Pensándolo bien...
Nos vamos a sumergir en un periodo vacacional en el que, en alguna medida, requerimos esparcimiento, cambio, tranquilidad, sosiego, descanso físico, saborear el espíritu, etc., según los distintos momentos. Renovar los contenidos que nos ocupan el cerebro, cargado durante varios meses, es reconfortante. La propuesta que ofrecemos es acudir a la música, como tantas otras veces hemos hecho, pero aproximarnos desde el punto de vista de la activación de las emociones, los afectos. No solo escuchar música como integrada por ritmo y melodía, como hacemos usualmente, sino eligiendo la afectación que deseamos en cada momento. Es una experiencia muy en sintonía con una época de relajamiento.
La teoría de los afectos considera la expresión emocional, como una consecuencia de los rasgos expresivos de una composición que incitan placer, sufrimiento, disposición a la acción, inclinación a la pasividad, etc., de forma que superan a la relación causa-efecto que pudiera estar relacionada con la memoria. La definición de una composición incluye rasgos asociados a personajes, paisajes, situaciones, descripción de ambientes, junto a los cuales se pueden situar los relacionados con los afectos
De siempre, parece que se ha sospechado que la música podía activar las emociones. Descartes le dedicó atención en 1649 en una obra titulada Las pasiones del alma. Los afectos actúan sobre el armazón psicológico y, de esta manera, se incide desde el exterior con un alcance mayor o menor, en relación con la sensibilidad individual de cada persona. Nada nuevo, por tanto. En la Grecia Clásica ya se vinculaba la música y los estados emocionales. En el Barroco tuvieron los afectos el momento esplendoroso, introduciendo la propuesta de que conceptos racionalizados que resumían sentimientos y estados mentales provocaban reacciones físicas, pasión para el alma y reacción para el cuerpo, podría ser el lema. Monteverdi le dedicó atención a tres de ellos: ira, templanza y humildad. En la época barroca las manifestaciones artísticas son las protagonistas y se trataba de resaltar las ideas que encarnaban. Se buscaba lograr la emoción de los asistentes. La elocuencia y la retórica volvieron a los escenarios y alcanzaron a los sistemas educativos, además de los culturales.
La dificultad de la teoría de los afectos es el hecho de que las cosas ocurren individualmente. Los madrigalismos fueron una forma musical vocal propia del Renacimiento consistente en un poema literario, que recibía un tratamiento pictórico musical que le acompañaba, donde la duración de las notas, describían procesos largos como propios de dormir, o cuando el texto supone un ascenso, las notas suben tonalmente y en el caso contrario bajan. Podían llegar a asociarse procesos musicales relacionados con palabras, en la que una palabra como “solo” hacía que todas las voces es callaran menos la que se supone que representa la sola, la de referencia, la aislada. Monteverdi fue un auténtico maestro en ello. Reparemos que la música se asocia al texto a través de la tonalidad, tono, timbre y duración. Por la tonalidad se elige una cualidad afectiva, sobre la que no todos están de acuerdo. Los propios modos musicales ya conllevan alegría, momento sublime para los modos mayores y tristeza y ternura para los menores. El ritmo establece seriedad que puede rozar el patetismo con las duraciones alargadas y otorga solemnidad para las combinaciones de notas de corta duración con notas largas. Los intervalos (longitud de los saltos de notas sucesivas) largos se asocian a osadía, mientras que los cortos se interpretan como halagos. Las danzas también combinan ritmo y tiempo para transmitir afectos, desde ambición hasta alegría o tristeza.
En su momento estos rasgos contribuyeron a otorgar la mayoría de edad a las composiciones musicales, dado que no requería del contenido literario para hacer aflorar las emociones. Significó que en el ámbito de la Ópera barroca la música se liberaba de ser el fondo sonoro de un texto literario y afloraba con personalidad propia, abarcando desde el carácter descriptivo hasta la provocación de emociones.
Nos limitaremos, ahora, a sugerir los afectos propuestos para asociarlos a algunas de las tonalidades, a partir de Comentarios de Johann Mattheson (1681-1764) del capítulo 2º Von der musikalischen Thone Eingenschaft und Würckung in Ausdrückung der Affecten de su libro Das Neu-Eröffnete Orchestre de 1713. No es todo, pero es una parte importante que podemos descubrir prestando atención en las audiciones que pudiéramos tener en los tiempos inmediatos de descanso que se avecinan. Como referencia indicamos el % de cada tonalidad que está registrado en la oferte de los 30 millones de composiciones de Spotify, que es número suficiente para que sea significativo.
Tonalidad Do mayor (sin alteraciones) : Puede expresar alegría y felicidad. Se pueden encontrar pasajes con cierta ternura. Bolero de Maurice Ravel; la Marcha Nupcial de Mendelssohon o La bicicleta (Carlos Vives / Shakira), son algunas muestras interesantes. En Spotify el 10,2% de las canciones están en esta tonalidad, solamente superada por Sol Mayor que alcanza el 10,7%.
Tonalidad Do menor (3 bemoles): Algo triste y dulce al tiempo. Concierto para piano N. 2 de Rachmaninoff; Sinfonia N. 2 (Resurrección) de Mahler o Invención N.2 de Bach. En Spotify solamente el 2% de las composiciones están escritas en esta tonalidad.
Tonalidad de Re Mayor (2 sostenidos): En esta tonalidad se han escrito tanto composiciones felices como de carácter bélico, en ocasiones ha servido de introducción a otras partes de carácter delicado. Se señala ideal para tañidos. El Canon - Johann Pachelbel; Marcha Radetzky - Johann Strauss (padre) ; Vals «El bello Danubio Azul» - Johann Strauss (hijo) o With or without you (U2). En Spotify alcanza la oferta un 8,7% en esta tonalidad
Tonalidad de Re Menor (1 bemol) : propio de devoción, tranquilidad, paz de espíritu, aunque pudiera percibirse como con carácter de fluidez, en casos. Generalmente se percibe tristeza. 32 sonatas de Scarlatti están en este tono; El arte de la fuga de Johann Sebastian Bach y la Novena Sinfonia de Beethoven. Solo un 2,6% de la oferta de Spotify está en esta tonalidad.
Tonalidad de Mi Mayor (4 sostenidos): Transmite tristeza, dolor, desgarro, impotencia, hasta desesperanza en cuestión de amor. Movimiento final de la Sinfonía inacabada de Franz Schubert; Sinfonía n.º 10 de Dmitri Shostakóvich; Sinfonía n.º 4 de Gustav Mahler; Don’t stop believin’ (Journey). Spotify ofrece un 3,6% en esta tonalidad.
Tonalidad de Mi Menor (1 sostenido): no es alegre sino pensativa, profunda, triste y se señala como una especie de aspiración al consuelo. Sinfonía n.º 9 de Anton Dvořák; Scheherazade de Nikolai Rimsky-Korsakov o Nocturno in Mi menor de Frédéric Chopin. Spotify registra un 4,2% en esta tonalidad.
Tonalidad de Fa Mayor (1 bemol): Sentimientos bellos, amor, generosidad y todo lo que puede valorarse como superior o elevado, perfilando a las buenas personas, con elevadas cualidades. Concierto N 19 para piado K 459 de Wolfgang Amadeus Mozart; Sinfonía No. 6, Op. 68, "Pastoral" de Ludwig van Beethoven; Waltz Op. 34, No. 3 de Frédéric Chopin; Un 5,3% en Spotify.
Tonalidad de Fa Menor (4 bemoles): Ternura, sosiego, profundidad, melancolía que puede llegar a incitar al escalofrío y horror. Mazurka en F Menor S.221ª de Franz Listz; Fantasia in F minor de Franz Schubert; Quinteto de Cuerda de Alexander Borodin. Un 3,0% en Spotify.
Tonalidad de Sol Mayor (1 sostenido): Carácter tanto alegre como serio, alegría moderada o lamento, agradable dulce y mezclas de estos afectos. 69 de las 555 sonatas de Domenico Scarlatti; 12 de las 106 sinfonías de Joseph Haydn; Es la tonalidad usada para el Dios Salve la reina en Canadá o Wonderful tonight (Eric Clapton). Spotify consigna un 10,7% de su repertorio, Tonalidad líder en el repositorio.
Tonalidad de Sol Menor (2 bemoles): Se refier como la mas bella de las tonalidades, mezcla lo dulce con lo serio, resultando gracioso y agradable, deseo incontenible y ambiente divertido, lamento y alegría, camaleónico, por tanto. Sinfonía N 40 de Wolfgang Amadeus Mozart; Op. 8 No. 2, "Verano" de Las cuatro estaciones de Antonio Vivaldi; Cataluña de Isaac Albéniz o Standby de Extremoduro; Un 2,6% en Spotify.
Tonalidad de La Mayor (3 sostenidos): Brillante, mejor con aspectos tristes que alegres, muy recomendable para ejecución con violín. Polonesa, Op. 40/1 ("Militar") de Chopin; Concierto para Violin No. 5, K. 219 de Mozart; Sinfonía N. 6 de Anton Bruckner ; Turnedo (Iván Ferreiro) En Spotify alcanza un 6,1%.
Tonalidad de La Menor (sin alteraciones): Carácter de resignación, lastimero, invita a dormir; muy usual en instrumentos de tecla y ejecuciones instrumentales. Sinfonía N. 6 de Gustav Mahler; Bagatela en La menor Claro de Luna de Beethoven; Sinfonía No. 4, Op. 63 de Sibelius; en Spotify alcanza un 4,8%.
Tonalidad de Si Mayor (5 sostenidos): Carácter agresivo, incluso desagradable y puede representar desesperación. Simfonía No. 46. De Joseph Haydn; La Ópera Rigoletto de Verdi; Trio para piano No. 1, Op. 8 de Brahms; en Spotify llega a un 2,6%.
Tonalidad de Si Menor (2 sostenidos): Carácter sombrío, melancólico, poco común. Concierto para violín No. 2 in Si menor, Op. 7 de Paganini; Simfonía No. 8 in B menor (Inacabada, D. 759 de Shubert; Sinfonía No. 6 in Si menor (Patética), Op. 74; I’m yours (Jason Mraz); En Spotify ofrece un 4,2%.
Tonalidad de Si bemol Mayor (2 bemoles): carácter divertido, pudiendo interpretarse como majestuoso y delicado. Quinteto de cuerda N 1 de Mozart; Polonaise Op. 71, No. 2 de Chopin; Cuarteto de cuerda N 5 de Dmitri Shostakovich; Spotify ofrece un 3,5% cde su repertorio en esta tonalidad.
Tonalidad de Mi bemol Mayor (3 bemoles): Seriedad y tristeza, con ausencia de sensualidad. Mozart tiene muchas obras en esta tonalidad: Sinfonía No. 39, K. 543 de Mozart; Cuarteto de Cuerda Op. 51 de Antonín Dvořák ; 1812 Overture, Op. 49 de Pyotr Ilyich Tchaikovsky; Si tú no estás (Rosana) y Valerie (Amy Winehouse). Spotify consigna hasta un 2,4%.
Hay más, pero estas son las tonalidades más importantes y frecuentes. Nuestros mejores deseos para que experimenten los afectos que potencialmente encierran las composiciones de las distintas tonalidades, desde la seguridad de que la audición va perfilando con parsimonia la sensibilidad para la percepción, no solo de las melodías, que también, sino de otros aspectos que esa maravillosa creación “de los dioses” que es la música, transmita sensaciones que sintonicen con nuestro estado de percepción y podamos disfrutar con mayor profundidad aspectos encerrados en las composiciones musicales. Sobre las notas, cabalgan los afectos. Buen verano y buen disfrute, desde el afecto a cuantos compartan este texto.
La teoría de los afectos considera la expresión emocional, como una consecuencia de los rasgos expresivos de una composición que incitan placer, sufrimiento, disposición a la acción, inclinación a la pasividad, etc., de forma que superan a la relación causa-efecto que pudiera estar relacionada con la memoria. La definición de una composición incluye rasgos asociados a personajes, paisajes, situaciones, descripción de ambientes, junto a los cuales se pueden situar los relacionados con los afectos
De siempre, parece que se ha sospechado que la música podía activar las emociones. Descartes le dedicó atención en 1649 en una obra titulada Las pasiones del alma. Los afectos actúan sobre el armazón psicológico y, de esta manera, se incide desde el exterior con un alcance mayor o menor, en relación con la sensibilidad individual de cada persona. Nada nuevo, por tanto. En la Grecia Clásica ya se vinculaba la música y los estados emocionales. En el Barroco tuvieron los afectos el momento esplendoroso, introduciendo la propuesta de que conceptos racionalizados que resumían sentimientos y estados mentales provocaban reacciones físicas, pasión para el alma y reacción para el cuerpo, podría ser el lema. Monteverdi le dedicó atención a tres de ellos: ira, templanza y humildad. En la época barroca las manifestaciones artísticas son las protagonistas y se trataba de resaltar las ideas que encarnaban. Se buscaba lograr la emoción de los asistentes. La elocuencia y la retórica volvieron a los escenarios y alcanzaron a los sistemas educativos, además de los culturales.
La dificultad de la teoría de los afectos es el hecho de que las cosas ocurren individualmente. Los madrigalismos fueron una forma musical vocal propia del Renacimiento consistente en un poema literario, que recibía un tratamiento pictórico musical que le acompañaba, donde la duración de las notas, describían procesos largos como propios de dormir, o cuando el texto supone un ascenso, las notas suben tonalmente y en el caso contrario bajan. Podían llegar a asociarse procesos musicales relacionados con palabras, en la que una palabra como “solo” hacía que todas las voces es callaran menos la que se supone que representa la sola, la de referencia, la aislada. Monteverdi fue un auténtico maestro en ello. Reparemos que la música se asocia al texto a través de la tonalidad, tono, timbre y duración. Por la tonalidad se elige una cualidad afectiva, sobre la que no todos están de acuerdo. Los propios modos musicales ya conllevan alegría, momento sublime para los modos mayores y tristeza y ternura para los menores. El ritmo establece seriedad que puede rozar el patetismo con las duraciones alargadas y otorga solemnidad para las combinaciones de notas de corta duración con notas largas. Los intervalos (longitud de los saltos de notas sucesivas) largos se asocian a osadía, mientras que los cortos se interpretan como halagos. Las danzas también combinan ritmo y tiempo para transmitir afectos, desde ambición hasta alegría o tristeza.
En su momento estos rasgos contribuyeron a otorgar la mayoría de edad a las composiciones musicales, dado que no requería del contenido literario para hacer aflorar las emociones. Significó que en el ámbito de la Ópera barroca la música se liberaba de ser el fondo sonoro de un texto literario y afloraba con personalidad propia, abarcando desde el carácter descriptivo hasta la provocación de emociones.
Nos limitaremos, ahora, a sugerir los afectos propuestos para asociarlos a algunas de las tonalidades, a partir de Comentarios de Johann Mattheson (1681-1764) del capítulo 2º Von der musikalischen Thone Eingenschaft und Würckung in Ausdrückung der Affecten de su libro Das Neu-Eröffnete Orchestre de 1713. No es todo, pero es una parte importante que podemos descubrir prestando atención en las audiciones que pudiéramos tener en los tiempos inmediatos de descanso que se avecinan. Como referencia indicamos el % de cada tonalidad que está registrado en la oferte de los 30 millones de composiciones de Spotify, que es número suficiente para que sea significativo.
Tonalidad Do mayor (sin alteraciones) : Puede expresar alegría y felicidad. Se pueden encontrar pasajes con cierta ternura. Bolero de Maurice Ravel; la Marcha Nupcial de Mendelssohon o La bicicleta (Carlos Vives / Shakira), son algunas muestras interesantes. En Spotify el 10,2% de las canciones están en esta tonalidad, solamente superada por Sol Mayor que alcanza el 10,7%.
Tonalidad Do menor (3 bemoles): Algo triste y dulce al tiempo. Concierto para piano N. 2 de Rachmaninoff; Sinfonia N. 2 (Resurrección) de Mahler o Invención N.2 de Bach. En Spotify solamente el 2% de las composiciones están escritas en esta tonalidad.
Tonalidad de Re Mayor (2 sostenidos): En esta tonalidad se han escrito tanto composiciones felices como de carácter bélico, en ocasiones ha servido de introducción a otras partes de carácter delicado. Se señala ideal para tañidos. El Canon - Johann Pachelbel; Marcha Radetzky - Johann Strauss (padre) ; Vals «El bello Danubio Azul» - Johann Strauss (hijo) o With or without you (U2). En Spotify alcanza la oferta un 8,7% en esta tonalidad
Tonalidad de Re Menor (1 bemol) : propio de devoción, tranquilidad, paz de espíritu, aunque pudiera percibirse como con carácter de fluidez, en casos. Generalmente se percibe tristeza. 32 sonatas de Scarlatti están en este tono; El arte de la fuga de Johann Sebastian Bach y la Novena Sinfonia de Beethoven. Solo un 2,6% de la oferta de Spotify está en esta tonalidad.
Tonalidad de Mi Mayor (4 sostenidos): Transmite tristeza, dolor, desgarro, impotencia, hasta desesperanza en cuestión de amor. Movimiento final de la Sinfonía inacabada de Franz Schubert; Sinfonía n.º 10 de Dmitri Shostakóvich; Sinfonía n.º 4 de Gustav Mahler; Don’t stop believin’ (Journey). Spotify ofrece un 3,6% en esta tonalidad.
Tonalidad de Mi Menor (1 sostenido): no es alegre sino pensativa, profunda, triste y se señala como una especie de aspiración al consuelo. Sinfonía n.º 9 de Anton Dvořák; Scheherazade de Nikolai Rimsky-Korsakov o Nocturno in Mi menor de Frédéric Chopin. Spotify registra un 4,2% en esta tonalidad.
Tonalidad de Fa Mayor (1 bemol): Sentimientos bellos, amor, generosidad y todo lo que puede valorarse como superior o elevado, perfilando a las buenas personas, con elevadas cualidades. Concierto N 19 para piado K 459 de Wolfgang Amadeus Mozart; Sinfonía No. 6, Op. 68, "Pastoral" de Ludwig van Beethoven; Waltz Op. 34, No. 3 de Frédéric Chopin; Un 5,3% en Spotify.
Tonalidad de Fa Menor (4 bemoles): Ternura, sosiego, profundidad, melancolía que puede llegar a incitar al escalofrío y horror. Mazurka en F Menor S.221ª de Franz Listz; Fantasia in F minor de Franz Schubert; Quinteto de Cuerda de Alexander Borodin. Un 3,0% en Spotify.
Tonalidad de Sol Mayor (1 sostenido): Carácter tanto alegre como serio, alegría moderada o lamento, agradable dulce y mezclas de estos afectos. 69 de las 555 sonatas de Domenico Scarlatti; 12 de las 106 sinfonías de Joseph Haydn; Es la tonalidad usada para el Dios Salve la reina en Canadá o Wonderful tonight (Eric Clapton). Spotify consigna un 10,7% de su repertorio, Tonalidad líder en el repositorio.
Tonalidad de Sol Menor (2 bemoles): Se refier como la mas bella de las tonalidades, mezcla lo dulce con lo serio, resultando gracioso y agradable, deseo incontenible y ambiente divertido, lamento y alegría, camaleónico, por tanto. Sinfonía N 40 de Wolfgang Amadeus Mozart; Op. 8 No. 2, "Verano" de Las cuatro estaciones de Antonio Vivaldi; Cataluña de Isaac Albéniz o Standby de Extremoduro; Un 2,6% en Spotify.
Tonalidad de La Mayor (3 sostenidos): Brillante, mejor con aspectos tristes que alegres, muy recomendable para ejecución con violín. Polonesa, Op. 40/1 ("Militar") de Chopin; Concierto para Violin No. 5, K. 219 de Mozart; Sinfonía N. 6 de Anton Bruckner ; Turnedo (Iván Ferreiro) En Spotify alcanza un 6,1%.
Tonalidad de La Menor (sin alteraciones): Carácter de resignación, lastimero, invita a dormir; muy usual en instrumentos de tecla y ejecuciones instrumentales. Sinfonía N. 6 de Gustav Mahler; Bagatela en La menor Claro de Luna de Beethoven; Sinfonía No. 4, Op. 63 de Sibelius; en Spotify alcanza un 4,8%.
Tonalidad de Si Mayor (5 sostenidos): Carácter agresivo, incluso desagradable y puede representar desesperación. Simfonía No. 46. De Joseph Haydn; La Ópera Rigoletto de Verdi; Trio para piano No. 1, Op. 8 de Brahms; en Spotify llega a un 2,6%.
Tonalidad de Si Menor (2 sostenidos): Carácter sombrío, melancólico, poco común. Concierto para violín No. 2 in Si menor, Op. 7 de Paganini; Simfonía No. 8 in B menor (Inacabada, D. 759 de Shubert; Sinfonía No. 6 in Si menor (Patética), Op. 74; I’m yours (Jason Mraz); En Spotify ofrece un 4,2%.
Tonalidad de Si bemol Mayor (2 bemoles): carácter divertido, pudiendo interpretarse como majestuoso y delicado. Quinteto de cuerda N 1 de Mozart; Polonaise Op. 71, No. 2 de Chopin; Cuarteto de cuerda N 5 de Dmitri Shostakovich; Spotify ofrece un 3,5% cde su repertorio en esta tonalidad.
Tonalidad de Mi bemol Mayor (3 bemoles): Seriedad y tristeza, con ausencia de sensualidad. Mozart tiene muchas obras en esta tonalidad: Sinfonía No. 39, K. 543 de Mozart; Cuarteto de Cuerda Op. 51 de Antonín Dvořák ; 1812 Overture, Op. 49 de Pyotr Ilyich Tchaikovsky; Si tú no estás (Rosana) y Valerie (Amy Winehouse). Spotify consigna hasta un 2,4%.
Hay más, pero estas son las tonalidades más importantes y frecuentes. Nuestros mejores deseos para que experimenten los afectos que potencialmente encierran las composiciones de las distintas tonalidades, desde la seguridad de que la audición va perfilando con parsimonia la sensibilidad para la percepción, no solo de las melodías, que también, sino de otros aspectos que esa maravillosa creación “de los dioses” que es la música, transmita sensaciones que sintonicen con nuestro estado de percepción y podamos disfrutar con mayor profundidad aspectos encerrados en las composiciones musicales. Sobre las notas, cabalgan los afectos. Buen verano y buen disfrute, desde el afecto a cuantos compartan este texto.
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