Artículos Académicos
Hace unos días el Instituto de Salud Carlos III del Ministerio de Sanidad y Consumo organizó una Jornada científica para conmemorar el veinticinco aniversario del Fondo de Investigación Sanitaria (FIS). Esta institución desempeña una importante y relevante tarea impulsando el interés del sistema sanitario español por la generación de conocimiento en la ciencia biomédica aplicada. Los logros que se han alcanzado durante estos años se han conseguido a través de diferentes herramientas, como las convocatorias anuales para financiación de proyectos de investigación, ayudas para la formación en el extranjero de investigadores, y, en los últimos años, también por el esfuerzo realizado para incorporar investigadores solventes al Sistema Nacional de Salud. Las instituciones hospitalarias que apostaron desde un principio por hacer compatible la asistencia sanitaria con la investigación clínica de calidad son hoy en día los centros y grupos hospitalarios de mayor prestigio en nuestro país. Del intercambio de opiniones surgidas durante esa jornada fue fácil deducir que el FIS ha entrado en un nuevo periodo, tan decisivo e importante como ha sido el primero, pero con la salvedad de que el punto de arranque para las diferentes instituciones sanitarias ya establece llamativas diferencias. Es fundamental que seamos conscientes de ello, y que con la experiencia aprendida, absolutamente todos, instituciones sanitarias, universidades, responsables políticos y los grupos clínicos que realizamos tareas investigadoras, hagamos un especial esfuerzo para aprovechar la nueva oportunidad. Durante los próximos meses se irán definiendo las estructuras de investigación cooperativas, conocidas como CIBER, redes de grupos de investigación –RETICS-, e Institutos de Investigación. La capacidad para generar esas estructuras será una radiografía fiel del desarrollo de la investigación biomédica en cada comunidad autónoma. La creación de la Dirección General de Formación e Investigación en la Consejería de Sanidad, y la actividad que ha comenzado a realizar, es posiblemente la iniciativa más importante y la credencial más sólida que nos hace pensar, por primera vez, que los responsables políticos del área han entendido la repercusión e importancia del desarrollo de la investigación clínica para el desarrollo de nuestra sanidad regional. Con esta buena disposición, los grupos de investigación regionales en ciencias de la salud debemos adquirir el compromiso de contribuir y ayudar a que se afiance y crezca lo que acabamos de percibir. Una especial responsabilidad la tendremos aunando intereses y esfuerzos para sacar adelante entre todos el futuro Instituto de Investigación Biomédica de nuestra comunidad autónoma.