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null ¿Una nueva oportunidad para la Talidomida?

A partir del 2 de febrero de este año, la talidomida se usará en la lucha contra el mieloma múltiple, un cáncer donde las células plasmáticas se multiplican sin control en la médula ósea y forman tumores en el hueso.

La noticia, sin duda, ha dejado perplejo a más de uno que conoce su “historia negra”. Desarrollada por la empresa farmacéutica alemana Grünenthal GmbH, la talidomida se comercializó a finales de los años 50 del siglo pasado para calmar las náuseas en las embarazadas. Sin embargo, este medicamento tuvo que retirarse en 1963, ya que en su poco tiempo de comercialización provocó miles de casos de malformaciones congénitas.

La “tragedia de la talidomida”, sin embargo, hizo que la industria farmacéutica aprendiera varias lecciones vitales. Es a partir de esta catástrofe cuando las autoridades sanitarias de muchos países introducen la farmacovigilancia, monitorizando cualquier reacción adversa que pueda producir un fármaco en los pacientes. Además, tras el uso de la talidomida se empezó a tener en cuenta la estereoisomería en los fármacos pues investigaciones posteriores demostraron el enantiómero R era calmante de las náuseas mientras que el S era el responsable de los efectos teratogénicos adversos.

Ahora, más de medio siglo después, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) ha autorizado el uso de la talidomida para el tratamiento del mieloma múltiple. Sus efectos antiangiogénicos (para prevenir la formación de nuevos vasos sanguíneos que los tumores necesitan para crecer), su actividad inmunomoduladora (al aumentar la proliferación de las células T citotóxicas) y su efecto antitumoral (provocando la muerte de las células mielomatosas) la aconsejan para pacientes con mieloma múltiple, bien sola o en combinación con otros fármacos.

Pero ¿es seguro el uso de la talidomida? Según explica la Aemps, si se toma la talidomida, un embarazo no es una opción segura. Por lo tanto, las mujeres en edad fértil sólo podrán tratarse si cumplen una serie de requisitos que incluyen, utilización de métodos anticonceptivos eficaces y una vigilancia exhaustiva de detección de embarazo antes, durante y después del tratamiento. En el caso de varones, y debido a que la talidomida puede excretarse en el semen, deberán de tomar medidas anticonceptivas si mantienen relaciones sexuales con una mujer embarazada o con posibilidades de estarlo.

Nunca es tarde para enmendarse, pero sólo el tiempo nos dirá si la talidomida dejará de ser un villano para convertirse en un héroe.