Columnas
Columna de la Academia publicada en el diario La Verdad el 1 de diciembre de 2012.
La semana pasada en esta columna intentaba guiar a los estudiantes en la difícil decisión de hacer o no una tesis doctoral. En esta secuela, voy a dar unas pautas para resolver otra serie de preguntas que necesariamente deben hacerse aquellos que han decidido que sí quieren hacer la tesis. Advierto que se trata de mi visión personal y que a buen seguro habrá quien no lo vea de la misma forma. Como siempre en la vida, que cada cual escuche, vea, reflexione y al final decida por si mismo. ¿En que tema? A parte de los gustos y afinidades se debe elegir el tipo de trabajo en relación con las mejores habilidades personales. Hay tesis que son principalmente teóricas, otras completamente experimentales y otras que combinan ambos aspectos. Es sensato no dejarse llevar por los gustos idealizados y ser consciente de las propias limitaciones. Por ejemplo, si eres de aquellos que no es capaz de cambiar una bombilla, mejor no elegir temas experimentales que requieran una cierta habilidad manual. ¿Dónde? ¿En España o fuera? Ambas opciones conllevan pros y contras. Como se ha repetido a menudo en estas columnas, la ciencia es una actividad global, así que debes estar preparado para la movilidad. Aunque no importe tanto donde como que sea un “buen” laboratorio, aunque por supuesto ayuda que el entorno sea agradable y las condiciones de vida favorables. ¿En que situación laboral? Frente a la vaguedad que reconozco a las respuestas anteriores, aquí voy a ser tajante. Siempre debe hacerse la tesis doctoral con una financiación adecuada durante los años de realización, bien sea una beca o un contrato. Es un error alargar por cuatro años la condición de estudiante no remunerado para hacer la tesis. A pesar de los tiempos difíciles, los buenos estudiantes encontrarán seguro opciones de financiación. ¿Con quien? La ciencia se parece mucho a un oficio tradicional y alguien debe enseñártelo. Por ello, elegir bien al director es la decisión más importante. Por ello busca laboratorios o grupos bien equipados y que dispongan de financiación. Y “estudia” a fondo al posible director. Asegúrate que tiene un prestigio científico internacional en su área. Para ello compara su índice h, una forma de medir el impacto de la investigación de la que ya hemos hablado aquí, con el de otros científicos. De tu elección depende el futuro de tu carrera científica, así que busca, compara y mucha suerte.