Todos tenemos en la cabeza una idea de cómo son las estrellas: esferas de plasma brillantes y enormes. Pero quizá, esa imagen viene de cómo es nuestra estrella, el Sol. Si otras estrellas de las miles de millones que conocemos fuesen dramáticamente diferentes que nuestro Sol, ¿lo sabríamos? ¿Seríamos capaces de darnos cuenta?