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null Alfonso X, impulsor de la astronomía

El próximo miércoles, 6 de abril a las 19 h, en el Centro Cultural Las Claras, tendrá lugar la mesa redonda “La ciencia en el reinado de Alfonso X”. La conmemoración del 8º centenario de su nacimiento, que comenzó el pasado noviembre, se extenderá a lo largo de 2022, con actividades en Madrid, Toledo, Sevilla y Murcia. Alfonso X nació en Toledo el 23 de noviembre de 1221 y murió en Sevilla el 4 de abril de 1284. Menéndez Pidal, en el prólogo de la Primera Crónica General de España, se refería así a Alfonso X: “Entre los muchos reyes cuya protección a las letras no es sino un frío acto de gobierno, ejercido sin amor ni personal competencia que les lleve al acierto,  sobresalen dos que en el siglo XIII muestran en esa protección un goce inteligente y una pasión personal. En esto se parecen el emperador Federico II y Alfonso X.”

Su reinado destacó, fundamentalmente, en el orden cultural. Su especial interés por el arte, la historia, el derecho y la ciencia ejerció una profunda influencia en el desarrollo cultural de España y Europa. Dejó una abundante obra escrita, destacando sobremanera dos obras astronómicas, las Tablas alfonsíes y los Libros del saber de Astrología, cuya influencia posterior fue muy importante.

Las primeras, escritas en castellano, fueron elaboradas en Toledo entre 1252 y 1272 bajo la dirección de los judíos Judah ben Moses ha-Cohen e Isaac ben Sid, a quienes el monarca ordenó que actualizaran las tablas astronómicas de Azarquiel y que construyeran instrumentos para observar la trayectoria del Sol. Las Tablas alfonsíes corrigieron las posiciones del Sol, la Luna y de los cinco planetas Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno, que entonces se conocían.

Los Libros del saber de Astrología, a pesar de su título, son un tratado puramente de astronomía, de ahí que en la mayoría de las traducciones figuran como «Libros del saber de Astronomía’’. Y es que astronomía y astrología estaban entonces estrechamente relacionadas, pues para realizar predicciones astrológicas era necesario no solo saber interpretar la disposición de las estrellas en el cielo, sino también haber efectuado antes los cálculos correctos utilizando los instrumentos astronómicos adecuados. Cualquiera que fuese el título original, lo importante es saber que los Libros contienen traducciones al castellano de dieciséis tratados escritos originalmente en arameo o en árabe, realizadas por árabes, judíos y cristianos, concluidas probablemente hacia 1279.

Las Tablas alfonsíes fueron empleadas en toda Europa desde 1252 hasta 1627, cuando Kepler publicó las «Tablas Rudolfinas» preparadas por Tycho Brahe. Debido a que estaban escritos en castellano, los Libros fueron prácticamente desconocidos en Europa en los años siguientes a su aparición, despertando un enorme interés y difusión a raíz de ser traducidos en 1341 en Sevilla.