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null Titus Lucretius Carus: “A hombros de gigantes”

“Si he logrado ver más lejos, ha sido porque he subido a hombros de gigantes” escribió Isaac Newton en 1676. El comentario refleja cómo la ciencia consiste en una serie de pequeños progresos, cada uno de los cuales se alza sobre los alcanzados anteriormente.

Uno de estos gigantes es Titus Lucretius Carus (99-55 antes de Cristo). Lucrecio es autor de un largo poema didáctico, De Rerum Natura (Sobre la naturaleza de las cosas), en algo más de 7.400 hexámetros distribuidos en seis libros, en él  se divulgan la filosofía y la física atomistas que tomó Epicuro de Demócrito. El poema se inicia con un himno a la diosa Venus generatriz, mientras que termina con una descripción de la destructora peste de Atenas, contraste que tal vez fue buscado por Cicerón cuando ordenó el texto en seis libros y editó el poema. El primero contiene una invocación a Venus como fuerza germinadora de la naturaleza y trata además de cómo todo está compuesto de átomos y de vacío. El libro segundo trata del movimiento y agrupaciones de los átomos. El tercero versa sobre el alma, que es mortal. El cuarto sobre la teoría de la sensación, el quinto diserta sobre el mundo y el sexto sobre diversos fenómenos atmosféricos y las enfermedades, terminando con el sombrío panorama de los estragos de la peste en Atenas.

La intención de Lucrecio, como ya señaló Virgilio, es liberar al hombre del miedo a los dioses y a la muerte, causas, según él, de la infelicidad humana. «Está bien ver al navegante lejano luchar contra la borrasca y naufragar, no porque nos alegremos del mal ajeno, sino porque es bueno hallarse libre de tormentos».

Poema que intentaba explicar el origen del mundo. Representa el cosmos como un conjunto fortuito de átomos que se mueven en el vacío («Ninguna cosa nace de la nada», verso 211; «De la nada, nada puede hacerse», verso 219; «Nada puede a la nada reducirse / ni alguna cosa hacerse de la nada», versos 1071 y 1072). El alma es material y no sobrevive al cuerpo. Los fenómenos tienen todos causa natural. Si existen los dioses, estos no intervienen en los asuntos de los mortales.

Lucrecio es así un auténtico predecesor de la física  moderna, de la física de Albert Einstein, John von Neumann y Richard Feynman. La profundidad de sus ideas quedan avaladas hoy con la racionalidad física que nos describe  la estructura atómica de la materia y la realidad del cosmos. En potencias de diez podríamos visualizarlo: https://vimeo.com/179741556.