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null Transfusión y COVID-19

Una de las mayores y más importantes responsabilidades en el mundo de la medicina transfusional es poner todos los medios para que la sangre obtenida de los donantes sea segura. Cuando emergen enfermedades por nuevos agentes infecciosos, es necesario verificar que la sangre no es capaz de transmitir la enfermedad. La aparición abrupta de un síndrome respiratorio agudo grave, causado por el coronavirus 2 (SARS-CoV2) que fue bautizado como COVID-19, produjo intranquilidad en el mundo de la medicina transfusional. La cuestión de si se podía contraer la enfermedad por transfusión de sangre se planteó inmediatamente. Afortunadamente fueron surgiendo evidencias que han ayudado a aclarar rápidamente la cuestión.

El hecho de que la enfermedad apareciera meses antes en China aportó información valiosa, pues no se han descrito contagios por transfusión sanguínea. Por otra parte, en epidemias vividas en años previos por otros coronavirus, como el Síndrome de insuficiencia respiratoria aguda grave por el virus SARS, y del síndrome respiratorio del Middle East por el virus MERS-CoV, no se observó transmisión de los dos coronavirus por transfusión de sangre. También desde el inicio de la pandemia actual se realizaron determinaciones del SARS-CoV2 en sangre de pacientes que habían sido positivos tras el estudio del virus en muestras obtenidas, como es preceptivo, de mucosas nasal y faríngea. Solamente en casos excepcionales de pacientes muy graves, intubados en UCI, se encontró en alguno de ellos rastro genómico del virus en sangre. En el resto de situaciones clínicas, pese a ser positivos de SARS-CoV2 en las muestras obtenidas en mucosas, no se ha encontrado positividad en sangre.

Un requisito elemental para donar sangre es gozar de un buen estado de salud, y no se deja donar a personas con fiebre, tos o dificultad para respirar, sintomatología frecuente de la COVID-19. El Centro Regional de Hemodonación dictó la estricta recomendación a todos los donantes de sangre que debía notificar inmediatamente, si aparecía sintomatología similar a la indicada en la semana después de la donación. Con ello aplicábamos un estricto principio de precaución para poder retirar los productos sanguíneos y proceder a estudiar al donante. Todo lo indicado hace que aceptemos que la transmisión de la COVID-19 por transfusión de sangre es prácticamente nula, y no ha podido objetivarse en miles de transfusiones efectuadas durante este periodo en todo el mundo.

Mañana, la Organización Mundial de la Salud lo ha declarado como “Día Mundial del Donante de Sangre”, con el lema “La sangre segura salva vidas”. La Columna de la Academia de Ciencias quiere sumarse a esa conmemoración, agradeciendo a los miles de conciudadanos donantes de sangre su iniciativa, pues posibilitan que nuestros hospitales sigan funcionando normalmente, incluso en periodos tan complicados como los que estamos viviendo.