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null ¿Chinches en la cama?

Hablar de chiches — esos bichos que se esconden por las camas y pican a rabiar, ¡y “chinchan” a base de bien! cuando dormimos — en un país occidental, en el siglo XXI, parece un tanto anacrónico. Pero lo que podría suponerse reducido a algunos alojamientos colectivos (residencias, albergues, etc), en los últimos años ha experimentado una inusitada proliferación. No solo en ese tipo de lugares y en ciertas regiones… En los mismísimos Estados Unidos y Canadá se están detectando numerosos y amplios focos en suburbios residenciales, afectando a viviendas de alto nivel, y estableciéndose incluso en hoteles de bastantes estrellas. Así que, como ya les picaban a los norteamericanos, se pusieron a investigar. Un grupo canadiense parece haber encontrado una excelente solución para erradicarlos de allá donde se encuentren. El hallazgo está publicado en muy prestigiosas revistas de química (Angewandte Chemie International Edition; Chemical & Engineering News). Como otros insectos, las chinches emiten unas sustancias volátiles, las feromonas, mediante las cuales se comunican, relacionan, marcan sus caminos, etc. El grupo investigador ya había encontrado algunas, sobre todo 2-hexanona y disulfurodimetilo. Pero sus experimentos sobre el comportamiento de estos bichos les hacía sospechar que habría algún otro marcador que guiaría a sus congéneres hacia las victimas, indicando donde hay abundante sangre que chupar. Y lo han encontrado: la histamina. ¿Les suena lo que es un anti-histamínico? Cuando sufrimos ciertos procesos inflamatorios, como lo son las picaduras de estos y otros bichos, nuestro organismo, en su respuesta inmune, genera inmediatamente esa sustancia, la histamina, causante del enrojecimiento y el picor. El fármaco anti-histamínico alivia esos síntomas. Pues bien, la sangre que las chinches nos sacan va cargada de nuestra propia histamina, que va a parar a las heces o fragmentos de piel que las chinches desprenden. Y estos residuos quedan cerca, y marcan a la colonia de chiches los sitios donde alimentarse. Se está ya preparando, para su comercialización, un “cocktail” de feromonas, histamina e insecticidas que puede convertirse en la solución a esta clásica (y nuevamente de actualidad) plaga. Pequeños parches que lo contuvieran, estratégicamente colocados, serían las trampas. Parafraseando la famosa fábula de Samaniego: “A un riquísimo cocktail, muchos chiches acudieron, que por golosos murieron, presos de patas en él”.