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Imaginemos los dos extremos de la correa de una riñonera, esa cartera pequeña que alguna vez todos hemos llevado sujeta a la cintura. Si cada uno de los conectores que utilizamos para cerrar esa correa – situados en sus extremos -, perteneciese a dos entidades distintas, al unirlas, “con un clic”, estaríamos formando una nueva entidad que estaría constituida por las dos unidades que se han conectado, pero que poseerá propiedades distintas a las de las dos unidades originales utilizadas para su formación, en tanto que esa nueva entidad será algo más que la suma de las dos partes a partir de las cuales se ha formado: “….la totalidad no es, por así decirlo, una mera acumulación, sino que el todo constituye algo más allá de las partes ….” (Aristóteles).
Pues bien, esta es la lógica existente detrás del concepto de “química click”: una nueva estrategia de síntesis orgánica, rápida y versátil, que, utilizando materiales de partida y reactivos accesibles, permite el ensamblaje de fragmentos moleculares y, con ello, la generación – de forma altamente selectiva, con rendimientos casi cuantitativos, y en condiciones de reacción suaves y respetuosas con el medio ambiente – de moléculas que exhiban propiedades definidas y cuyo aislamiento y purificación pueda hacerse por simple cristalización o destilación y sin recurrir a técnicas cromatográficas.
Hay que resaltar que la “química click” ha tenido un gran impacto en distintas áreas tales como Ciencia de Materiales, descubrimiento de fármacos y química bioortogonal, que abarca un amplio campo de la ciencia situada en la interfaz entre la biología molecular y la química, ya que comprende aquellas reacciones químicas que pueden ocurrir dentro de los sistemas vivos, en condiciones fisiológicas, pero sin interferir con los compuestos biológicos que participan en los procesos bioquímicos propios de ese sistema. Por consiguiente, este tipo de química permite incorporar diferentes “etiquetas” sintéticas a determinadas biomoléculas.
De todas las reacciones descritas que cumplen los requisitos de una reacción “click”, “la joya de la corona” la constituye la reacción de cicloadición de azidas y alquinos catalizada por Cu(I) puesto que permite la síntesis regioselectiva, de anillos de 1,2,3-triazol-1,4-disustituidos, de gran aplicación en distintas áreas como, por ejemplo, la Química Supramolecular.
Debido al descubrimiento de la “química click” y su aplicación a la química biortogonal han recibido el premio Nobel de Química 2022 Karl Barry Sharpless (USA, por segunda vez, pues también lo recibió en 2001), Morten P. Meldal (Dinamarca) y Carolyn R. Bertozzi (USA).