En un artículo en Nature el investigador Benjamin Steyn se pregunta qué significa realmente que una investigación sea novedosa. Aunque la originalidad es un valor fundamental en ciencia, no siempre es fácil definirla, y mucho menos medirla. Para algunos, el sistema actual premia lo seguro y penaliza la innovación. Para otros, se exige novedad a costa de la solidez o la replicabilidad. Steyn argumenta que el problema es que no existen buenas herramientas para evaluar la novedad de un trabajo científico. Pero los avances en inteligencia artificial podrían cambiar el panorama. Con este abordaje, quizás podamos entender mejor cómo surge la innovación, cómo se incentiva y qué papel juega en el progreso científico.