasta ahora se han confirmado unos 4.000 y solamente un tercio de ellos son rocosos. Hace poco se ha descubierto un exoplaneta, OGLE-2018-BLG-0677b, situado a esa distancia apropiada para recibir la cantidad de calor que se requiere para que pueda existir agua líquida, que son los requisitos más exigentes para la posibilidad de que haya vida. En lo que respecta a nuestro hilo argumental, está situado a 24.722,65 años luz, lo que implica que es uno de los más lejanos visualizado. Para valorar la distancia a la que se encuentra, recordemos que en un día a esa velocidad pasarían ante nosotros 1000 años de existencia en la Tierra. Una detección como ésta requiere avances tecnológicos de importancia, capaces de detectar variaciones en la luz de la estrella mínimas, al verse modificada al pasar el planeta por delante de aquélla. Más todavía, si el método aplicado es el denominado de bamboleo, en el que se trata de detectar movimientos mínimos, derivados de la gravedad de los exoplanetas en las estrellas que los mantienen. La tecnología hoy, permite utilizar un método similar al que empleó Eddington, en 1929, cuando viajó a la isla del Príncipe, en África, para observar el eclipse solar y testificó, como anticipaba la Teoría de la Relatividad, que las estrellas cercanas al Sol deberían estar un poco desplazadas, porque la luz resulta curvada por el campo gravitatorio solar. El brillo del Sol impide que se pueda observar, salvo en un eclipse. Confirmó la Teoría de Einstein, que dicen que comentó en aquel momento que habían tres personas que comprendían la Teoría de la Relatividad y Eddington, con esa sorna británica tan característica, replicó ¿y quién es la tercera? La técnica, hoy, consiste en que, si hay dos estrellas en línea y el observador está en la misma línea, pero alejado, la luz de la estrella que está situada detrás, cuando pase cerca de la estrella situada delante, se curvará, debido a la acción de la gravedad de la segunda. Esto, traerá como consecuencia una distorsión y una magnificación de la luz de la primera fuente, al modo en que actuara una lupa, por lo que se le denomina lente gravitacional. Teniendo en cuenta que se estima un número de estrellas en el Universo de 1024 y en nuestra Via Láctea se estiman entre 200 y 400 mil millones y en algunos cálculos podría alcanzar el billón, con lo que si, además, agregamos los exoplanetas con las perturbaciones que incluirán, disponemos de un procedimiento sofisticado que detecta la presencia de planetas a los que determinar su masa, tamaño, composición etc. El OGLE-2018-BLG-0677b, se ha determinado de esa forma. Una masa de 3,96 la de la Tierra, con una estrella en torno a 0,12 veces nuestro Sol, de la que está separado unas 0,70 unidades astronómicas (similar a la separación entre Venus y nuestro Sol) y emplea 617 días en girar en órbita alrededor de aquél. Por el momento, nada respecto a si es habitable, entre otras cosas por no haber podido determinar con la tecnología actual, la temperatura y la actividad que pudiera haber. Este es el exoplaneta descubierto más lejano en nuestra Galaxia, a unos 25.000 años luz.
La cuestión de cuál es el objeto estelar más lejano en términos absolutos, también hay que actualizar los datos, pues recientemente un equipo internacional de astrónomos ha descubierto la galaxia, rotulada como HDI situada a 13.500 millones de años luz Existía poco después del Big Bang. El Telescopio espacial Webb ha sido la herramienta que lo ha hecho posible.
Gracias al descomunal tamaño del Universo, es posible que radiación que se emitió hace 13.500 millones de años esté llegando ahora a nosotros. Hasta ahora la galaxia líder era la rotulada GN-z11 descubierta por el Telescopio Espacial Hubble, situada a 13.400 millones de años luz. La nueva, HDI, se discriminó entre 700.000 objetos detectados por los telescopios Subaru VISTA, el infrarrojo del Reino Unido y el espacial Spitzer, así como el conjunto milimétrico y submilimétrico ALMA, implantado en el desierto de Atacama. Hay una cuestión residual del grado de significación estadística de las mediciones, que se exige estar situado al 99,999% y solo se alcanza, por el momento un 99,99%.
Lo lejos que se sitúan estas observaciones está tan cerca como a 300 millones de años tras el Big Bang. Los modelos de formación de las Galaxias están al límite de sus posibilidades. Falta por conocer detalles que perfilen el descubrimiento como si se trata de una Galaxia formadora de estrellas o un agujero negro. De momento es la mejor candidata a ser la Galaxia más distante jamás registrada.
De cerca ¡que grandes somos! De lejos, ¡que minúsculos! Pero, como Humanidad, ¡qué cosas tan grandes protagonizamos! ¡qué lejanas resultan las Galaxias y los planetas que se investigan! Lo lejano se torna cercano. Es lo que tienen las cosas definidas de forma relativa. Ya lo enseñaba Archibaldo a los pequeños. ¡Que bendición seguir siendo pequeños!
La capacidad de medida de tamaños, ha sido decisiva en el avance científico. Tener acceso al tamaño molecular, ha posibilitado estudiar el mundo microscópico en el que los átomos se desenvuelven y generan las propiedades que percibimos a nivel macroscópico. Disponer de relojes sumamente precisos capaces de medir tiempos muy diminutos, ha posibilitado poder observar los procesos moleculares en directo, no en diferido, como viene siendo habitual desde que la Ciencia se puso en marcha. Láseres de femtosegundo permiten acceder a los tiempos moleculares y láseres de attosegundo permiten el acceso en directo a nivel atómico. También, gracias al láser, dada su direccionalidad y coherencia, lo que le confiere una mínima dispersión, se ha profundizado en distancia y precisión, como nunca antes se había logrado.
Nos hemos familiarizado con la velocidad de la luz. La referimos con harta frecuencia, aunque sin ser muy conscientes de lo que conlleva. Si nos ponemos en marcha a una velocidad próxima a la de la luz, por aquello de no vulnerar postulados bien establecidos, en un solo día transcurrirían ante nosotros en torno a 1000 años de existencia. Es que esa tal velocidad implica que la distancia de la Terra a la Luna se completa en un segundo y medio. A estas velocidades los conceptos de cerca…lejos tienen otra entidad, por cuanto la rapidez de cambio en la clasificación de uno a otro, son casi instantáneas.
El concepto lejos parece ser más atractivo, quizás por la pequeñez nuestra que evidencia. A nivel astronómico, todo parece indicar que nuestra Galaxia podría tener muchos planetas similares al nuestro. Hasta ahora se han confirmado unos 4.000 y solamente un tercio de ellos son rocosos. Hace poco se ha descubierto un exoplaneta, OGLE-2018-BLG-0677b, situado a esa distancia apropiada para recibir la cantidad de calor que se requiere para que pueda existir agua líquida, que son los requisitos más exigentes para la posibilidad de que haya vida. En lo que respecta a nuestro hilo argumental, está situado a 24.722,65 años luz, lo que implica que es uno de los más lejanos visualizado. Para valorar la distancia a la que se encuentra, recordemos que en un día a esa velocidad pasarían ante nosotros 1000 años de existencia en la Tierra. Una detección como ésta requiere avances tecnológicos de importancia, capaces de detectar variaciones en la luz de la estrella mínimas, al verse modificada al pasar el planeta por delante de aquélla. Más todavía, si el método aplicado es el denominado de bamboleo, en el que se trata de detectar movimientos mínimos, derivados de la gravedad de los exoplanetas en las estrellas que los mantienen. La tecnología hoy, permite utilizar un método similar al que empleó Eddington, en 1929, cuando viajó a la isla del Príncipe, en África, para observar el eclipse solar y testificó, como anticipaba la Teoría de la Relatividad, que las estrellas cercanas al Sol deberían estar un poco desplazadas, porque la luz resulta curvada por el campo gravitatorio solar. El brillo del Sol impide que se pueda observar, salvo en un eclipse. Confirmó la Teoría de Einstein, que dicen que comentó en aquel momento que habían tres personas que comprendían la Teoría de la Relatividad y Eddington, con esa sorna británica tan característica, replicó ¿y quién es la tercera? La técnica, hoy, consiste en que, si hay dos estrellas en línea y el observador está en la misma línea, pero alejado, la luz de la estrella que está situada detrás, cuando pase cerca de la estrella situada delante, se curvará, debido a la acción de la gravedad de la segunda. Esto, traerá como consecuencia una distorsión y una magnificación de la luz de la primera fuente, al modo en que actuara una lupa, por lo que se le denomina lente gravitacional. Teniendo en cuenta que se estima un número de estrellas en el Universo de 1024 y en nuestra Via Láctea se estiman entre 200 y 400 mil millones y en algunos cálculos podría alcanzar el billón, con lo que si, además, agregamos los exoplanetas con las perturbaciones que incluirán, disponemos de un procedimiento sofisticado que detecta la presencia de planetas a los que determinar su masa, tamaño, composición etc. El OGLE-2018-BLG-0677b, se ha determinado de esa forma. Una masa de 3,96 la de la Tierra, con una estrella en torno a 0,12 veces nuestro Sol, de la que está separado unas 0,70 unidades astronómicas (similar a la separación entre Venus y nuestro Sol) y emplea 617 días en girar en órbita alrededor de aquél. Por el momento, nada respecto a si es habitable, entre otras cosas por no haber podido determinar con la tecnología actual, la temperatura y la actividad que pudiera haber. Este es el exoplaneta descubierto más lejano en nuestra Galaxia, a unos 25.000 años luz.
La cuestión de cuál es el objeto estelar más lejano en términos absolutos, también hay que actualizar los datos, pues recientemente un equipo internacional de astrónomos ha descubierto la galaxia, rotulada como HDI situada a 13.500 millones de años luz Existía poco después del Big Bang. El Telescopio espacial Webb ha sido la herramienta que lo ha hecho posible.
Gracias al descomunal tamaño del Universo, es posible que radiación que se emitió hace 13.500 millones de años esté llegando ahora a nosotros. Hasta ahora la galaxia líder era la rotulada GN-z11 descubierta por el Telescopio Espacial Hubble, situada a 13.400 millones de años luz. La nueva, HDI, se discriminó entre 700.000 objetos detectados por los telescopios Subaru VISTA, el infrarrojo del Reino Unido y el espacial Spitzer, así como el conjunto milimétrico y submilimétrico ALMA, implantado en el desierto de Atacama. Hay una cuestión residual del grado de significación estadística de las mediciones, que se exige estar situado al 99,999% y solo se alcanza, por el momento un 99,99%.
Lo lejos que se sitúan estas observaciones está tan cerca como a 300 millones de años tras el Big Bang. Los modelos de formación de las Galaxias están al límite de sus posibilidades. Falta por conocer detalles que perfilen el descubrimiento como si se trata de una Galaxia formadora de estrellas o un agujero negro. De momento es la mejor candidata a ser la Galaxia más distante jamás registrada.
De cerca ¡que grandes somos! De lejos, ¡que minúsculos! Pero, como Humanidad, ¡qué cosas tan grandes protagonizamos! ¡qué lejanas resultan las Galaxias y los planetas que se investigan! Lo lejano se torna cercano. Es lo que tienen las cosas definidas de forma relativa. Ya lo enseñaba Archibaldo a los pequeños. ¡Que bendición seguir siendo pequeños!
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