Columnas

null El precio medio de la luz

En el año 2021 se cambió la tarifa de último recurso de la electricidad a una tarifa por horas. De esta forma, cada día se establece un precio por hora y se cobra según el consumo que hagamos en cada hora. Desde entonces, los telediarios y periódicos informan del precio medio diario de la electricidad. ¿Es esta media suficientemente informativa? Es cierto que nos da una idea de qué es lo que está pasando (subir, desafortunadamente para los consumidores) pero algo se »escapa».

Veámoslo con un ejemplo. Para simplificar supongamos que hay tres tramos, valle, llano y punta, y que el precio es 1, 2 y 3, respectivamente, en cada tramo (evito las unidades para simplificar). El precio medio sería 2=(1+2+3)/3. Con la tarifa anterior, si consumiéramos 50, tendríamos que pagar 2´50=100.

Sin embargo, con la tarifa nueva, si consumimos 10 en el tramo valle, 10 en el llano y 30 en el tramo punta (lo normal es que en este tramo se consuma más, por eso se llama tramo »punta»), pagaríamos 10´1+10´2+30´3=120. Si el consumo fuera (0,20,30) (lo que es más realista porque los tramos valle son durante la madrugada), pagaríamos 0´1+20´2+30´3=130. De esta forma, el político de turno puede decir que el precio medio de la luz es el mismo (y es cierto), pero nosotros pagamos un 20% o un 30% más con el mismo consumo.

Además, esta situación se agrava porque este mismo sistema se aplica durante todo el año, siendo la electricidad más cara en los días en los que más se consume (cuando hace mucho frío o mucho calor).

Claramente, el precio medio no es suficiente. Para informar realmente de lo que se paga se debería dar una media ponderada de los precios horarios multiplicados por las proporciones de consumo registrados en cada una de esas horas.

Sin embargo, a la hora de fijar el precio horario de la luz no se utilizan ni la media, ni la media ponderada, ¡se usa el máximo! Así, si se usan las energías más contaminantes (gas y carbón), que son las más caras, éstas son las que fijan el precio de todas las demás. Es como si al ir a la pescadería nos pesaran todo junto y nos lo cobraran al precio del producto más caro.

En otra columna les comentaré cómo se relaciona este concepto estadístico (dispersión) con el tiempo de espera del autobús.