Uno de los productos más atractivos que se pueden obtener a partir de biorresiduos son los aceites microbianos, también conocidos como aceites unicelulares. La investigación en la producción de aceites microbianos ha crecido considerablemente en los últimos años debido a su potencial para reemplazar los aceites vegetales utilizados en sectores tan diversos como la alimentación (suplementos nutricionales o aditivos alimentarios), la energía (biocombustibles), la industria farmacéutica (ácido araquidónico, ácido docosahexaenoico) y el sector de los materiales (biopolímeros, bioplásticos). Los aceites microbianos son lípidos producidos bajo ciertas condiciones de estrés metabólico por microorganismos oleaginosos, incluyendo algunas especies de bacterias.