Artículos Académicos
Todo tiene un principio, un punto de partida. Y aunque tendemos con demasiada frecuencia a olvidar el principio, es importante tenerlo siempre presente, especialmente cuando son historias de éxito en ciencia, como la que celebramos durante el 2014 con el centenario de uno de nuestros prestigiosos organismos públicos de investigación: el Instituto Español de Oceanografía (IEO). Y con motivo de esta celebración y gracias a su labor divulgativa, son muchos los ciudadanos que están conociendo y reconociendo su buen hacer en la investigación oceanográfica en todos los mares del mundo, en la constante asistencia al sector y las políticas pesqueras. Recientemente, la región ha tenido la oportunidad de tener a uno de sus buques oceanográficos más avanzados, el Ramón Margalef en jornada de puertas abiertas así como exposiciones y actividades en diferentes municipios. Excelencia y relevancia unidas en el quehacer diario de más de 500 personas dedicadas a la investigación oceanográfica. Un centro de investigación en San Pedro del Pinatar, una planta de cultivos en Mazarrón y la próxima inauguración de una infraestructura singular: el gran tanque de atunes, son testigos de la importancia del IEO en la Región de Murcia. Pero como decía, todo viaje tiene su principio. Zarpaba de Cartagena en 1885 “la Blanca”, una vieja fragata testigo del combate del Callao en tierras peruanas, convertida para la ocasión en buque oceanográfico con una comisión de naturalistas que tenían al frente a Odón de Buen, un pionero de la investigación oceanográfica. Gracias a su formación y reconocimiento internacional y su innata capacidad, Odón de Buen, catedrático en las Universidades de Barcelona y Madrid, fue un adelantado capaz de introducir nuevos conceptos tanto en el ámbito académico como fueron las prácticas de campo, en la divulgación científica aproximando las teorías darwinistas a la ciudadanía o abordando nuevos conceptos en oceanografía como la sostenibilidad de la pesca y su estudio ecosistémico. Pero sin duda alguna, su mayor hito fue la creación del IEO en 1914. Ahora que, gracias a la investigación oceanográfica, miramos al mar como fuente esencial de alimentos, de componentes bioactivos para la cura de enfermedades, como fuente de energía o de modulador climático, también miramos con satisfacción el centenario viaje del IEO desde su principio, a través de la silueta de un hombre adelantado que supo mirar más lejos y que ha servido como hombros de gigante de la oceanografía española: Odón de Buen y del Cos.