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null Alfonso Escámez López: Economía y Ciencia

La relevancia de Alfonso Escámez en el mundo de la economía en general, y de la banca en particular, es bien conocida. Del mismo modo, es reconocido su interés por el mundo universitario y, especialmente, su vinculación con la Universidad de Murcia, donde fue investido Doctor Honoris Causa en 1988.

Nacido en Águilas en 1916, Alfonso Escámez fue ejemplo de superación, de encontrar soluciones a los problemas y reconocido por su capacidad de interpretar su tiempo. Como persona muy relevante en su tiempo, Alfonso Escámez fue nombrado Senador por designación real en las Cortes Constituyentes participando en los conocidos Pactos de la Moncloa o en debate de la propia Constitución.

Sin embargo, hay otros aspectos más desconocidos y en concreto el relacionado con sus aportaciones al sistema español de ciencia y tecnología. Apenas abierto el periodo de sesiones tras las primeras elecciones de junio de 1977, el Senado impulsó una Comisión Especial de Política Científica que quedó constituida en diciembre de ese año. Probablemente por su interés por las universidades, por la ciencia y por el cómo aplicar los resultados de la investigación, fue Alfonso Escámez el autor y ponente del dictamen sobre investigación científica y técnica en España, primer documento escrito al respecto en las Cortes Generales.  El informe fue terminado en junio de 1978. Desgraciadamente, no consta que el documento fuera discutido ni en el Senado ni en el Congreso y no volvió́ a ser citado como tal posteriormente.

Este documento, de cinco tomos y que actualmente se encuentra depositado en la biblioteca del Senado, recoge un análisis comparativo y en profundidad del estado de la investigación científica y técnica en España y propone una organización para el sistema de ciencia y tecnología y unos objetivos que compartiría parte de ellos la Ley 13/1986 de Fomento y Coordinación General de la Investigación Científica y Técnica, primera Ley de la Ciencia en nuestra democracia. A la Ley de 1986, le sucedió la Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación de 2011, cuya actualización se encuentra actualmente en trámite parlamentario en las Cortes Generales.

El dictamen Escámez fue capaz de ver más allá proponiendo unas medidas, para el sistema español de ciencia y tecnología, de internacionalización, periodicidad, coordinación, financiación, fiscalidad o el papel de la investigación en las Universidades, de perfecta actualidad. Y de justicia es reconocerlo, aunque hayan pasado 44 años de aquel mes de junio de 1978.