Artículos Académicos
En los últimos años se han popularizado, sobre todo entre los más jóvenes, unos logotipos o iconos cuadrados que al fotografiarlos con sus teléfonos inteligentes permiten que éstos realicen automáticamente algunas acciones, como por ejemplo, la participación en un concurso o sorteo, la obtención de información sobre un producto o empresa, etc. Aunque la utilización que se hace de ellos parece estar actualmente limitada a la publicidad, su origen estuvo ligado a la actividad industrial, como un intento de sustituir al famoso código de barras, pues éste contiene muy poca información. Nos referimos a los códigos QR (iniciales de “Quick Response”, es decir, código de “Respuesta Rápida”) que fueron creados en 1994 por Damm y Retes (de la compañía japonesa Denso Wave, subsidiaria de Toyota), los cuales aspiraban a que el código permitiera que su contenido se pudiera leer a alta velocidad, siendo su primer uso el registro de los repuestos mecánicos. Existen cuarenta versiones de los códigos, según la cantidad de información que deba almacenar y el nivel de protección que deba tener para permitir su descodificación. Los códigos de la versión V tienen un tamaño NxN, donde N=4V+17, de forma que su capacidad varía desde unos pocos caracteres con la versión V=1 hasta varios miles de caracteres con la versión V=40. Entre las propiedades más destacables de estos códigos está el algoritmo de corrección de errores Reed-Solomon de 8 bits que incorpora, con cuatro niveles de protección (L=Low, M=Medium, Q=Quartile, H=High), variando el porcentaje de recuperación desde el 7% hasta el 30%. La cantidad de información que puede ser almacenada en un código QR depende de tres factores: el tipo de datos almacenados, la versión del código, y el nivel de corrección de errores. La mayor capacidad se obtendría con un código V=40 con nivel de protección L, que permitiría almacenar hasta 7089 números. Debido al diseño de los códigos Reed-Solomon y a la utilización de 8 bits, cada bloque de código no puede contener más de 255 caracteres, por lo que en las versiones superiores es necesario dividir la información en varios bloques codificados. La especificación QR actual no utiliza el mayor tamaño posible; define el tamaño de los bloques de modo que en cada bloque no aparezcan más de 30 símbolos de corrección de errores, lo que significa que pueden corregirse hasta 15 errores en cada bloque. Por último, pero no menos importante: el código QR, a diferencia de otros formatos de códigos bidimensionales, es abierto y sus derechos de patente (propiedad de Denso Wave) no son ejercidos.