Columnas
El análisis actual sobre la aportación y presencia de las mujeres en la ciencia indica que los aires de cambio están llegando a los laboratorios, y que la sociedad parece estar descubriendo a las científicas. Los datos demuestran, sin embargo, la persistencia de una infrarrepresentación de la mujer en la ciencia. La iniciativa “11 de Febrero”, promovida por la ONU, y celebrada por segundo año con más de 250 actividades en 35 provincias en nuestro país, busca el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia para las mujeres y niñas, a través entre otros aspectos, de facilitar la visibilidad del trabajo de la mujer en las instituciones científicas. Por otro lado, un estudio reciente, publicado en la revista “Science”, señala que, a los cinco años, ni los niños ni las niñas asocian la inteligencia con un género concreto, pero muy poco después, las niñas asocian más fácilmente una persona brillante con el sexo masculino. Estos datos indican la importancia de una educación desde la escuela, ya que reflejan que la percepción del mundo y del individuo se moldea y cambia de forma muy temprana, incidiendo en la manera en que niños y niñas evalúan su propio potencial. Hacerles saber que la capacidad intelectual no va asociada al género ayudaría a que las niñas no se considerasen menos brillantes. Es interesante que las alumnas de carreras científicas obtienen los mejores resultados y al menos el 45% de los doctorados los obtienen mujeres. Sin embargo, una de las principales conclusiones del informe “Mujeres Investigadoras 2016” elaborado por la Comisión de Mujeres y Ciencia del CSIC, sigue siendo el descenso en puestos de responsabilidad de mujeres conforme se asciende en la carrera científica, el denominado “efecto tijera”. De seguir con este lento avance apuntan, alcanzar la paridad es aún un sueño lejano. La persistencia de sesgos y su complejidad es uno de los factores que más contribuyen a este efecto. Como ejemplo constatar que, según una encuesta europea impulsada por la ONU, la UNESCO y la Fundación Loreal, el 63% de los mil ciudadanos españoles consultados cree que “las mujeres no sirven para ser científicas de alto nivel”. Muchos de los encuestados opinan que a las mujeres les falta interés por la ciencia, perseverancia, espíritu racional, sentido práctico y espíritu analítico. Para luchar contra esta situación, más de 300 personalidades de todos los ámbitos apoyaron el manifiesto Cambia las Cifras que contiene reivindicaciones encaminadas al reconocimiento de la labor de las científicas en los premios científicos; incrementar su presencia en puestos estratégicos y de dirección en instituciones y laboratorios, por encima del 20% actual, etc. Tanto en estas como en otras iniciativas “No se trata de defender una discriminación positiva sino de defender la lucha contra la discriminación negativa”.